[11] Corazón Vacío

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|End of an Era - Zack Hemsey|

|Andare - Ludovico Einaudi|

|Intro - Black Elk|

|Ave Maria - Johann Sebastian Bach|

|Orchesta Suite No. 3 in D Major - Johann Sebastian Bach|

|Pavane - Ludwing van Beethoven|

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Kevin Brown

—Papá ya quédate quieto —reclamo al ver que mi padre una vez más intenta levantarse de la silla y caminar a la puerta. Lo empujo con delicadeza hasta lograr que se vuelva a quedar quieto, el doctor de la ambulancia recomendó que no se moviera demasiado.

—Kevin —protesta él—, tu hermana está ahí dentro, ¿por qué lo idiotas no la sacan de una vez?

—No han encontrado la llave papá —vuelvo a explicar—. El policía que le disparó a Ruth dañó la llave que llevaba en el pecho, y la cerradura es muy complicada de forzar, dales tiempo.

Mi padre se pone a maldecir en voz baja, pero la verdad no puedo culparlo, después de todo, incluso yo estoy conteniéndome de ponerme a gritarles que hagan algo, no obstante, alguien tiene que ser el adulto aquí.

Y ya que Colin se ha asilado en una esquina de la sala sin decir palabra y solo mirando a los enfermeros atender el cuerpo de Elias, he decido que el que conservará la calma sería yo.

Observo que el castaño está preocupado por Mortiarty, al igual que todos nosotros aunque no lo mostremos, no quiero imaginar qué haría Gaby si estuviera aquí también.
Me sorprende descubrir que nunca estuve enojado con Elias en realidad, estaba enojado conmigo mismo por no poder enojarme con él, ya que después de todo, al igual que con Colin, Elias se ha vuelto parte de la familia para mí.

Miro nuevamente al castaño sentado con las manos en puños, un tanto apartado de la multitud de doctores, solo mirando al inerte Elias, capta mi mirada en segundos y me sonríe. Al menos él está bien, me digo. Al igual que mi padre, el único que me inquieta es Elias, ya que aquél chico nos informaron sería hospitalizado de urgencia para poder sacar la bala de su pecho.

—Estará bien —asegura mi padre, como leyéndome la mente—, es fuerte.

Sonrío de lado y asiento. —Papá —llamo—, ¿acaso lo que hizo Elias no merece perdón? —cuestiono. Mi papá no habla así que continúo—. Sé que nos mintió, mas vino hasta acá para ayudarnos ¿no? No creo que sea totalmente culpable.

Derek Brown parece sopesar la misma idea que yo, y se toma su tiempo en elegir sus palabras. —Ni yo compañero —dice por fin sonriendo—, ni yo.

Analizo cómo levantan el cuerpo apenas móvil de Elias y se lo llevan de aquí, montándolo en la camioneta blanca con rojo y comenzando a irse para salvarle la vida.
Iré a verte, me digo esperando que escuche mis pensamientos, lo prometo.

Otro cuerpo es levantado del suelo para transportarlo afuera, uno que no tardo en adivinar que se trata de nadie más que de un ya fallecido tío, Ruth Crowe.

Aquél hombre que nos engañó a todos haciéndonos pensar que era inocente. Es difícil de admitir, sin embargo, el saber que ni siquiera aquellos en los que confías son honestos, te hace preguntarte quién es bueno y malo en este mundo.

Litost: Historia de un secuestro © (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora