Mentiras

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-Entonces... ¿Jamás fuiste novia de Weasley? -preguntó Draco.
-No.. pero en el segundo año él me gustaba.- Al ver la mueca del Slytherin, Hermione rió pero pronto se paró en seco.
-Draco...
-¿Qué pasa?- él aún no se había percatado de las voces que provenían del salón de la casa de los Granger.
-Es... ¿Harry?
El chico se detuvo a escuchar con atención hasta que abrió los ojos como platos.
-¡Es Potter!- chilló el rubio.- ¡Y la Comadreja!
-Shh... te van a escuchar.
-¿Qué vamos a hacer?
-Espera, quedate aquí. Escondete en mi vieja casa del árbol.
-¿Casa del árbol?
-Ésta ahí.- dijo señalando una vieja casita. Cuando Hermione se marchó, Draco subió hasta la vieja casa del árbol. Estaba llena de polvo, había una mesita para niños con sus sillas, una muñeca de porcelana arrinconada, muchos juguetes pero algo llamó su atención. Una diminuta estantería, Draco la revolvió viendo todos los libros que la pequeña Hermione disfrutaba en su infancia. Encontró Blancanieves y los siete enanos, Cenicienta, Caperucita y un antiguo libro que parecía ser un album de fotos. Cuando lo abrió vio docenas de fotos de cuando Hermione era una niña, sonriendo con su oso de peluche, haciendo pucheros y la favorita de Draco. Una pequeña castaña sentada en el suelo junto a un montón de libros mientras ella leía concentrada un libro de pasta verde.
***
-¿Qué hacen aquí?- preguntó Hermione cuando llegó a la Sala de estar.
-Wow Herms, que linda te ves.
-Gracias.-dijo sin tomarle importancia.-¿Qué es lo que están haciendo aquí?
-Nosotros también estamos felices de verte.-Ron volvió a hablar.
-Nos acabamos de ver hoy en la mañana.
-Bueno, es que he descubierto algo muy importante y no puedo esperar para decirtelo.
-¿Qué es?- Harry guardó silencio por unos segundos y Hermione no tenía mucho interés de lo que el muchacho le iba a decir.
-Malfoy es un mortífago.
El estomago de la muchacha de ojos miel se oprimió a más no poder. Lágrimas se formaron en sus ojos pero ella se esforzó por no dejarlas salir.
-Esto no podía ser verdad... simplemente no puede.-se repetía mentalmente la chica en su mente pero era demasiado tarde ya estaba comenzando a dudar.
-¿Por qué lo dices?- pregunto esforzandose para que su voz saliera lo más normal posible.
-Fuimos al callejon Diagon y pasamos por la tienda de magos oscuros.
- Borgin y Burkes.
-Hay es donde el propietario estaba con un mortífago con capucha y decía que era algo extraño que un chico que ni siquiera es mayor de edad fuera uno de los mortífagos con mayor peso en el ejército de Voldemort.
-No puede ser verdad.- dijo ella abrumada.- ¿Para qué El-que-no-debe-ser-nombrado necesita a D.. Malfoy?- preguntó la chica corrigiendo la forma de llamar al chico por el cual hace unos momentos confiaba fielmente.
-Necesitan un espía y seguramente no hay nadie mejor que ese hurón desgraciado.
Hermione estaba a punto de perder la cordura y salir en defensa de Draco pero no podía hacerlo. Tenía que preguntarle al mismo Draco cual era la verdad pero en el fondo le daba miedo escuchar la respuesta.
-Chicos.. necesito estar sola. He estado estresada y quiero tomar unas vacaciones del mundo mágico.- los chicos la miraron como si hubiera perdido la cabeza.
-¿Descansar del mundo mágico? ¿Estás loca? Ése mundo es mil veces mejor que el muggle.
-Lo sé pero aquí también es mi hogar.- Harry la miro y por un instante la muchacha creyó que estaba viendo a través de ella.
-Te entiendo Herms, nos vemos. Cuidate mucho.- le dijo y la abrazó como un hermano mayor a su hermanita.
-Adiós.- dijo Ron un poco confundido y a los pocos segundos los chicos se habian marchado.
****
Estaba sentado en el suelo de la casa del árbol cuando vio la silueta de su amada reflejarse bajo la luz de la luna. Cuando ella llegó hasta donde estaba sentado su sonrisa se esfumó.Ahora las lágrimas corrían libremente p
-¿Qué pasa amor?- pregunto nervioso.    El bello rostro de la muchacha reflejaba miedo y angustia. Sus ojos aún retenían lágrimas que amenazaban con salir.
-¿Eres un Mortífago?- preguntó del golpe.
Draco no respondió...
Y el mundo de ella se derrumbó.
Ahora las lágrimas corrían libremente por sus mejillas, las risas de hace unos momentos fue sustituida por pequeños sollozos provenientes de Hermione y Draco... su pecho ardía como si le estuvieran lanzado miles de hechizos cruciatus al mismo tiempo. Él se acercó a la castaña para abrazarla pero ésta se apartó bruscamente.
-¡Dejamé, no me toques! ¡¿Cómo pudiste ocultarme ésto?!
-Hermione por favor, hay una explicación. -No quiero hablar contigo Malfoy.- Al rubio se le hizo un nudo en la garganta al escucharla pronunciar su apellido.- Sólo quiero estar sola.- los dos se quedarón un momento en silencio mientras que Draco veía las joyas de cristal que salían furiosamente de sus ojos.
-Te amo.- dijo y la besó. Ella no le correspondió al contrario le dio una bofetada tan fuerte como fue capaz.
-Nunca vuelvas a poner tus asquerosos labios sobre los míos.- el muchacho de ojos color plata sonrió debilmente.
-Te amo.- dijo y se transportó a otro lugar, dejando a Hermione sola.
Ella se dejo caer en el suelo y comenzó a llorar. Todo era inútil, las esperanzas de ser feliz junto a él se esfumaron inmediantamente ¿cómo fue tan estúpida para enamorarse de él? ¿Por qué no de otra persona? ¡Por Merlín! Quería odiarlo con todas sus fuerzas por mentirle pero lo ella sabía que eso nunca pasaría. Porque estaba segura que lo que ella siente por él es mucho más que un amor juvenil.
Cuando se levantó del suelo sabía lo que tenía que hacer: Olvidarlo. Tal vez no iba a dejar de amarlo del todo pero podría intentarlo.

Amor entre Enemigos (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora