Con la desaparición de Alison Dilaurentis, su hermana Audrey y sus amigas comienzan a recibir mensajes anónimos, y se dan cuenta de que en un pueblo tan pequeño como Rosewood todos te conocen. Y eventualmente tus mayores secretos serán revelados. Po...
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capítulo cinco, el chico en la burbuja
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Sabía que algo le ocultaban. Las chicas habían estado algo... distantes con Audrey hacía uno o dos días, quizás ya se habían hartado de ella y su drama familiar. Ayer las había llamado y todas la enviaron al buzón. No es que Audrey fuera paranoica, pero se sentía algo excluida, de un día para el otro sus cuatro amigas se comportaban como si ella tuviera la peste negra.
De todos modos, no iba a preguntar. Decidió que actuaría como si nada hubiese pasado, se centraría en la escuela.
Estaba cerrando su casillero cuando a un lado de ella se cayeron todos los enormes libros de Spencer, y la susodicha se agachó para recogerlos. Ella también la ayudó.
—¿Historia rusa?— preguntó Audrey, confundida al ver el título de uno de los libros.
—Sí...
—¿Cuántas clases más tomarás hasta que tu cerebro explote?
—Ya me estoy ahogando ahí.— le respondió algo depresiva Spencer.
—¿Y para ti qué es ahogarte, obtener un 10?— bromeó Aria, llegando del otro lado. Audrey le sonrió a su amiga.
—El primer trabajo es para el lunes y llevo 2 palabras: mi nombre.— explicó Hastings, mientras luchaba para cerrar su casillero, estaba muy estresada.
—¿Qué ocurre, Spence?— la frenó Audrey, mientras ella y Aria la tomaban de los brazos a su amiga.
—Nada...
—Oye, no sigues asustada por... ya sabes qué...— Audrey frunció el ceño y Spencer negó.
—¿A qué... te refieres, Aria? ¿-A te envió otro mensaje, Spencer?— se preocupó Audrey.
—Audrey, si quieres... ve adelantándote, yo me ocupo de ella y así me aseguro de que no te contagie de su estrés Hastings.— la intentó echar Montgomery, de un modo no muy sutil, pero intentando no sonar muy mala.
