[04] Una vida sin ella

21K 1.5K 666
                                    

|Thoughts - Michael Schulte| » En Multimedia

|Heartless - The Fray|

|Wasted Love - Matt McAndrew|

|Photograph - Ed Sheeran|

|Stubborn Love - The Lumineers|

|Find My Way - The Gabe Dixon Band|

|Make you feel my love - Lea Michelle|

|Breathe me - Sia|

→→→→

Colin O'Connor

29 / Octubre / 2022

Huele a vainilla. De nuevo. Nunca me gustó la vainilla a decir verdad. No se confundan, me gusta el helado de vainilla, el pastel de vainilla, el pay de queso que se le pone vainilla, pero creo que para eso fue creada ¿no? Porque sabe bien, no porque huela bien.

—¿Te gusta mi perfume, amor? —pregunta una vez más.

Sonrío, tratando de no aspirar ése olor. —Es, interesante.

Ella aplaude emocionada y yo continuo con mi tarea. Tratando de no lucir demasiado decaído, no quiero que Peiryn piense que se debe a ella.

Suspiro sin poder poner total atención al proyecto ni a las palabras que dice Peiryn, tamborileo con ambos lados de mi lápiz gastado, el lado del borrador, mordisqueado por mí como si de un malvavisco se tratara, mas no puedo evitar hacerlo cuando estoy angustiado o nervioso.

Naturalmente, lo que debería de estar causando mi estrés, sería el reporte a entregar para la clase de universidad, pensar en qué hacer para el aniversario de Peiryn y mío, ir a la casa de mi madre en unas horas más (ya que según sus palabras "no nos vemos lo suficiente"), y finalmente ir en la noche al gran concierto de Miranda.

No obstante, nada de eso es lo que me atormenta. Lo que en realidad ha causado mi constante mal humor cada año, es cuando solo falta un día para que llegue la fecha que más odio.

Para que llegue el día en que nació la persona más maravillosa que jamás conocí, y también el día en que me la arrebataron.

—Colin, ¿me estás escuchando? —Siempre me pregunté por qué su voz era tan grave, ya que es una chica. Su voz me recuerda un poco al viejo Forbes, aquél longevo que vivía en la colina cerca del campo Woods al que mis padres solían llevarme cada verano, donde pasé la mayor parte de mi infancia, cada recuerdo que conservo en aquél lugar fue único, estando ahí era como si no existiera algún otro lugar a donde ir, aparte de las colinas a las que solía ir con... ella.

Una de las aventuras que tuve allá fue junto con Jace, Noir y Gustavo. Los cuatro allanando el terreno de la colina de quien era dueño el ermitaño señor Hunter Forbes, un anciano que se negaba a usar bastón a pesar de su curveada joroba, siempre usando ropa blanca, excusándose al asegurar que la ropa de color puro alejaba las almas perversas. Había sido culpa de Gustavo que nos descubrieran, ya el muy idiota no pudo aguantarse las ganas de ir al baño y decidió que utilizar el que tenía el señor Forbes no afectaría.

Repito: idiota.

Dudo en verdad que el viejo sea tan anciano como para no recordar haber tapado su propio baño. Una mueca que supongo que hace años habría significado una sonrisa, se tira de mis labios.

Extraño todo eso, recientemente fui de nuevo a Woods, aunque ya no con Jace o Noir, ni siquiera con Gustavo, decidí llevarme a Kevin y Robert. Pasamos un buen rato, traté de enseñarles todo lo que aprendí durante mi infancia, sé que esos chicos lo necesitaban, espero que Kevin haya tomado mi consejo, y bueno Robert... espero que él se haya divertido usando sus boxers en la cabeza mientras corría por las colinas con, ahora ya decrépito, Hunter Forbes detrás de él, es impresionante cómo sigue vivo aquél hombre, aunque bueno, hierba mala nunca muere.

Litost: Historia de un secuestro © (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora