Litost: Historia de un secuestro © (EDITANDO)

[06] El error de amar

|Catch & Release - Matt Simons|

|I hope we die (At the same damn time) - Aron Wright|

|Too Young - Phoenix|

|Smile - Mikky Ekko|

|Walk on by - Noosa|

|Like I'm gonna loose you - Meghan Trainor|

|Dirty Little Secret - The All American Rejects|

|I Don't love you - My Chemical Romance|

|Wherever you will go - Charlene Soraia|

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Elias Moriarty

—Buenos días preciosa —susurro en su oído, y provoco sus risitas.

Sonrío, mientras me coloco frente a ella con una bolsa llena de comida japonesa, su favorita, no me olvidé de comprarle su ramuné de melón que tanto le gusta y un buen plato de ramen. La pongo en sus piernas y tomo asiento en una silla ubicada un poco más atrás.

—Pensé que tenías que irte temprano —levanta una ceja que me hace preguntarme si es un regaño o una observación.

Me encojo de hombros, sin dejar de sonreír. —No pasa nada, quería saber cómo amanecías.

—Elias —ahora puedo confirmar que es un regaño—, estoy bien, ya no tienes por qué preocuparte.

—Pero...

—Pero nada —me corta—, ahora vete de aquí que no quiero que llegues tarde y me quede sin cuñada.

Hago una mueca. —América, ya te he dicho que entre ella y yo no hay nada.

Meri se cruza de brazos y en su rostro se asoma una pequeña sonrisita burlona. —Eres mi hermano Eli, sé cuando estás enamorado, y no me vengas con eso de que pasar la tarde en su casa es por la comida de su madre.

—Oye la comida de Neyra es buenísima —me excuso, mas al verla cruzada de brazos, me doy cuenta de que no soy lo suficientemente convincente.

No digo nada por unos segundos, solo borro mi sonrisa y me pongo de pie, listo para irme. Si ella supiera la gravedad de las cosas... quizá me odiaría por siempre.

—Ya debo irme —pronuncio—. Quiero que te comas todo, y eso incluye la comida que te recomendó el doctor.

Avanzo hasta la puerta y noto que ella me sigue. —¡Pero Eli! Ya estoy bien, no necesito nada de comida asquerosa del doctor.

Me doy la vuelta y analizo a mi hermana menor, veo sus manos agarradas al rededor de las ruedas de su silla, como si estuviera lista para perseguirme si llego a escapar.

Todavía me es imposible asimilar que ahora siempre Meri será más baja que yo, no importa cuánto crezca, la silla de ruedas en la que se encuentra nunca me dejará ver lo mucho o poco que ha crecido mi hermanita... y eso solo me hace apretar los puños.
El recuerdo me invade como ya es costumbre cada que la veo en ése estado y niego con la cabeza, repitiéndome que no puedo descuidarla, no de nuevo. —Hablo en serio Meri, quiero que te lo comas todo... es por tu propio bien.

—Pero...

—Pero nada —imito su tono de voz burlándome de ella al decirme lo mismo—, si me entero que no te lo comiste, no te llevaré al show conmigo.

Su expresión de horror me hace sonreír triunfante, sabiendo que la he pillado. Desde hace semanas, no ha dejado de parlotear acerca de ir al show, así que puedo irme tranquilo sabiendo que se mantendrá como debe.