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Kali llegó un par de horas después, nos dijo un poco de información que había logrado reunir, pero eran solo confirmaciones de nuestras sospechas.

También trajo consigo ropa de cambio para nosotros, que nos haría pasar más desapercibidos. Le entregó un poco de medicina a Ciro y él comenzó el tratamiento para la herida de Arturo, mientras ella comenzó a revisarme.

Al no haber fracturas o heridas evidentes, asumimos que mis malestares fueron debidos al impacto de caer de la forma en que lo hice, la tensión que experimentaba y todo lo sucedido hace apenas unas horas.

Intenté dormir mientras Ciro y Kali estaban atentos a cualquier señal de peligro, pero eran tan recientes los hechos que soñaba con soldados y con el momento en que subíamos la muralla.

Nos cambiamos las prendas al amanecer, Kali me cubrió para evitar que yo me sintiera incómoda.

Mis piernas ya estaban más tranquilas, pero aún sentía cansancio en mi cuerpo.

—Ahora debemos planear qué hacer... —murmuró Kali cuando terminó de guardar sus dagas en un bolsito y otras partes de su ropa.

—Claramente debemos recuperar el castillo y velar por la seguridad de mis padres, pero reconozco que será muy difícil. —Observé a Ciro, parecía luchar con el impulso de correr de vuelta al castillo.

Llevé una mano a mi pecho, me dolía pensar en lo que dejamos atrás.

—Debemos reunir información del sur y el oeste, probablemente tengan una buena resistencia tomando en cuenta que están comandados por mi padre y el príncipe heredero —dijo Kali, yo entonces recordé que Lugh, además de estar bajo el mando de Ciro, tenía al frente al marqués Arindam.

—Entonces deben estar dando una buena pelea —dijo Arturo, un poco esperanzado.

Aunque yo también lo estaba, me ilusionaba la idea de que parte del reino sea protegido por dos fuertes y bien armadas ciudades.

—Me siento aliviado de que Josiah y su familia no estuvieran en palacio —habló Ciro, yo asentí con la cabeza—. Nisha, también me siento aliviado de que salieras de tu habitación, probablemente saquearon y revisaron cada lugar del palacio, así que... fue buena idea seguir tus instintos.

Supuse que pensaba que sentí que algo malo me pasaría de quedarme allí, y no me sentí con la valentía de decirle que fue todo lo contrario.

—Arturo, debemos ver si hay alguna mesa en algún sitio discreto de la posada, no podremos pensar en un buen plan con el estómago vacío —llamó Kali, él asintió y la siguió al primer piso.

Yo sonreí. A pesar de todo estábamos juntos y eso me aliviaba bastante.

Ciro se sentó a los pies de la cama en la que Arturo había dormido. Me acerqué a él, e, intentando demostrarle que estaba ahí para él, me senté junto a él y tomé su mano.

Habíamos perdido, claro, pero eso no nos haría retroceder. Aunque Arturo no tuviera escudo, aunque Kali no tuviera su amada lanza, aunque el príncipe no tuviera algún arma. Estábamos juntos, eso me hacía querer seguir y estar ahí para cada uno de ellos.

—Ciro, aunque tarde meses o años... Quiero estar contigo, recuperar el castillo y reunirme con tus padres y mi padre junto a ti, junto a ustedes... —Lo observé, tenía los ojos humedecidos.

Yo también tenía ganas de llorar, había reprimido mis lágrimas varias veces.

Me acerqué a él y junté mi frente con la suya, no era un acto que me permitía a mí misma hacer con el príncipe, pero quería transmitirle de alguna forma mis sentimientos a mi amigo.

Lᴏ ϙᴜᴇ ʜᴀʏ ϙᴜᴇ ʜᴀᴄᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora