(27) Ideas entrelazadas

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—Se lo conté todo ayer —Jimin confirmó mientras ponía la tacita de café sobre un pequeño platito en la mesa de su salón

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—Se lo conté todo ayer —Jimin confirmó mientras ponía la tacita de café sobre un pequeño platito en la mesa de su salón.

Las otras tres tazas con sus tres correspondientes platos se unieron a la primera y sus tres hyungs se lanzaron a abrazarlos llenos de orgullo. Terminaron riendo por el embrollo de extremidades en que se convirtieron; pero, aun así, no se separaron. A pesar de que las risas de unos y otros restallaran con fuerza en sus oídos.

—Estamos orgullosos de ti, principito —dijo Seokjin según se pusieron algo de distancia entre sus cuerpos y pudieron tomar una bocanada de aire.

—Todo fue bien, ¿verdad? —preguntó Namjoon.

Jimin asintió, tomó la taza y dio otro trago intentando aclararse la garganta, intentando contener sus emociones para no llorar de nuevo.

—Sí, cenamos fuera y luego le traje aquí y se lo conté ahí mismo donde estáis vosotros sentados...

No pudo continuar hablando, pues sus ojos se tornaron vidriosos rápidamente. Era algo demasiado importante para él como para no emocionarse. De alguna forma, aún no se sentía real que hubiera conseguido dar aquel paso. Algunas veces, de hecho, ni siquiera creía que fuese real que había conseguido escapar de aquel agujero inmundo en el que malvivió en Busan. Sin embargo, al fin, era feliz.

—¿Cómo reaccionó Jungkook? —preguntó curioso el mayor de todos.

—Apenas dijo nada, la verdad. Supongo que le costará asimilarlo...

Jimin entrecerró los ojos y miró hacia uno de los lados, como intentando recordarlo. Había detalles que se le escapaban ahora. Parte del recuerdo de aquella noche era nebuloso por los bordes. Sabía qué había contado, pero no tenía plena consciencia de cómo lo había hecho, con qué palabras, con qué gestos, en qué momentos Jungkook le había abrazado más fuerte. Era un momento que recordaría y a la vez no, para siempre.

—Claro, es normal que se quedara... impactado —acompañó Namjoon.

—Pero todo el rato estuvo abrazándome, dándome caricias y besos... También dijo que estaba orgulloso de mí.

Aunque no tuviera todos los detalles, esta parte la tenía clara. El peso del cuerpo de Jungkook sobre él, ayudándolo a mantenerse en aquel salón, en aquella noche fría de invierno y no dejar que su mente volviera del todo atrás; su abrazo, manteniéndolo anclado a quien era ahora y solo permitiéndole volver atrás para echar un vistazo a aquellos recuerdos que quería narrar, sin enterrarse en ellos de nuevo; sus besos y caricias recordándole que ya nunca más se sentiría solo y abandonado de aquella forma.

—Te lo dije. Estaba seguro de que iría bien —Yoongi intervino al fin.

Se miraron con una sonrisa cómplice y el mayor de ambos se levantó para volver a abrazarle. La validación de todos era importante; pero de alguna forma, la de Yoongi lo era más aún. Era obvio el desprecio que había sentido desde el principio, cada acción de Jungkook era incorrecta para él, su actitud, su ropa todo él estaba fuera de lugar para su amigo. Cuando ocurrió lo de Mein Traum había asumido que sería él directamente. Los demás también habían mostrado desconfianza hacia su ángel, eso estaba claro; pero no parecían llegar ni por asomo al mismo nivel de desdén y repulsión. Había terminado aprendiendo que era la proyección de sus propios problemas con Hoseok y, suponía que haber abierto la caja de pandora probablemente hubiera ayudado a desvincular lo que sentía por ambos pastels. Así que sí, era cierto, podía ser que realmente Jimin estuviera dándole más matices de los que realmente tenía; pero tampoco le importaba mucho. Yoongi le había escuchado con paciencia hablar de lo bueno y malo de Jungkook, de sus ilusiones y miedos y le había apoyado más que nadie a dar aquel paso, le había ido dando pequeños empujoncitos en aquella dirección para asegurarse de que tuviera su final feliz. Que ahora estuviera, al fin, preparado para cruzar las puertas hacia su final feliz, era, en gran parte, gracias a él.

Si te amo, ¿a ti qué te importa? · [ JIKOOK ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora