Capítulo 7
SARA
Me ponía nerviosa que me grite, me dolían las muñecas, la cabeza me daba vueltas y no estaba preparada para hablar de eso. Estaba molesta, quería morir, no quería sentir este asco por mí, mi cuerpo me daba asco. Sus ojos me veían fijamente, mi hermano, era muy importante para mí, era necesario decirle yo.
– Porque Derek – traté de decir, las palabras se quedaban atoradas, no podía hablar, me daba vergüenza, además que fui interrumpida cuando alguien abrió de golpe la puerta de la habitación
– Sara ¿qué hiciste mi amor? – dijo Derek con tono de angustia, sentía miedo y coraje de verlo frente a mí, era un cínico. Fruncí el ceño automáticamente, sentía asco de solo verlo, la bilis subió por mi garganta, me puse seria, necesitaba que se alejara de mí, ahora y siempre.
– Mark déjanos solos, por un momento – dije viendo fijamente a mi hermano, necesitaba dejarle en claro que no quería que se acerque más a mí, quería matarlo con mis propias manos, el odio corría por mis venas.
– Está bien pequeña – dijo, beso mi frente después cruzo miradas con Derek y chocaron hombros de manera agresiva, mi hermano lo odiaba.
– Sara lo siento – dijo Derek una vez que Mark salió de la habitación
– Ahórratelo, no empecemos de nuevo con tus idioteces, necesito que te alejes de mí, me das asco, no estoy lista para tenerte cerca de mí, lo hecho, hecho esta – dije encogiéndome de hombros, me molestaba verle la cara al cínico este
– ¿Me disculpas? – dijo con esperanza
– No, solo quiero que me dejes en paz – dije viendo un punto fijo de la habitación, odio los hospitales, odio el olor a medicamento
– Sara no por favor, yo te amo –
– No, tú no me amas, el amor es algo distinto, no quiero hablar de eso, solo déjame, quiero que mis heridas sanen – dije viéndolo
– Sara –
– Derek, solo quiero olvidar – dije el empezó a acercarse hacia la camilla, empecé a temblar, tomé el botón para llamar a la enfermera si era necesario – además fíjate mis heridas, mis golpes, en serio crees que ellos no preguntaran –
– Está bien, te esperare todo lo que quieras – dijo
– No gracias — dije, dejo las flores en una mesa y salió de la habitación, mi hermano, segundos después entró a la habitación, mis ojos escocían, quería llorar, odiaba sentirme así.
– ¿Por qué hiciste esto? — dijo viendo mis muñecas
– Por algo que me hicieron –
– Pero dime que es — dijo
– Lo siento, pero no — dije — no es tiempo —
– Está bien – dijo, pero otra vez fuimos interrumpidos, se abrió la puerta de golpe dejando ver a mi mejor amiga.
– ¡Tonta! pensé que te había perdido – dijo Melissa llorando, sus lágrimas me partieron el corazón, en realidad no había pensado en las consecuencias de mis actos, estaba actuando impulsivamente, quería olvidar todo, odiaba esto, odiaba sentirme así, me sentía un asco, era un asco de persona.
– Hola a ti también – dije con sarcasmo
– ¿Qué mierda hiciste? ¿Por qué me haces pasar estos sustos? – dijo
– Lo siento –
– ¿Quién te crees para darme este susto de muerte? tu hermano me llamo diciendo que estabas en el hospital – dijo casi gritando, me sorprendía que mi mejor amiga este más preocupada por mí que mi propia familia, a mis padres no les importaba esto, estaban tan ocupados.
– Señorita, guarde silencio o la mandare a sacar — dijo una enfermera entrando a la habitación, se notaba su molestia por los gritos
– Está bien, lo siento — dijo Melissa
– Lo siento, no pensé bien — dije
– Está bien — dijo suspirando — ¡ah este paso terminare con canas por tu culpa! — dijo dramatizando
– Sí, lo siento, ya entendí — dije alzando mis manos hacia el cielo
***
Tantos días encerrada en el hospital, solo hicieron aumentar mi odio a ellos, no me gustaba el olor a desinfectante, me dolía mis brazos, los puntos me daban asco, no podía verme frente a un espejo sin asco. Estaba tan aburrida de ver el techo blanco, se me había ocurrido unas cuantas veces buscar somníferos, a ver si así podía llegar a una sobre dosis, cada vez que me paraba para ir en busca de ellos mi hermano atravesaba la puerta.
