REENCUENTRO
Capítulo 7: Desde las sombras
Era de día y las ligeras gotas de lluvia intermitente se deslizaban por la ventana del auto en que el demonio viajaba.La voz del hombre sentado a su lado se oía como un lejano murmullo inentendible mientras sus pensamientos divagaban en otro lugar, o en otro momento, en realidad.
En la noche anterior...
No había logrado quitar de su cabeza la imagen de esos grandes ojos cafés, tristes y vidriosos.
Era la primera vez que la veía así; tan vulnerable.
Desde que se reencontró con ella a las afueras de su hotel, la humana no había hecho más que mentir y actuar. Esa era la razón por la que Goro la había contratado en primer lugar... Pero tenía que admitir que con él siempre había sido diferente. Podía estar seguro de eso.
Su tono de voz, los latidos de su corazón, el brillo en sus ojos... Incluso su sonrisa era diferente. Era genuina. Eran reacciones de su cuerpo que ella no podía controlar cada vez que él se acercaba, pero no se trataba sólo de eso...
Ella había elegido ser sincera con él desde el primer momento y, sin importar realmente quien fuera; cual fuera su nombre o su pasado, él no había sido capaz de corresponderle de la misma manera.
La había herido.
Había visto sus ojos grandes y tristes llenos de rabia y de orgullo tan propios de su frágil juventud, pero además... de un dolor inveterado en ella y de una comprensión que la había hecho parecer mucho mayor de lo que en realidad era.
Y él había sido cruel, duro y frío.
El mal genio lo quemó por dentro cuando la vio alejarse por las oscuras calles de la ciudad y no había sido capaz de enfriarse lo suficiente hasta horas después. Recién entonces pensó en lo que habría podido decirle. Se planteó varias veces volver a buscarla y, de la misma forma en que ella había hecho con él, darle las respuestas que merecía.
ESTÁS LEYENDO
Reencuentro
RomanceLos años habían pasado, el mundo había cambiado y su nombre se había convertido en una leyenda. En un mal presagio. En un mito oscuro. Algunos rumores aseguraban que ya había muerto y otros... que nunca existió. Pero él seguía ahí, vivo entre la gen...