｡*ﾟ+ En Espera.｡*♡•° || NoRay ||•°Yaøî,•° Omegaverse.•°Norman x Ray.°•

✾ 𝓔𝓹𝓲́𝓵𝓸𝓰𝓸 ✾

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Era su décimo segundo cumpleaños tiempo en el que él tanto como sus padres se encontraban un poco emocionados. Y dicha emoción no se atribuía a su cumpleaños, sino que ese mismo día también se daban los resultados del sub-genero.

Mentiría si dijera que no estaba tan inquieto como sus demás compañeros de clase. Nadie prestaba atención a lo que la maestra decía, todos miraban la puerta con ansias, esperando a que el timbre diera la señal de fin de clase, para así poder ir directo a la enfermería donde les darían sus resultados.

Murmuraban, golpeaban la punta del lápiz contra el pupitre y hacían chocar los talentos contra el suelo.

La maestra iba de un lado para el otro, escribiendo en la pizarra notas que inútilmente los alumnos copiaban en sus cuadernos. Cuando se giró para dar indicaciones de las prácticas la campana resonó en señal del final de las clases.
Todos los alumnos sin excepción tomaron sus cosas y salieron disparados a su único objetivo que los había mantenido distraídos en clase.

-Vamos, vamos.

Todos los chicos de doce y trece años se formaban a lado de la pared, esperando su turno para ser llamados. Algunos salían festejando su resultado y algunos otros con el sobre en las manos.

El de cabello platinado esperó su turno como los demás, debatiéndose si abrir el sobre en cuanto se lo entregarán o guardarlo para después.

-Lua Casey. - Llamaba la asistente desde la puerta, asomándose a la falta de respuesta.

-Te llaman. - Murmuró el platinado a la chica que estaba a lado de él.

-¡Ah! Sí, sí, perdón. - Exaltada dejó de morderse la uñas y acudió al llamado de la asistente.

El chico miró a los demás, nerviosos y asustados. No tenían buen aspecto después de unos minutos de espera, ¿Tanto les asustaba su resultado? Comprendía que para algunos su sub-genero era demasiado importante al grado de casi morir de nervios, pero para él sólo era una casilla más en su nota de presentación.

No le importaba ser alfa u omega, sus padres lo habían educado y fortalecido su confianza al grado de que algo tan simple como el sub-genero resultaba ser un título más.

Sí, estaba emocionado por saber cuál era su género. Sin embargo no temía por el resultado, cualquiera que fuese sería el mejor.

¿Un Omega? No le preocupaba, la idea de ser un género aparentemente débil y mostrar que podía superar a los alfas le parecía algo tan competitivo y emocionante que ya imaginaba las posibles situaciones en donde destacar. Ya deseaba poder hacerle miles de preguntas a su padre Ray para poder crecer y mostrar que no sería una sombra de los alfas.

Un chico competitivo sin duda.

¿Un Alfa? Le resultaba interesante. Tener el control sobre los demás, ser fuerte y buscar el poder. Imponer miedo sólo con la presencia y alejar a los débiles como si fuesen una peste. Sí, era interesante.
Y más para alguien como Valentino, ese agradable chico que parecía inofensivo.
No, el hijo de los Minerva no era alguien al cual la palabra dulce le perteneciera, actuaba de forma amable y cooperativa, sin embargo tenía ideas de siempre estar por encima de los demás, de tener poder y ser alguien al que debas tener respeto.

Norman y Ray habían hecho crecer a un niño sin miedos, sin traumas o pesares. Le habían dado toda la atención y felicidad que debía tener un niño. Y al mismo tiempo le han dicho que era el mejor, que era un orgullo para ellos y esperaban lo mejor para él.