XIX

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—¡Me voy a trabajar, te veo en un rato!—el grito de Steve mientras pasaba por la habitación de su hermana la levantó, escucho a su hermano abrir la puerta y luego cerrarla

Apenas escuchó el auto arrancar, volvió a mirar a Billy aún dormido, y estaba pensando en sí volver a dormir un poco más o hacer el desayuno

Ver a Billy dormido era una ternura para Jane, se veía... indefenso, tranquilo y tierno

Jane se acercó y dejo pequeños besos en su mejilla y después en una de sus manos, amaba sus manos, eran grandes, anchas y eran algo ásperas, todo lo contrario a las de ella, que eran pequeñas y suaves

Fue a la cocina después de haber ido al baño a arreglarse un poco, no de maquillarse, si no de peinarse e higiene personal además de las necesidades, algo que siempre hacía como una rutina después de levantarse

Haría panqueques, seguramente a Billy le gustarían, se tomo el tiempo haciéndolos y justo cuando ya estaba sirviendo en los platos, vio a Billy bajar las escaleras, descalzo y buscándola con la mirada

—Hola—le sonrió Jane desde la cocina, tomando las platos con ambas manos y dirigiéndose al comedor—Hice panqueques

Billy miró el comedor, los panqueques que Jane acababa de dejar y luego a ella, que se dirigía al refrigerador, saco jugo de naranja y tomo dos vasos

—¿Qué?—dijo cuando llego de nuevo al comedor, dejando todo en la mesa y se sentó, empezó a preocuparse al ver que Billy no decía nada—¿No te gustan?

Billy estaba observándola sin escucharla, sólo la miraba imaginándose en su propia casa, con Jane y dos chiquillos corriendo por la cocina, una niña y un niño, sentándose en el comedor a desayunar, y se sentía feliz, después le dio pena haberlo pensado

—Sí, sí me gustan—se sentó frente a ella—es que, no lo sé, nunca había desayunado contigo

Mentía, pero por supuesto que no iba a decir lo que había pensado, no lo iba a contar, le daba pena y tenía que olvidarse de eso, además, ¿Cómo sabía que no sería como su papá?

—Pues ahora lo harás—Jane se encogió de hombros, había sido la respuesta más extraña que Billy le había dado pero no quiso decir nada—¿jugo?

Billy asintió y Jane sirvió en los vasos y empezaron a hablar de los planes que tenían cada uno para el día. Mientras que Billy iría con Tommy y los demás a ver un partido de Basquetbol en un bar de Hawkins, ella iría con Steve y Dustin, Billy no lo conocía pero Jane le tuvo que explicar que eran como familia, que era menor y se había ido de vacaciones, era sorprendente que tan celoso era, todo y todos le daban celos

—No tienes que ser tan celoso, Billy—murmuró Jane con una voz dulce—No le pongo atención a nadie más que a ti, en una forma romántica obviamente. Tengo amigos, pero solo me gustas tú y eso no va a cambiar

Billy la miro a los ojos, lo sabía, pero no podía dejar de pensar que Jane merecía a alguien mejor, alguien a quién su hermano no odiara, alguien que fuera una buena persona y pensaba que cualquier persona en Hawkins era mejor que él

—¿No confías en mí?—preguntó Jane, con el corazón en la mano esperando que no se lo rompiera un "no" que saliera de la boca de Billy

—Lo hago—suspiró—eres la única persona en la que confío Jane, así que no lo arruines. Si me engañas, voy a matar al otro chico, lo juro

Jane se quedó callada un momento, no se veía molesto, estaba bastante calmado pero lo había dicho con una firmeza que se sentía muy real lo que decía y lo era

—No lo haré—murmuró por lo bajo—No te voy a engañar, Hargrove, ¿qué si tu lo haces?

Jane se cruzó de brazos, no le gustaba eso de Billy, no iba a dejar que la amenazara así cuando en realidad el único que podía engañar entre los dos, era él, o quién sabe si ya lo había hecho

Jane HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora