Locura artificial (DekuKatsu)

Primer encuentro

El peliverde había vuelto a salir de casa aprovechando que su madre no regresaba de quién sabe dónde, pero ese tiempo le servía para relajarse un rato, visitó a su amiga fueron a comer unas ricas hamburguesas y el tiempo se pasó volando. Era tiempo de regresar a su maldita realidad así que decidió tomar el camino más corto pasando entre los callejones de la ciudad, pero, para su mala fortuna alguien lo estaba esperando.

Esos ojos rojos lo examinaban por completo para después reírse.

--Enserio ella prefiere a alguien escuálido como tú, jajaja esa chica está loca... O... Solo le das lástima, porque eso es lo que das, lástima y asco -el peliverde lo miró un rato antes de pasar por su lado para continuar con su camino- ¡Miserable como te atreves...!

En ese momento el cuerpo de Katsuki chocó contra la pared ya que Izuku de un solo empujón lo agarro desprevenido pudiendo derribarlo.

--Agh!

--Como pensé, ladras mucho pero no muerdes. Qué pasó con tus amigos, no te quisieron seguir o... se dieron cuenta que te tiraste a sus novias.

--¡Tú qué sabes! -saco una navaja de su bolsillo y se lanzó a intentar apuñalar al pecoso.

El primer golpe fue esquivado como el segundo y el tercero hasta que se resbaló con un charco de un extraño líquido que no pudo ver lo que era mientras Deku lo agarraba para hacerle una llave y ponerle la navaja apretando su cuello asiéndole un pequeño rasguño de donde salió una gota carmesí.

--¿Qué pasa? Acaso la princesita no puede moverse.

--Hijo de... -el pecoso lo puso contra el suelo mientras lo inmovilizaba- ¡¿PERO QUE MIERDA CREES QUE HACES?!

Grito cuando sintió como con la otra mano el pecoso acariciaba sus piernas hasta llegar a su trasero donde comenzó a bajarle los pantalones hasta las rodillas.

--¡¡Detente idiota!!¡¡Te dije que pares!!

--Y qué pasa si no quiero -Dijo con una sonrisa en sus labios- Nunca te han dicho que tienes un cuerpo muy... Sexy -susurro lo último en su oído asiendo que el cenizo palideciera mientras lo miraba con asco y temor.

Estaba consciente de lo que pasaría, pero aun así no podía pedir ayuda porque todos verían lo débil que Katsuki Bakugo era.

El peliverde paso su mano por los pechos del cenizo apretando los pezones que le sacaron un grito del cual se avergonzó ya que la voz que le salió fue más aguda similar a la de las mujeres.

--Jajaja así que te gusta esto ¿eh? -se burló el de pecas.

--¡Y una mierda, no puede gustarme esto!

El pecoso siguió delineando la silueta del otro sintiendo leves temblores hasta que llegó a ese lindo culo, el cual masajeó mientras que Katsuki se mordía el labio inferior para no emitir otro sonido raro.

--Eres muy sumiso, sabías eso.

El cenizo iba a gritarle, pero unos dedos en su boca se lo impidieron, recorrían toda su cavidad bucal hasta que se retiraron llenos de saliva.

--¿Q-Qué vas a hacer?

--Ya verás

Introdujo un dedo en la entrada de Katsuki, estaba muy estrecha y caliente así que comenzó haciendo círculos mientras que el cenizo gritaba que se detenga, segundo dedo y comenzó a moverlos en forma de tijera aunque las caderas de Katsuki se movían inconscientemente, tercer y último dedo comenzó a similar embestidas que Kats no pudo detener por estar clavando sus uñas en el suelo.

--Ugh m-mierda ya... P-para

--Pero si te está gustando tus caderas no han parado de moverse y ya estás completamente duro

--¡¿ME ESTAS VIOLANDO, CREES QUE ME GUSTA ESTO?!

--Violar es una palabra muy fuerte

De pronto el cenizo arqueo más su espalda ya que el pecoso tocó una parte que lo hizo ver el cielo.

--M-Mierda... Qué...

Izuku siguió escuchando más y más de esa linda voz que el oji-rojo soltaba hasta que de un golpe más fue inevitable que se corriera.

--Vaya, pensé que habías dicho que no te gustaba -Dijo mientras limpiaba su mano y soltaba al cenizo quien se quedó jadeando y con leves espasmos en el suelo mientras su agujero comenzaba a abrir y a cerrarse tratando de encontrar de nuevo aquel toque, pero Katsuki nunca iba a aceptar que esa nueva sensación le gusto, su orgullo se lo impedía, aunque quería más de ese placer... Maldición, no sabía que le pasaba, pero ese chico de mirada muerta se iba a arrepentir de humillarlo de esa manera.