El causante de mis pesadillas, el asco por mí, por la situación y por todo solo vino esa vez, lo que realmente agradezco por qué no quiero verlo ni en pintura, Mark no se despegaba de mí, él estuvo todos estos días conmigo, varias veces intento sacarme el motivo de mi intento de suicidio, intente convencerlo de que no llamara a nuestros padres, no quería tener su indiferencia aquí.
La novia de mi hermano vino a verme en unas cuantas ocasiones, pero tampoco la quería ver así que no la dejaba entrar a la habitación. En realidad, no quiero saber de esa mujer, la destetaba, según Mark era descortés con ella, aunque solo no quería saber de esa perra. También la culpa me ha invadido estos días, sé que lo que me paso fue traumático, pero soy más fuerte que esto, sigo pensando porque hice eso, simplemente fue estúpido, no lo pensé, de tanto dar vuelta en mis ideas caí en los brazos de Morfeo sin darme cuenta.
***
— Ven, no corras — una voz sonó y sentí una presión en mi muñeca
— ¡Suéltame! —
— No, tu eres mía — sentí la presión de su cuerpo en mi espalda
— Mierda, suéltame, me estas lastimando —
— No —
— Derek, no soy tuya —
— Claro que lo eres, ¿quieres saber por qué? — dijo, mientras me empujaba hacia el piso, sentí su presión sobre mí, trate de quitarlo de encima pero siempre estoy indefensa ante él.
— ¡Ayuda! —
— Nadie te va a escuchar —
— ¡Mark ayúdame! —
— ¡Callate! Solo gime mi nombre —
— Sara — me grito Mark, pero no sabía de dónde venían sus gritos
— ¡Suéltame! Mark ¡Ayúdame! —
— ¡Sara! — ahí desperté, lo vi hipnotizada, perdida en la estúpida realidad y el viéndome totalmente vulnerable, me puse a llorar desconsoladamente
empezó a acariciar mi espalda, eso me tranquilizo un poco, me aferre a él, no quería soltarlo, nunca más.
— Nunca me dejes sola —
— Nunca lo hare — tomo mis mejillas, levante la mirada a sus ojos azules, el realmente me calmaba, adoraba a mi hermano, el estaba aquí, cuidándome, empezaba a amarlo, no era solo deseo, estaba enamorada de él.
MARK
Estaba durmiendo muy tranquilo en mi cama, desde que Sara salió del hospital no había sido fácil. No había dormido muy bien los últimos días, así que si era reconfortante dormir cómodamente hasta que un grito me despertó, estaba seguro que era mi hermana, espere, pero no sonó otra vez, estaba volviendo a caer dormido cuando volvía a escuchar el grito de mi hermana. Cuando llegue, estaba muy fría, se movía de un lado a otro, entre sueños pedía ayuda. La tome de los hombros, empecé a agitarla para despertarla, pero no lo lograba, le grite y ella abrió los ojos. Me vio asustada, se abalanzo sobre mi y me abrazo muy fuerte, yo solo acariciaba su espalda.
— Tranquila, ya paso mi princesa —
— Nunca me dejes sola —
— Nunca lo hare — poco a poco ella se quedó dormida sobre mí, me recosté a su lado, nos acomodé en la cama, amaba a mi pequeña, pero sabia que ella estaba pasando por un gran sufrimiento.
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Deseo Prohibido [1° T.P.]
ChickLitLa vida se vuelve un desastre cuando empiezas a amar a la persona que mas daño te hizo, cuando todo explota y se lleva por delante tus planes, sueños y metas. Sabía que el deseo me estaba consumiendo, sabía que me estaban tentando a pecar, sabía qu...