XVIII

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—Dustin llega mañana,—empezó a hablar Steve en cuánto empezó su hora de comida, Jane lo veía comiendo mientras se comía otro cono de vainilla—Ya lo quiero ver, mañana iremos con todos, tú también

—¿Yo?

—Sí, iremos los dos, Dustin extraña hablar contigo a veces—mentía, no del todo pero sí lo hacía, Dustin sí la extrañaba pero en realidad quería incluirla poco a poco para poder contarle todo lo que estaba pasando en Hawkins

—Okay, yo los extraño también, vi a Mike hace poco, ha crecido un montón

Y pasaron horas hablando sobre los niños, Steve tenía anécdotas, hablaba de ellos como un padre orgulloso y se notaba feliz con ellos, Jane se ponía feliz escuchando todas las historias, apreciaba demasiado a los niños, a Will lo conocía desde bebé y ella siempre lo vio como su hermano, aunque Will siempre había querido que Jane fuera novia de su hermano, a Mike lo conocía por Nancy y por Will, vio su amistad crecer desde un principio, a Dustin y a Lucas por ellos dos, conocía al grupito y a veces era más cercana a ellos que Nancy, inclusive conocía a Erica, quién era a las pocas personas a las que tenía respeto y se notaba

—¿Entonces tu niño favorito es Dustin?

Los hermanos hicieron un gesto de confusión al mismo tiempo, la pregunta había sonado rara pero solo rieron un poco

—No es como mi favorito,—se encogió de hombros—los aprecio a todos, pero paso más tiempo con Dustin, ya sabes, me pregunta como hablar con las chicas, cree que soy genial

—Bueno, es un niño, no sabe lo que dice

—Oye—se quejó empujando un poco a su hermana, se pusieron de pie y empezaron a caminar fuera del local—Robin, ¿segura que no necesitas ayuda para cerrar?

—No, estoy bien. Adiós Jane, fue divertido conocerte, puedes venir cuando quieras, yo también tengo helados gratis, para ti verdad, porque también trabajo aquí

Vieron como Robin cerraba los ojos y murmuraba algo que solo ella había escuchado, aún no era muy amiga de Steve, seguían acomodándose en eso

—Gracias Robin, descansa—sólo respondió Jane sonriéndole y diciéndole adiós con la mano, Robin le sonrió de vuelta y se volteó, seguía murmurándose cosas por haber hablado rápido y demás, pero la hermana de Steve le había parecido tan atractiva, tenía el cabello negro más bonito que había visto y sí Steve era atractivo, Jane lo era el triple, cada que la veía se perdía un buen rato en su mirada y Steve tenía que gritarle para que se pusiera a trabajar

Jane y Steve salieron del local y después, a un paso tranquilo y constante, del centro comercial. Se dirigieron al auto de el mayor de los Harrington e iban camino a casa

—Tengo sueño—comentó Jane después de un bostezo que fue cubierto por su mano, sus ojos se pusieron llorosos por el mismo

—Yo también, sólo espero llegar y tumbarme a la cama, quiero dormir todo el día y mañana tengo trabajo

—Hablando de trabajo... ¿te gusta Robin?

La cara de Jane gritaba una especie de picardía mezclado con querer burlarse de su hermano, haciendo que el no quisiera decir nada sobre eso

—No me gusta

Jane seguía mirándolo igual, esperando la respuesta verdadera, Steve suspiró, estaba cansado y no quería perder el tiempo así

—No me gusta, sólo me parece muy bonita y divertida

Jane miró al frente, ahora sí sabía la verdad

—Lo es, yo creo que deberías hablarle más, ya sabes, que se vea que tienes interés

—Cállate, Jane—soltó una risita—yo sé lo que hago, ¿okay?

Jane sólo movió los labios y asintió

El viaje a casa fue cómodo para Jane; se quedó dormida, se sentía muy cómoda y segura ahí con su hermano, el aire le golpeaba el rostro y sentía el movimiento del auto, pero se sentía bien

Se sentía bien desde hace una semana, estaba feliz todo el día excepto cuando pensaba en como le diría a Steve que estaba saliendo con el chico que lo golpeó y que le cae mal pero fuera de eso, todo bien

También había hablado con sus papás días atrás, y aunque no fue una conversación muy larga, se alegraba de escucharlos, de saber que estaban bien y de poder hablar con ellos, parecían estar disfrutando sus vacaciones y los hermanos Harrington ya estaban tan acostumbrados a estar solos que ya ni se molestaban en buscarlos

Jane sintió el auto estacionándose y se levantó levemente, bajó del auto y espero apoyada en el a que Steve abriera la puerta y una vez que lo hizo entró directo a su habitación, se puso la pijama con todo el sueño y la flojera que no había tenido en semanas y se tiro a la cama, de ahí no supo más

Hasta después de un rato, escuchó golpes en la ventana que la obligaron a levantarse y casi se le sale el corazón cuando vio a Billy Hargrove afuera de su ventana, desesperado porque le abriera

Jane abrió la ventana y en cuánto paso, la cerró. Vio como Billy la observaba molesto

—Lo sé Billy, olvidé llamarte, me quedé dormida desde que veníamos en el auto y en cuanto me acosté, me dormí

Billy seguía molesto, estuvo esperando a que le llamara por teléfono para él ir a su casa, espero tanto que se desespero, empezó a pensar lo peor y tuvo que ir a su casa y apenas vio el auto de Steve, sintió la sangre recorriendo todas sus venas

Pero verla en pijama, con la cara de sueño y tallándose los ojos con los dedos, hizo que se le olvidara un poco, se veía cansada y seguramente todo lo que había dicho era verdad

—¿Me perdonas?—murmuró Jane acercándose a él, quién estaba sentado en un costado de la cama, Jane se poso en medio de sus piernas y lo tomo del rostro, sonrió viendo lo bonitos que eran sus ojos, sus labios, su rostro. Maldición, Billy Hargrove era precioso. Se acercó más y le empezó a dejar besos cortos por todo el rostro, terminó dejándole varios besos en los labios

—Púdrete Harrington—murmuró con una sonrisa, antes de volver a besarla, Jane sonrió en medio del beso, causando que el también lo hiciera—¿Tienes sueño?

—La verdad sí—hizo un pequeño puchero—pero me puedo quedar despierta un rato si quieres hablar

Billy la miró a los ojos, quería verla, eso era todo

—No—murmuró parándose de la cama, le sonrió levemente a Jane, sus ojos brillaban cada que la veía, tal vez aún no estaba listo para decirle que la quería pero en definitiva lo hacía, podía sentirlo cada vez que la veía o lo mucho que la pensaba durante el día y eso le asustaba—Vamos a dormir

Se acostaron en la cama, no sin antes ponerle seguro a la puerta, Jane volvió a acurrucarse en su pecho como siempre lo hacía, lo olía y eso le relajaba, podía escucharlo respirar y también sus pequeños ronquidos, era divertido pero le gustaba tenerlo cerca, sentía sus manos en su espalda y todo lo que era él

Jane subió una pierna arriba de las de él, haciendo que Billy soltara una risita, se sentía muy apretado a veces pero prefería eso que alejarse y dormir sin sentir los brazos de Jane en su espalda o su cabeza en su pecho

—Buenas noches, Janey.

Jane sonrió y lo miró a la cara, también podía sentir como sus ojos empezaban a brillar cuando lo veía, se acercó a besar su mejilla y después sus labios, y una de sus manos buscó desesperadamente la de él, entrelazándola con la de ella

—Buenas noches, Billy.

Jane HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora