Lia Elizabeth Bernadotte una joven princesa quien a pesar de tener todo el peso de ser la próxima reina, pensará primero en los demás antes que ella, esto llevándola a conocer a una cierta persona totalmente diferente a ella.
Por otro lado Max Vers...
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◞♡ HE'S SO BAD BUT HE DOES IT SO WELL◞♡
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APLAUSOS Y FESTEJOS ERA LO ÚNICO que se observaba en el paddock. El GP de Mónaco había finalizado con unos buenos resultados para todos pero en especial RedBull y Ferrari liderando y sobresaliendo.
Leonardo no pudo quedarse quieto y también se levantó de su asiento aplaudiendo fuertemente con una enorme sonrisa en su rostro, al parecer le había agradado estar presente en una carrera.
Erick miro con una risa burlona el acto de su yerno, pero en el fondo también le agrado el hecho de ver como aceleraban con tal de llevarse puntos.
Lia, bueno simplemente era ella, a su mente llegaron varias cosas.
1.-Fue desesperante el hecho de como se amontonaban unos con otros a lo largo de la carrera.
2.- Justo ahora no tenía ningún favorito, pero sabía muy bien que tanto su padre como su abuelo ya habían puesto todo por un auto.
3.- Le pareció un deporte digamos caótico, pero eso no quitaba el punto que podía ser peligroso.
4.- En el fondo de su corazón le había gustado mucho la carrera, tal vez sería una fan de esto.
Tocaron la puerta y nos avisaron que teníamos que estar haya, porque los directivos querían que mi padre les entregara los premios a los 3 primeros lugares.
Sin más nos empezamos a alistar y salimos para ver el evento de manera más cercana, Louis estaba muy inquieto brincando de un lado a otro tomando mi manita y diciendo que quería subirse al auto rojo ya que era igual que el Rayo Mcqueen.
Y salimos, y empecé a notar las miradas de todos hacia nosotros, ni siquiera sabía si la gente miraba aún a los pilotos que por cierto aún no subían a recibir sus premios.
Me posesione junto a mi abuelo en la zona donde solo están los equipos de los pilotos, todos se veían orgullosos de que su equipo hayan clasificado, hacían reverencias y tanto mi abuelo y yo les dedicábamos una sonrisa sincera.
