Tú dejaste caer las primeras lágrimas y aunque llegué a arrepentirme ya eran tres meses muy tarde. Pero seamos sinceros, yo no quería despedirme y tú no querías olvidarme.
Estoy tan arrepentido, porque fui un cobarde que por orgullo no está contigo...
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25 | i find you in every song i listen to
Les recomiendo poner la canción en el momento que Gabriellecomienza a tocar el piano 🤍
23 de enero, 2019. Monte-Carlo, Mónaco.
Hundo mi cabeza en mi almohada en forma de piña, que nuevamente fue un regalo de Lando antes de gritar contra esta fuertemente.
Leo y vuelvo a leer una y otra vez el mensaje de Charles.
No había pensado con claridad la respuesta que había escrito en cuanto me monté al McLaren de Lando y él a su Ferrari ese día en la playa.
Charles ¡Felicidades a la nueva pareja!
¡Igualmente!
Me había dejado en visto después de una hora, y desde ese momento no había tenido ningún rastro de él. No sabía que estaba haciendo, ni tampoco dónde estaba y sé que no tengo derecho a exigirle algo ni mucho menos a reprocharle, pero me molestaba de sobre manera que no me hubiera contestado nada.
Gruño nuevamente y aviento mi teléfono al otro extremo de la cama.
¿Y si él y Brigitte?
No.
Imposible
Charles jamás la vería como algo más, solamente es su amiga. ¡Vamos! es la niña tonta que se la pasaba persiguiéndolo porque estaba enamorada de él pero que después entendió que solo podían ser amigos.
Cierro los ojos y cuento hasta diez tratando de tranquilizarme.
¿Y si le marco yo?
¡No!
—¡Aghhhh! — grito totalmente molesta por esta actitud.
La puerta de mi habitación se abre con cuidado y me siento fatal cuando observo a un Lando adormilado asomarse por la puerta.
No tardo mucho en levantar la manta blanca y en unos segundos ya tengo su cuerpo acurrucado contra el mío.
—¿Estás bien? — pregunta en un murmuro.
Alejo rápidamente todo pensamiento del monegasco y me dejo perder en los ojos verdes azulosos de Lando, sonrío sin mostrar mis dientes cuando besa la punta de mi nariz y luego mi frente apretandome contra el.
Es demasiado temprano aún. Y yo no puedo estar pensando en Leclerc cuando tengo al chico más dulce de la tierra acariciando mi cabello tiernamente.
—Estoy mejor ahora.
—Mónaco hoy amaneció peor que Inglaterra. —me comenta, abrazando fuertemente mi cintura.
—Monte-Carlo ha tenido un clima muy bipolar por estos días. —menciono.
