𝘕𝘖𝘞 𝘐𝘛'𝘚 𝘠𝘖𝘜𝘙 𝘛𝘜𝘙𝘕
ᚘTal vez no eras tan idiota como pensaba Harrington, tal vez el idiota era yo.
----------- 𝐇𝐀𝐖𝐊𝐈𝐍𝐒, 𝐈𝐍𝐃𝐈𝐀𝐍𝐀
-, 𝗘𝗱𝗱𝗶𝗲 𝗠𝘂𝗻𝘀𝗼𝗻 estaba harto de todas las burlas que personas ricachonas y bonitas...
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Eddie sabía quién era Steve Harrington. Demonios, todos en Hawkins High sabían quién era el rey todopoderoso que cayó de su trono dorado y fue desterrado de su propio reino. Era una historia digna de su propia campaña, no es que Eddie haya pensado en escribir una para Hellfire Club.
La cuestión era que las historias sobre el infame gobernante no coincidían muy bien con todo lo que Dustin Henderson le contaba. El chico era otra cosa, si tuviera que decirlo el mismo por supuesto. Tenía cerebro para días y un sentido del humor increíblemente extraño, pero era un chico agradable. Sin saber como, se había ganado las puertas de su corazón.
De cualquier manera, desde la perspectiva de Henderson, el burro que Eddie conocía era una mamá gallina con un cabello estúpidamente perfecto y un corazón tres lados demasiado grande para su pecho, a demás de ser niñera de, antes 6 chicos, ahora solamente 4 adolescentes. No podría creer esa mierda, incluso si fumaba toda la hierba que guardaba en su lonchera. Era simplemente imposible que alguien hubiera cambiado tanto en tan poco. A demás, puede o no estar celoso de la forma en que el chico idolatraba al otro, haciendo que su estómago se retorciera incómodamente.
— Y luego me dio su bufanda porque dijo, y cito; “Te vas a resfriar, imbécil, y yo, por el amor de dios, no te voy a cuidar más.” —
— Tienes que estar bromeando Henderson. — Dijo mientras dejaba caer un montón de papitas fritas en su boca. Mike dejó de jugar con su comida y puso los ojos en blanco. Esta no era la primera vez que esos dos tenían la misma conversación. De hecho, estaba empezando a envejecer. — No puedes esperar que crea que Harrington dijo eso. — bufó.
—¡Pero lo hizo! — exclamó algo desesperado. — ¡pregúntale a Lucas! —
Todos los ojos estaban sobre él en un segundo. Lucas detuvo su mano en el aire, donde una cuchara llena de pudin con chocolate se dirigía a su boca, y miró a Dustin. Estaba empezando a arrepentirse de no haberse sentado con los idiota de baloncesto por una vez.
