Capítulo 19

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FLASHBACK

(Narrado en pasado)

*punto de vista de Alan*

Ese día me dirigía ya al parque agarrado de la mano de mi madre para cruzar las calles, esperaba encontrar a Briana esperándome allí como siempre acordábamos.

Estábamos a una vuelta de esquina para visualizar el parque, pero cuando lo hice dejé de sonreír porque ella no estaba. No importaba, seguro que vendría mas tarde por algún inconveniente. Pero pasaron las horas y no llegó.

Esa noche me costó dormir por no saber que le habría pasado a mi amiga, aun así intenté convencerme de que habría sido alguna cosa trivial.

Al día siguiente regresé pero mi felicidad se volvió a esfumar cuando no la vi.

De nuevo volví a esperarla.

De nuevo no volvió a aparecer.

El martes, el miércoles y el jueves se repitieron con la misma temática. Las noches me hacían sobre pensar en que sería de ella en esos momentos. Los días se hicieron eternos lo que me hizo pensar en como me había encariñado de esa niña sin darme cuenta.

Pero todo dio un giro drástico cuando el viernes de la semana que viene la encontré con un hombre de la mano. Fui corriendo hacia ella tan feliz que no me di cuenta de lo triste que parecía y de los morados en su piel.

Me alivió ver entre toda esa situación extraña que ella levanto la comisura de sus labios en una leve sonrisa que enseñaba la falta de sus dos paletas.

Briana miró a aquel hombre que a mi me dio una sensación extraña, se veía muy delgado, al punto de ser insano, con los ojos caídos y unas bolsas violáceas  abajo que le hacían parecer que no había dormido en muchos días. El hombre le asintió permitiéndole venir conmigo, y en cuanto la soltó dio una vuelta y comenzó a andar hacia una de las callejuelas de aquella manzana.

En cuánto el hombre se alejó lo suficiente la abracé, quizá espere por miedo a que nos viera, no lo sabía, pero ese hombre me infundaba miedo. Y mientras la abrazaba me di cuenta de que era la primera vez que lo hacía. Me devolvió el abrazo y se sintió bien, cálido, seguro, quería permanecer así un rato pero el tiempo no me lo permitía.

–¿Estás bien? ¿Por qué estás con ese hombre?

–Porque es mi papá.–la mueca triste que puso me descoloco.

–¿Y tu madre?

–No está.

–¿Dónde está?

–Papá me ha dicho que no se lo tengo que decir a nadie.

Aquello me advirtió de que era algo grave lo que había ocurrido para que su padre no quisiera que la gente lo supiera. Dejé el tema apartado por temor a hacerla sentir incómoda.

–¿Vamos a los columpios? Se encuentran vacíos.

Briana asintió y nos acercamos juntos al lugar de cada uno.

–¿Has planeado algo para ir a nuestra estrella?–la miré, tenia la mirada perdida en el vacío y el atardecer comenzaba a caer.

Si fuéramos estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora