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ain't got enough money to pay my respect ✧ ׄ 𑂴
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Chanhee estaba descansando en una de las sillas de serpentina en el porche trasero, esta era de color rosa brillante con flores amarillas llamativas, fingiendo leer su novela de misterio mientras los niños jugaban con una manguera de agua al lado de la casa, cuando captó el chico de la piscina mirándolo fijamente de nuevo.
Los ojos oscuros y curiosos se demoraron demasiado antes de que se diera cuenta de que lo habían atrapado, y rápidamente desvió la mirada.
Él sabía lo que había estado mirando.
Sus piernas largas y esbeltas se extendían sobre la silla, todavía un poco brillantes por el protector solar que se había aplicado antes. Su cintura delgada se muestra entre el corte bajo de sus pantalones cortos de mezclilla. Su lindo rostro, medio a la sombra del toldo que se extendía sobre el porche de madera, enmarcado por un sedoso cabello rubio que unas gafas de sol evitaban que le cayeran en los ojos.
Chanhee era consciente de lo bien que se veía, y estaba menos que sorprendido de haber llamado la atención de esos ojos oscuros.
Era la tercera semana de las vacaciones de verano y estaba cuidando a un político y su esposa trofeo que pasaban dos semanas en las Bahamas. Los niños, una encantadora niña en su último año de escuela primaria y sus muy molestos hermanos pequeños, un par de gemelos, todos lo amaban. Todos los niños del barrio lo amaban, y los adultos también, así era como podía exigir precios tan altos por sus servicios que solo la clase alta podía pagar en primer lugar.
Francamente, odiaba cuidar a los niños de los ricos. Su actitud era detestable, sus hijos mimados y sus casas ridículamente grandes, pero él tenía que pagar su matrícula de alguna manera, y esas personas pagaban escandalosamente bien por alguien capaz y correcto como Chanhee para cuidar de sus hijos mientras ellos alardeaban de su riqueza en las lujosas viviendas de sus vecinos.
Esta familia no era diferente a cualquier otra para la que había trabajado, y ahora, mientras no estaban, detrás de su cerca blanca perfecta en su jardín perfecto, Chanhee se recostó en su silla de serpentinas y miró por encima de su libro, observando al chico de la piscina con entusiasmo y ojos expectantes.
