XI

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Tres días después, Jane iba a salir con Nancy al nuevo centro comercial, lo acaban de abrir y por supuesto que irían por un helado y de compras

Jane extrañaba eso, salir con amigas, después de Barb, ella también se culpo, ella también pudo haberlo evitado, pero ni siquiera supo cuando paso, había entrado en depresión por meses, no salía de la casa para nada, no sabía que pasaba pero sabía que había algo raro, y que Steve estaba involucrado en lo que sea que fuera, pero no le importaba saber, estaba muy triste para hacer algo más que ayudar en las búsquedas de Barb

Nancy, Jonathan y Steve habían dejado de lado a Jane en todo lo que pasaba, ninguno le decía nada, la evitaban y evitaban el tema de Barb a toda costa, a veces se sentían mal por no incluirla, por no hacerle saber que pasaba y que se había llevado a Barb y solo dejarla ahí, sola y pensando que fue su culpa, viendo como se iba todos los días con policías y demás gente a las búsquedas con toda la esperanza de encontrarla pérdida en el bosque

Habían decidido que era mejor verla deprimida, triste, sola, y escucharla llorar todas las noches -prácticamente solo Steve-, que decirle todo lo que pasaba y que fuera a ayudarlos, había sido decisión de su hermano el mantenerla lejos de eso, Nancy y Jonathan no sabían porque, si era lo que el pensaba que era mejor para ella, o si tenía miedo de que se metiera tanto en esto, que hiciera cosas por si sola, que buscara cosas, que se pusiera en peligro sola, no lo sabían pero pensaban que Steve buscaba lo mejor para ella

Pero durante meses, nadie habló de lo que le había pasado a Barb con ella, Steve ni siquiera platicaba con ella más de lo necesario, no quería que la mencionara y tener que mentirle en la cara, Jane era muy buena sabiendo cuando alguien mentía si te miraba bien, ponía atención a tu mirada, a tus gestos, a tu lenguaje corporal, pero después de un tiempo dejo de preguntar y de decir algo aunque supiera que le mentían, solo lo aceptaba

Había pasado los meses sola, sin sus papás, sin Nancy, sin Jonathan y sin Steve, se alejo se los niños por la misma razón y dejo de salir un tiempo, en la escuela seguía siendo la misma de siempre, con la sonrisa bonita y dulce, la mirada intensa pero no era igual, no brillaba, solo se veía cansada y triste, todos sabían que Barb era su amiga, y pensaban en que esa era la razón y en parte lo era, pero también se sentía sola, sentía que le tenía que rogar a su propio hermano un poco de atención, que le preguntara como estaba, que la abrazara y la dejara llorar con él, pero nunca lo hacía, prefería llorar sola sintiéndose la peor persona del mundo y al día siguiente hacer como si tuviera la fuerza suficiente para buscar a Barb sabiendo que no la encontrarían o al menos no viva

Dormía pensando en todas las posibilidades de lo que le pudo haber pasado a su amiga o lo que le podía seguir pasando, eran pesadillas todas las noches, hasta que unos meses después, simplemente pararon, ya no soñaba feo, ya no buscaban a Barb, no la habían encontrado pero simplemente ya todos estaban cansados y habían perdido toda la fe, con el tiempo, salió del hoyo sola, y sus ojos empezaron a volver a brillar y a tener esa mirada más feliz, agradable y atractiva al mismo tiempo, ya sonreía de verdad, pero seguía sin hacer algunas cosas, dejo de considerar amigos a quien sea, dejo de salir con gente que no le daban confianza suficiente, y aprendió a estar sola sin sentirse mal

A veces hablaba con los papás de Barb por teléfono, sólo para verificar como estaban y a veces seguía llorando por ella, pero no seguido, pero extrañaba su vida antes de que eso pasara

—¿Ya te irás?—cuestionó Steve a su hermana menor cuando la vio salir de la habitación

—Sí, ya sabes que el centro comercial no queda tan cerca. Te veo en la noche

Salió de la casa y empezó a caminar en dirección a casa de Nancy, no quedaba muy lejos y quería caminar un poco, había estado tres días encerrada y empezaba a sentir que se entumecia de estar sentada en el sofá

A mitad de camino, logró ver como el camaro azul que iba a toda velocidad se acercaba a donde estaba ella, lo ignoró y siguió caminando, probablemente ni siquiera la vería y si lo hacía, pasaría de largo

Y se maldijo cien veces cuando vio que el camaro bajo la velocidad cuando estaba casi enfrente de ella

—Hey,—habló Billy desde la ventana del auto, con el brazo afuera, buscando la mirada de la menor de los Harrington—¿a dónde vas?, te puedo llevar

—No, gracias

—Jane, sube al auto. Te llevo

—Puedo caminar

—Maldición Jane, cada vez que intento ser bueno contigo, haces eso y me sacas de mis casillas

—No me importa Billy, no te pedí que me llevarás, puedes irte ya—se encogió de hombros y siguió caminando, haciendo que Billy golpeara el volante, suspirara para calmarse y empezó a ir de reversa poco a poco, hasta volver a estar de frente con ella

—No te voy a dejar en paz si no me dejas llevarte

—No me importa

Y eso le agotó la paciencia y la calma, detuvo el auto y salió de éste, se lamio los labios ya desesperado y la tomó del brazo

—Jane, te estoy diciendo que subas al maldito auto y yo te llevaré a donde sea que quieres ir,—se lo dijo fuerte y claro, cerca de su rostro, la miro a los ojos y Jane se perdió un momento en sus preciosos ojos azules, pero seguía molesta—Vamos Jane, te llevo

—Suéltame Billy, me duele—miró su brazo y el agarré de la mano del nombrado, quien se dio cuenta que estaba presionando más de lo que quería y la soltó de inmediato, viendo como le quedaba una marca roja de la mano en el brazo que probablemente se le quitaría en unos minutos

—No quería hacerte eso—quería disculparse pero le costaba tanto poder decir que lo sentía—¿puedo llevarte?

Jane suspiró, tenía que llegar a casa de Nancy pronto, y si no le decía que sí, solo iba a perder más tiempo, rodeó el auto sin decirle nada a Billy y abrió la puerta del copiloto, Billy sonrió y se subió al auto

—¿Como haz estado?—habló antes de arrancar el auto, estaba nervioso y no se sentía en control de nada

—Bien, lo dices como si no te hubiera visto hace tres días—Jane miró por la ventana, no quería verlo todavía—¿a dónde ibas?

Billy levantó las cejas, iba por algo que su papá le había pedido pero iba a aprovechar para pasar por la casa de Jane, solo para ver sí la veía o si estaba sola

—Por unas cosas, ¿a dónde te llevo?

—A la calle Maple, es número 186, ¿sabes por dónde es?—estaba más calmada, no le servía de nada seguir molesta el resto del día, sólo se lo arruinaría

—Sí,—Billy se quedó en silencio unos segundos, mordió su labio inferior con algo de fuerza, aguantando las ganas de parecer un novio celoso, se calmo todo lo que pudo, no podía estar celoso, era Billy Hargrove, no podía cambiarlo así como así y menos tan rápido—¿A quién vas a ir ver?

Jane lo miró unos segundos, mientras él evitaba el contacto visual mirando al frente, el auto aún no se movía

—Es casa de Nancy,—se encogió de hombros y miró al frente también—iremos al centro comercial

Billy sólo murmuró un "mmhm" mientras que arrancaba el auto, iba rápido pero no tan rápido como acostumbraba a hacerlo, pensaba en ir más lento para poder pasar más tiempo con ella pero se prohibía hacerlo

—Oye, sobre la otra vez...—

—No quiero hablar de eso—Jane lo interrumpió, el sólo recordarlo le daban ganas de llorar—que este aquí no significa que me alegra verte Billy.

Llegaron muy rápido, sólo habían durado unos minutos en silencio para ellos porque si tenían música pero ninguno quería cantar siquiera, en cuanto se detuvo frente a la casa de Nancy, Jane se bajó lo más rápido que pudo del auto

—Gracias por traerme, con cuidado—dijo amable y con una sonrisa suave mirándolo por la ventana, era amable a pesar de todo y lo de con cuidado era algo que se lo decía a todos sus amigos y aunque Billy no lo era, no podía decir que tampoco era alguien que no haya tenido presente en su vida

Verlo era como un recordatorio de que aunque no lo quería ver, no podía dejar de pensarlo.

Jane HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora