vii. seven

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La música excesivamente alta la aturdió un poco, pero intentó no prestarle atención y seguir su camino

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La música excesivamente alta la aturdió un poco, pero intentó no prestarle atención y seguir su camino. Se escabulló entre la multitud para ver si encontraba a alguno de sus amigos, pero había tanta gente que se le estaba dificultando.

—¿Quiere?— un chico con una bandeja llena de vasos le ofreció tomar uno. Ella lo dudó por unos minutos. Nunca había tomado en público, sólo en la soledad de su hogar cuando quería ahogar sus sentimientos. Terminó animándose y agarró uno.— Buena elección, guapa.— le guiñó un ojo y siguió su camino.

La pelirroja miró el contenido del vaso. No tenía idea de que era eso, pero el olor le confirmaba que se trataba de alcohol. Puso el vaso en sus labios, inhaló aire y sin pensarlo mucho tragó todo el contenido.

El líquido le quemó la garganta, pero aquella extraña sensación le fascinó. Era raro de explicar, pero sentía que todo el ardor podía tragárselo en cuestión de segundos y con ello camuflar sus emociones.

Decidió ir a por otro vaso. Empezaba a sentirse un poco mareada pero no le dio importancia y siguió buscando a alguien que conociera.

Vio a Steve y Nancy en un rincón de la sala principal. No sabía si ir hacia donde ellos estaban o no, pero el castaño la vio y le hizo una seña para que se acercara.

—¡Melia! ¡Llegaste!

—Los estaba buscando...— dijo con una voz extraña. Steve se preocupó al escucharla así.

—¿Bebiste?— le preguntó asombrado el castaño.

—S-sí, ¿acaso tienes algún problema con e-eso?— intentó controlar su voz y evitar que tartamudeara, pero la bebida comenzaba a hacer efecto.

—No, no. Para nada. Es sólo que me sorprende verte tomando. Nunca lo habías hecho antes.— rascó su nuca nervioso. Por un lado sabía que su amiga no era ninguna niña y podía tomar lo que deseara, pero había algo en ella que le transmitía unas vibras extrañas.— Cualquier cosa búscame.

Ella le sonrió de una forma rara y se retiró de la habitación.

—Steve... ¿Amelia está bien?— preguntó preocupada Nancy.

—No lo sé.— confesó él. Estaba preocupado por su amiga. Algo no andaba bien con ella.

—¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo!— un tumulto de gente gritaba sin parar. Se había armando una ronda de shots en el patio de la casa, de la cual Amelia decidió participar.

Se había vuelto adicta a esa sensación. No sabía cuántos vasos iba pero poco le importaba eso.

Bajó el vaso y quitó el resto de bebida de sus labios. Las personas no dejaban de gritar y festejar la competencia que se había formado.

—¿Lia? ¡Lia!— sintió la voz de Robin llamándola a lo lejos. Se volteó y apreció como ella junto con Eddie se acercaban hacia donde estaba. Se veían preocupados.

𝐀𝐋𝐓𝐑𝐔𝐈𝐒𝐓𝐈𝐂 | 𝐬𝐭𝐞𝐯𝐞 𝐡𝐚𝐫𝐫𝐢𝐧𝐠𝐭𝐨𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora