•Historias donde están los personajes de Harry Potter.
•Incluirá de todo: romances, +18 si estas escenas te incomodan puedes saltarlas de igual manera siempre habrá una advertencia, engaños, finales felices, finales infelices etc.
•Las historias es...
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ꓸ 𖨂 ׄ🦌𝙬𝙚𝙡𝙘𝙤𝙢𝙚🖤⊹ꓸ ׄ ₊˚¿LILY?₊˚ (⊙_⊙)
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Había una vez en una noche fría y oscura una casa casi destruida, una mujer sin vida al igual que su esposo y un bebé, el único sobreviviente de los tres llorando después de que vio morir a su madre y padre, llega un hombre de cabello largo y sedoso con vestimenta negra, entró por la puerta ya destruida al igual que las paredes. Lo que vio le rompió el corazón y no lo podía creer era su amada muerta, se tiro al suelo para poder abrazar el cuerpo sin vida de aquella mujer pelirroja al igual que el el bebé también lloraba, no sabía que hacer si tomar al niño y llevárselo a Dumbledore o simplemente irse sin hacer nada. Optó por la segunda opción no quería meter en problemas a nadie ni a él, aún que le doliera dejar a Lili tirada en el suelo, por último le dio un beso en la frente a la pelirroja y la abrazo lo más fuerte que pudo para poder irse de aquella casa.
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Pasaron los años y Severus se enteró que el hijo de su difunta amada iría a Hogwarts, por muy poco que se pueda creer lo quería porque el tenía los ojos de ella pero casi todo el se parece a su padre y eso no le agradaba. En Hogwarts estaban preparando todo para la bienvenida de los nuevos estudiantes la nueva canción del sombrero, un nuevo discurso del director, hasta las vestimentas de todos y al igual que la decoración de Gran Comedor. La maestra McGonagall comenzó a dar las indicaciones a los niños en qué casa se podían quedar etc, pero en ese pequeño grupo de niños nadie se esperaba que exactamente dos niños los dejarían con la boca abierta.
—Cuando escuchen su nombre pasan al frente, se sentarán en la silla y dejarán que el Sombrero les dé su casa—McGonagall guardo silencio menos de un minutos para desenrollar el pergamino y decir los nombres de cada uno—Hermione Granger.
—Ay no tranquila, relájate—la niña de pelo alborotado se sentó en aquella silla y el sombrero tomó vida y comenzó a hablar.
