Capítulo 12. Muerte.

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-¿Porque no has avisado de que te quedarías mas tarde?- preguntó mi madre enfadada.

-Porque no lo sabia que me quedaría tanto. Pero estoy bien.- la miré sin ganas de seguir discutiendo.

-¿Con quién estabas?

-Con Lucas, del grupo de amigos.

-¿Solo con él?- esto que era una clase test.

-Sí, los otros se fueron a casa y nos quedamos en la piscina. Nada más. ¿Porque tantas preguntas?- ya me estaba enfadando yo, nunca hago nada malo.

-Tu bikini esta aquí , ¿entonces como te metiste?- oh oh, creo que es una pregunta trampa.

-Con el bikini que tenia allí Eli por si de caso.- mentí pero sin mirarle a la cara, mirándome las manos.

-Está bien, a la próxima me lo dices.- nos dimos las buenas noches y nos marchamos a nuestras habitaciones.

Yo me encontré a mi hermano buscando no se el que en mi armario.

-¿Qué haces buscando ahí?- dije indignada.

-Estaba buscando donde tienes las llaves de la caja de la abuela.- lo miré incrédula porque me pareció extraño que él buscara eso.

La caja de la abuela es una caja donde hay una serie de fragmentos escritos por ella donde dice lo que nos quedó de herencia a cada uno cuando ella fallezca, cosa que aun no ha hecho, por eso no lo entiendo.

-¿Para que lo quieres? ¿Y porque tienes la caja si estaba en el desván?- pregunté ardida.

-La cogí y si quiero la llave es para ver que me quedó a mi.- pero si la yaya no había muerto, eso no lo entendía.

-Pero si la yaya no ha muerto aún, ¿porque la quieres?- me miró con cara de pena. De verdad que no entendía nada.

-Sof...- espera, hay algo que no me cuadra.

-Porque la yaya esta viva, ¿no?- lo miré intentando asimilar lo que pasaba.

-Sofia...- y eché a llorar. De verdad que una no se espera entrar a casa y saber que todos saben que la abuela falleció.

Mi hermano y yo nos abrazamos. Yo llorando, él intentando no llorar. Al final le di la llave que guardaba en una caja de debajo de mi cama.

Nos reunimos todos en el salón.

-¿De que ha muerto la yaya?

-Asesinato.- ahí si que morí en el acto.

-¿C-Como que asesinato?- tartamudeé sin poder casi hablar del nudo en la garganta.

-Entraron a su casa a robar y le dieron una golpiza hija.- dijo mi madre, que era la hija de mi abuela.

Echamos a llorar mi madre y yo sin poder más. Mi hermano me consolaba a mi y mi padre a mi madre.

-Cariño, todo pasará, podremos llevarla siempre en nuestro corazón.- decía mi padre a mi madre.

Abrimos la caja vieja con mucho polvo y dentro habían 4 papeles. Pensaba que abrían 3 sin contar a papa.

Mi madre leyó su papel primero.

-Hija, supongo que habrá terminado mi ciclo de vida aquí, así que te quiero decir que te quiero mucho Andrea y que eres preciosa, cuida mucho a la familia y descansa. A ti te dejo media mitad de la herencia y a tu hermano otra.- mi madre lloró aún más.

Mi padre comenzó a decir lo que ponía en su papel.

-Cuida a mi pequeña y a los nietos por favor. Por cuidarlos te lo recompensé dejándote la guitarra de cuando era guitarrista en una banda. Que se que te gusta tocar, espero os vaya todo bien.

Mi hermano medio llorando abrió el fragmento.

-Chico a ti te dejare mi caja de tocadiscos tan cara que siempre te gustaba poner cuando venias de visita.- mi hermano ya lloraba.- quiero que cuides a tu hermana de cualquier persona que quiera hacerle daño y que te cuides tu también.- mi hermano tiró el papel al suelo y se fue corriendo a su habitación.

Y en mi carta ponía:

-Cariño te quiero mucho, la abuela siempre te recordará allá donde estes. Se que te encanta conducir así que te dejo mi quad que se encontrará en la bahía donde te llevé para manejarlo por primera vez y también te dejo la moto del yayo que ya estará mayor. A todos os dejo mis perlas y complementos por si queréis usarlos y también os quiero decir que mientras vivía sois lo mejor que me ha pasado.

Lloré como nunca. Muriéndome en mi ser. Pensar que la yaya ya no estaba me destrozaba aún más. Nunca pensé que llegaría a pasar esto tan pronto. Ojalá les pase lo peor a los atracadores, no se merecen nada mas que el mal.

-Hija por esto me enfade tanto cuando llegaste tarde, porque no te enteraste de la situación y porque no quería que nada malo te pasase.- lloré en sus brazos, lamentándome de quedarme más tiempo en la piscina de Lucas.

Profundos Secretos (1/2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora