Las calles estaban sólidas, la gente estaba en sus casas a puertas cerradas y solo algunos chismosos se asomaban por la ventana.
Los carros de policía iban llegando uno tras otro como en un desfile, solo para detenerse frente a una vivienda en particular y adentro, dos chicos ni se inmutaban por las llamadas de alerta que recibían.
--¿Así que sin querer mataste a un hombre importante? -dijo con gracia mientras descendía por el falo del pecoso- Ah~
--Él se lo buscó, además, eso le pasa por atreverse a tocar a mi princesa. Tú eres de mi propiedad, desde un principio nadie ha podido ponerte una mano encima. A cambio, me darás y harás todo aquello que te pida, ¿Queda claro? -dijo lo último mientras tiraba de aquellos cabellos rubios escuchando una queja.
--No te pedí ayuda, bastardo -los ojos verdes se apagaron y una expresión vacía en su rostro es lo que había- Ni creas que por esto seré tu perrito faldero.
Las bocinas seguían sonando y unas pisadas hicieron acto de presencia en la casa.
--Sabes que no es recomendable que me retes.
--Dame motivos para tener que obedecerte.
Las embestidas comenzaron siendo muy rudas y el aire se le escapó al rubio que gritaba complacido por obtener lo que tanto quería.
Molestar a Deku era un arma de doble filo, pero ahora sabia como jugar.
--Me encanta tu culo, princesa, pero esto no te salvará por mucho tiempo. Y sabes lo que ocurrirá si me llegas a aburrir -su lengua paso por el cuello del contrario quien se estremeció de placer- Obedéceme.
--N-Ni muert-to Oh...
--Lo harás -su dedo delineó todo el miembro del rubio, haciéndolo gemir incluso más alto de lo que pensaba.
--¡Deku! -gemía con los ojitos brillosos mientras se aseguraba que cada sensación quede grabada en su cuerpo, al igual que todas esas cicatrices que le dejo el pecoso- ¡Carajo! ¡Aha~!
--Aprovecha, es la última vez que follaré tu maldito culo si sigues así -dijo besando el hombro del rubio- Si me obedeces seguirás disfrutando de tu momento favorito del día. No creas que no me di cuenta. Por más que lo niegues sé muy bien que adoras que juegue rudo contigo.
--Estás desquiciado.
--Estamos -corrigió para luego ver la sonrisa del rubio.
--Sí, lo estoy. -tomo el cuello pecoso entre sus manos- Y es por eso que hagas lo que hagas no lograrás apartarte de mi lado. Me perteneces. Ah... Dek- -dijo apretando el cuello del mencionado- Mierda! Muévete más, idiota...
--Corrección, tú me perteneces. Eres mi linda muñequita masoquista -decía, para después invertir las posiciones dejando al rubio echado sobre el colchón.
--Gracias a quién -dijo entre jadeos viendo como Deku se acercaba a él apretando sus manos contra las suyas- Hoy estás diferente. ¿Qué te pasa? ¿Es por qué la policía vino a buscarte?
--No necesitas meterte en mis asuntos.
--Ak! caraj- -las nuevas embestidas no tenían compasión, golpeaban cada lugar dentro de él- ¡Deku!
Sentía las fuertes mordidas en su pecho y la sangre que brotaba de aquellas heridas.
Después de tanto tiempo logró acostumbrarse a siempre llevar marcas en su piel, de cierta forma le excitaba verlas, porque le recuerdan que Izuku tomo su cuerpo con aquella exquisita brutalidad que le encanta.
Su cabello fue jalado con fuerza, dejando expuesto su cuello.
--Estás más pálido de lo habitual -dijo al lamer su piel- Todavía no puedes morir.
Izuku iba a seguir, pero la puerta de la habitación fue derribada, dejando entrar a varios hombres uniformados que los apuntaban sin siquiera inmutarse ante tal escena. A Katsuki se le notaban un poco los huesos y su palidez era notaría debido a que en los últimos días ha estado perdiendo más sangre de la necesaria y la carne humana no le ayudaba mucho, pero la comía por qué Izuku se lo pedía. El pecoso, por el contrario, había obtenido más musculatura.
--Ustedes dos quedan arrestados -dijo el que parecía ser el jefe- Al fin encontramos tu escondite -eso fue dirigido al pecoso.
--Bien hecho -dijo con una risa nasal- Esta vez tardaron menos. Solo les tomo un maldito mes.
Salió del interior del rubio y levantó las manos observando a todos al igual que Katsuki quien se notaba molesto.
Ninguno opuso resistencia al ser arrestados... Pero de esa casa nadie salió...
Cuando le pusieron las esposas al rubio, este solo sonrió y comenzó a tararear una canción.
Nadie entendía el porqué de aquella acción, pero se pusieron alertas al ver como Izuku le seguía. Aquello no significaba nada bueno y lo comprobaron en cuanto el rubio de un rápido movimiento noqueo a los oficiales que estaba a su alrededor, aunque recibiendo un balazo en el brazo que molesto a Izuku quien se encargó de teñir el suelo de un hermoso color carmesí.
--Ya cálmate -dijo el rubio al llegar donde el pecoso quien estaba en una especie de trance después de partir y desgarrar a los policías que ahora estaban sin vida en el suelo- Tus manos están sangrando. Esta vez si te excediste.
Se escuchaban ruidos afuera, específicamente las sirenas de policía, mientras Izuku seguía contemplando sus manos sin saber cómo siquiera tuvo la fuerza para romper las esposas que le habían puesto o porque seguía reaccionando de aquella manera al ver que alguien dañaba al rubio. Aquel sentimiento le aterraba, pero no se lo demostraría.
--Ya no importa -dijo antes de pararse y salir de ese cuarto- Vístete. A menos que te guste el estarte exhibiendo de esa manera tan provocativa -necesitaba con urgencia destrozar a alguien.
--Tú eres el enfermo a quien le gusta verme así -dijo para acercarse al pecoso y abrazarlo por la espalda, sabía que eso no le gustaba- Esos idiotas arruinaron mi diversión.
--Sabes qué hacer si quieres una... Recompensa -dijo para darse la vuelta y tomar el mentón del rubio, quien se sonrojó levemente- Sé un buen cachorrito -los ojos rojos no dejaban de verlo con molestia, pero aun así acepto aquella propuesta.
--Hagámoslo.
--Qué buen chico. -dijo, dando pequeños golpes en la mejilla de Katsuki- Ya verás lo mucho que nos vamos a divertir. Ahora, anda y mátalos a todos, muéstrame la maravillosa obra de arte que harás para mí.
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Locura artificial (DekuKatsu)
FanficLa vida no es como uno piensa. Puede ser buena o mala según como la veas. Para un pequeño peliverde era maravillosa, o eso, hasta que todo se va a la mierda y su vida comienza a ser un tremendo caos. Su locura es lo único bueno, solo puede contar co...