† No. III. †

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El ruido proveniente de la cocina hizo despertar al albino que cómodamente dormía en la cama matrimonial.

“—Otra vez...—” Pensó mientras se removía en la cama, abrazando la almohada de su esposo.

Estos últimos día Ray solía despertar temprano para preparar algunos postres que encontraba en internet.

Norman no lo entendía, ¿Por qué despertar tan temprano? El azabache tiene mucho tiempo libre para hacer lo que quiera pero, precisamente en las mañanas más frías del año decide cocinar repostería.

Lo único que le quedaba al albino era esperar que no fuera algo permanente, los postres son deliciosos pero, el ojiazul necesita a su dulce omega durmiendo junto a él.

Abrazar la almohada no es suficiente para obtener calor ajeno, forzosamente tenía que levantarse para ir a buscar a su esposo, pero la simple idea lo mataba de frío.

La esponjosa almohada tenía impregnado el aroma del omega que lo enamoro. Se conocieron mucho antes de ser concientes de su subgénero, Norman nunca se imagino ser alfa, y cuando se enteró de ello, comenzó a cortejar al pelinegro al igual que los demás chicos que también querían a Ray como pareja.

Más allá de su inteligencia no tenía mucho que ofrecer a diferencia de los otros alfas altos, guapos, deportistas y dominantes. Tener un aspecto enclenque lo frustraba demasiado, jamás imagino que Ray lo elegiría por encima de todos los chicos atléticos y guapos. Es por eso que Norman suele ser tan posesivo y amoroso, aunque después de unos años el albino aumento de estatura y su cuerpo dejo la aparecía de un niño enfermizo. Ahora era Norman el que recibía declaraciones por muchos omegas, pero él ya tenía a su pareja especial.

“—Yo ya he elegido. —”

Esa sencilla acción los llevo a declarar sus votos matrimoniales. El día de la boda muchos invitados lloraron, porque el Alfa más atractivo e inteligente se casaba con el Omega perfecto que muchos deseaban.

Norman era sincero al decir que estaba completamente enamorado, no había día en el que no pensará en su esposo y en las diferentes maneras de hacerlo feliz.

Cada que piensa en Ray, una tonta sonrisa se forma en sus labios, algo que no puede evitar cuando está solo. Esa pequeña costumbre le recuerda a su pasado adolescente.

“Al menos ahora no se sonroja por cualquier cosa.”

Sí, ahora es el hombre que hace sonrojar al pelinegro popular, no había duda, Norman era muy afortunado.

¿Por qué lo eligió? Ray es muy seco al decir el por qué, sin embargo Norman suele pensar que fueron sus excesivos regalos que lo conquistaron.

Sea lo que sea, el ojiazul tiene un anillo de oro con la frase, “—Ven conmigo—.” grabada en su interior.

Cada mañana observaba su dedo anular, el llamativo color del anillo expresaba el sentimiento con el que fue dado. Sus dudas y temores desaparecían al ver ambos anillos juntos.

El alfa sonrió, sumergiendo su rostro en la almohada. Oh, el aroma a canela lo calmaba y emocionaba de una forma tan vaga.

—Norman. — La suave voz del pelinegro se escuchó por el pasillo, sin mucha energía el ojiazul giró su rostro hacía la puerta, dónde vió entrar a su amado esposo.

。*゚+ En Espera.。*♡•° || NoRay ||•°Yaøî,•° Omegaverse.•°Norman x Ray.°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora