03. Sensaciones

604 94 29
                                    

CAPÍTULO 3.

❝ SENSACIONES

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SENSACIONES. ❞

━━━━━━━━━━━━


ELIZABETH ENTRÓ A AQUELLA HABITACIÓN BLANCA QUE ALGUNAS VECES LE CAUSABA ESCALOFRÍOS.

Sinceramente, ella no era muy fan de los hospitales, y más cuando de pequeña le tocaba ir a éstos a causa de enfermarse o incluso para tener que vacunarse.

De sólo pensarlo se estremeció un poco. No le gustaban tampoco las agujas.

Despejando sus pensamientos, su azuleja mirada como el color del cielo recorrió la habitación hasta que finalmente se encontró con la aburrida y cansina de una Maki acostada en una camilla, con sus cabellos sueltos y sin sus lentes. Sólo acurrucada en las mantas.

—¡Maki! —exclamó nada más verla, y avanzó apresuradamente en su encuentro.

—Elizabeth, estás aquí. —murmuró la peli-verde recibiendo el afectuoso abrazo de su mejor amiga.

No era mucho de apodos y colocar el "chan", pero con la albina era una especie de excepción. Pues Elizabeth se había vuelto una de las personas más importantes e indispensables en su vida.

Por raro u sorprendente que sonara, Elizabeth había logrado romper la muralla que anteriormente creía que era sumamente fuerte para prohibir que cualquier entrase a su corazón. Pero simplemente era tan falso, porque, aunque había intentado todo para no encariñarse, el resultado fue todo lo contrario.

Cuando no pudo hacer nada más se dió cuenta que la albina era una de esa clase de persona que simplemente no podías ignorar, odiar u dejar de querer. Porque al momento que llegan a tu vida, se vuelven indispensable para ti.

Con ello, había prometido protegerla, porque en su mente se decía que la albina no merecía estar en el mundo de la hechicería por más que tuviera en su sangre el poder de la energía maldita. Además, conocía lo terca que era la oji-azul y que poseía ese sentimiento de querer ayudar a otros, siendo una de las cosas que no podría cambiar por más que quisiera, pero aún así admiraba de ella.

De repente, sintió algo cálido envolverla, como si fuera lo que más hubiera necesitado en la vida. El cómo sus músculos dejaban de estar tensos, y sus heridas dejaban de tallar la tela delicada de algodón que las envolvía y causando que dejara de molestarle. Para ese entonces ya sabía lo que estaba sucediendo.

—Lo has vuelto a hacer. —dijo Maki, después de que la contraria dejó de abrazarla.

—Pero ahora estás bien, ¿no? —se encogió de hombros la oji-azul, sin dejar de sonreírle mientras se sentaba en la camilla.

—Te deja algunas veces exhausta. Lo ha dicho Shoko-san —comentó con una mueca la peli-verde—. Además, cree que es por esa misma razón la principal causante de tus dolores de cabeza.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 12 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ÁNGEL ⋆ yuuta okkotsu!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora