¿Pueden dos opuestos enamorarse? Kim Taehyung es un chico agradable, cariñoso y todos a su al rededor lo adoran, es popular en redes sociales debido a que es abiertamente homosexual, mientras que Min Yoongi es un chico odioso, homofobico y con el co...
—Joder... pero que malo soy para orientarme...—Susurré por lo bajo mientras caminaba con la bicicleta a mi lado, estaba anocheciendo y seguía perdido, realmente estaba caminando en círculos. Había comprado algo de comer en un puesto de tortitas hotteok pero aún seguía con hambre.
Por fin decidí sentarme a descansar en una banca que se encontraba en la acera manteniendo mi bicicleta cerca pues daba mala espina estar en los barrios bajos tan tarde y con muchas cosas de valor dentro de mi bolso, así que procuraba no usar mi teléfono.
Recargué mi espalda completamente en el respaldo mientras miraba como el cielo inevitablemente se volvía mas oscuro, di un suspiro largo arrepintiéndome de haber escapado sin mirar hacia donde iba. Me levanté de la banca y me monté a la bicicleta, tenia que seguir buscando la salida de este lugar.
Pedalee un poco mientras buscaba con la mirada a mi alrededor sin darme cuenta que había chocado con alguien frente a mi. Caí fuertemente contra el suelo raspándome parte del brazo y goleándome con la bicicleta que cayó encima mio.
—Mierda, se supone que tienes ojos para verme en el camino pedazo de imbecil.—Mencionó el hombre que se encontraba de espaldas hacia mi mientras sobaba la pierna que yo había golpeado.
—Yo lo siento...—Una pequeña lagrima salió desesperada pues el raspón comenzaba a arder y los golpes que me había dado dolían bastante mientras trataba de levantarme.—No debí distraerme, no lo vi.
Me levanté soportando el dolor en mi cadera y una de mis piernas, junté la bicicleta y la coloqué a un lado mio para seguir avanzando mientras cojeaba.
—Lo lamento, ¿Le duele mucho?—Mencioné antes de irme mirando como aquel hombre no dejaba de tocar la zona del golpe.
—Cierra la boca, dije que no quería volver a verte.—Por fin había volteado a verme, mi piel se erizó y di un leve paso hacia atras ignorando el dolor.—Incluso vienes y me golpeas, ¿Querías vengarte de mi, hijo de perra?
—Yo... lo siento no quería... es solo que me perdí y yo...—Mi voz no salía como quería, su mirada daba mucho miedo realmente.
—Deja de hablar.—Escuché como suspiraba.—Este lugar es muy peligroso, no sé como es que aun sigues vivo.—Tomó bruscamente mi bicicleta, arrebatándomela técnicamente y comenzando a caminar.
—¿Vas a robarme de nuevo?—Mencioné rendido mientras lo miraba alejarse. Él se detuvo en seco.
—Voy a llevarte a mi casa.—Y continuo caminando después de hablar.
Yo me quedé parado unos segundos tratando de ordenar la información que me fue entregada antes de reaccionar y seguirle el paso, dudando de si era correcto aceptar la hospitalidad y seguir a un ladrón sospechoso hacia su casa.
—Te lastimaste.—Afirmó una vez pude llegar a donde él se encontraba, la bicicleta se encontraba entre los dos.
—Te atropellé...—Susurré con algo de temor, no lo miré en ningún momento.
—Si te dejaba tirado... no ibas a pasar la noche.—Siguió hablando, él tampoco me miraba.
—¿Quieres robarme mi bolso de nuevo? ¿Es por eso que me llevas a tu supuesta casa? ¿Tienes casa si quiera?
—Joder, eres un dolor en el culo. Cierra la jodida boca y acepta la ayuda de mierda que se te está otorgando.—Mis labios se cerraron en cuanto acabó de hablar. Junté mis manos entrelazándolas pues comenzaba a hacer frío.—Es aquí.
Lo seguí entrando al departamento, mi bicicleta la encadenó a un tubo que se encontraba fuera del lugar.
—Perdona el desorden, Hoseok tal vez no llegará hoy... por suerte tiene algunos encargos y...—Lo interrumpí cerrando la puerta del departamento y entrando algo nervioso, estaba realmente desordenado, sucio y lleno de basura por todos lados.
—¿Aquí vives?—Fruncí mi ceño al sentir un leve olor desagradable venir de la cocina, parecía que jamas se lavaba la vajilla en esta casa.
—Si, ¿Tiene algún problema, alteza?—Mencionó con obvia molestia en su voz mientras se deshacía de la mascarilla, su gorra y la chamarra de cuero que llevaba puesto. Su piel era realmente blanca aunque se encontraba algo descuidada.
—Lo siento... ¿Tienes un botiquín?—Mencioné apartando algo de basura de la mesa y dejando mi bolso en la zona limpia mientras miraba que él también cojeaba levemente como yo.
—¿Te parece que alguien como yo tiene un botiquín?—Se acercó a mi sin dejar de hacer esa mueca de confusión en su rostro.
—Bueno... ¿Tienes alcohol etílico? ¿Algodón, papel?...—Seguí preguntando con curiosidad, él solo comenzó a caminar y yo lo seguí. Llegamos a su baño que se encontraba un poco mas aseado que la casa entera. Encendió la luz y me extendió la botella de producto junto con un rollo de papel de baño, al menos tenia alcohol para limpiar la heridas.—Bien... ¿Me permites curar lo que ocasioné?—Mencioné olvidando por completo como me trató antes, mis palabras solo salían y si él no tiene corazón, al menos yo tengo uno.
Se volteó hacia otro lado antes de agacharse y levantar su pantalón dejándome ver el raspón y moretón que ocasioné. Le pedí que se sentara en la taza del baño y comencé a pasar lentamente un poco de alcohol con ayuda de un pedazo de papel. Lo escuché quejarse y maldecir en voz baja hasta que acabé por completo.
—Es todo.—Tiré el papel utilizado a la basura y voltee a ver el rostro del chico frente a mi, viéndolo desde esta perspectiva... es un ladrón bastante lindo.
—¿Que hay de tu brazo? Está hecho mierda.—Mencionó tomando mi brazo con delicadeza pero rápidamente reaccioné moviendo mi brazo de su agarre, él me miraba bastante serio.
—Lo siento... yo estoy bien, no te preocupes por mi.—Sonreí con nerviosismo antes de levantarme del suelo y salir de ahí encontrándome con alguien mas entrando por la puerta de entrada. Su miraba se posó en mi y yo me quedé inmóvil, parecía ser alguien peligroso, su apariencia lo demostraba.
—¿Quien mierda eres?—Escupió cerrando la puerta tras de sí mientras aventaba un fajo de billetes a la mesa de comedor.
—Hoseok, llegaste inesperadamente temprano. ¿Te fue bien?—La voz esta vez venia de detrás de mi, seguía cojeando pero aún así caminó hasta la mesa para contar el dinero.
—¿Quien es el marica?—Preguntó el llamado Hoseok mientras me miraba amenazante.—Wow... no me digas que es...
—Lo encontré en la calle, pasará la noche aquí y se largara en la mañana.
—No, Yoongi. Nadie se quedará aquí y menos una aberración como él.—Su cara de desprecio me decía que quería golpearme de mil maneras diferentes.
—Lo siento...
—Cierra la puta boca gay de mierda. Escúchame, mientras estes aquí, te quiero totalmente callado, tu sola presencia me irrita.—Pasó por un lado mio y golpeo fuertemente mi hombro con el suyo entrando a alguna habitación del lugar.
—Él es Hoseok, no le gradan las visitas.—Dejó el fajo de billetes en el cajón de un mueble que se encontraba muy desordenado.
—¿Por qué me trajiste aquí?
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