｡*ﾟ+ En Espera.｡*♡•° || NoRay ||•°Yaøî,•° Omegaverse.•°Norman x Ray.°•

† No. XII †

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El espeso y apurado humo chocó contra su rostro en una lisa y delicada carica, mas sin embargo el muchacho frunció el gesto e hizo una mueca de desagrado al percibirlo tan cerca. Intentó reparar la expresión, pero el hombre se le adelantó.

—¿Y tú quién eres? — Soltó de imprevisto, con un tono que reflejaba tanto aburrimiento como desdén.

—Ahm, yo soy... — Tartamudeó al sentirse desconcentrado y un poco intimidado.

—Espera. — El mayor hizo un gesto con la mano para interrumpirlo, aprovechando a su vez para darle otra calada al cigarro. —Tú eres ese amigo de mi hijo, Norman ¿No?

El muchacho asintió, dudando en si era apropiado decir que era más que un amigo de su hijo. Aunque para eso había ido a la casa de su novio, para presentarse formalmente ante sus padres y a su vez pedir permiso de salir con él.

Sus amigas lo habían animado a ir,  especialmente Emma que dijo que el padre de Ray era un regalo de persona, muy amable y educado.

Y en este momento estaba preguntándose si se había equivocado de casa. Aún cuando no tendría sentido, ya que hace un momento afirmó reconocerlo por ser el amigo de su hijo.

—Y bien ¿A qué viene tu visita? — Cuestionó el de cabello negro mientras  se recargaba en el marco de la puerta, para ese entonces ya había tirado el resto del cigarro al suelo.

—Ah, yo... — Apretó los labios, inseguro. Este cambio de expectativas le habían quitado los ánimos de presentarse ante ellos, tal vez no era el momento adecuado, quizás debería volver otro día en el que la familia este de mejor humor, si es que lo tienen.

Retrocedió unos pasos, llevando con nerviosismo sus manos hacia atrás de su espalda, el hombre en el marco de la puerta alzó una ceja y sonrió con sorna.

—Ven aquí. — Le tomó del cuello de la camisa y le hizo entrar. Compungido por la intromisión arregló su chaleco y camisa que habían sido arrugados por el fuerte agarre, aunque tampoco tuvo tiempo porque al momento fue empujado al interior de la casa.

Cuando llegó a la sala de estar pudo ver a Isabella sentada en el sofá, leyendo un libro de pasta gruesa mientras que Ray estaba a lado de ella, con los brazos cruzados y con la mirada puesta en el juego de ajedrez que estaba colocado en la mesita baja.

Isabella fue la primera en dirigir la mirada al escuchar el ruido de los zapatos. Compuso una sonrisa en ese semblante amable y habló.

—Norman, que sorpresa verte aquí. Hace mucho que no nos encontramos. — Lo invitó a pasar con un gesto de la cabeza, señalando a su vez el lugar disponible a lado de Ray.

—Señora Grace, un gusto volver a verla. — Saludó lo más tranquilo que pudo, y cruzo miradas con el pelinegro que la acompañaba.

El entrecejo de Ray se frunció en una clara expresión de desaprobación y en esa milésima de segundo pudo entender la amenaza que delataba el brillo de sus ojos.

Fingió no haber visto nada, dispuesto a tomar el asiento que le ofrecía Isabella, sin embargo la pesada mano del mayor volvió a retenerlo en su lugar.