Amor entre Enemigos (En edición)

Ignorando al amor

La castaña caminaba con desgano por el andén 9 ¾, el vapor de la locomotora se podía distinguir en todas partes, era algo familiar para todos los alumnos de Hogwarts y sus familias pero la castaña parecía verla por primera vez. Humo gris saliendo del tren, flotando libremente por todas partes, ligero sin soportar ningún peso, enlazados con otras partes de vapor sin perder ninguna parte de ellos mismos sino compartiendo todo su cuerpo sin temor. Por un momento Hermione deseó con todas sus fuerzas ser un montón de vapor. Sus vacaciones no habían sido nada agradables desde el día en que descubrió que Draco era un Mortífago.
Cuando llegó al compartimiento que ocupaba habitualmente con sus amigos esperó un momento en la puerta antes de entrar. Respiró hondo y abrió la puerta.
Sus mejores amigos se le quedaron mirando por unos segundos hasta que Harry habló:
-¿Qué te ha sucedido, Hermione?
La castaña no se sorprendió ante la pregunta de su amigo. Los círculos morados que marcaban sus ojos delataban que había estado llorando desde hace tiempo, sus labios resecos eran poco habituales en ella ya que siempre se arreglaba un poco para la escuela y su cabello era más corto que la última vez. Sin duda no era la misma chica ordenada y fuerte que habían visto la última vez.
-No he dormido bien últimamente.- mintió la castaña.
-Oh, ¿por lo que me dijiste la otra vez en tu carta? Te dije que no debes de beber esa rara sustancia de los muggles porque te quita el sueño, Herms. ¿Cómo me dijiste que se llamaba? ¿Safé?- preguntó la pelirroja haciendo una mueca de disgusto. Hermione sonrió para sus adentros, estaba agradecida con Ginny por sacarla de apuros.
-Es café. ¿Me ayudas a arreglarme un poco?
-¡Por supuesto!- dijo tomando su bolsa de maquillaje.- Nos vemos más tarde, chicos.
Mientras Hermione le contaba a su mejor amiga todo lo que había pasado un rubio estaba sentado en un compartimiento vacío con la mirada. Él también tenía ojeras alrededor de sus ojos que reflejaban suma tristeza. Estaba más pálido de lo normal. De pronto una pequeña lágrima que se había podido confundir muy fácilmente con una gema se escapó de sus ojos.
-Perdón...- murmuró el rubio.
En ningún momento, Draco se dio cuenta de que unos ojos color esmeralda lo observaban.
***
En Hogsmean cientos de alumnos desfilaban buscando un carruaje libre para llevarlos al castillo. Hermione y Ginny se unieron a los chicos cuando el tren paró. Harry le dio un poco de comido al Thestralls que estaba atado al carruaje mientras que los otros se sentaban. Hermione se sentó entre Ron y Luna había tan poco espacio para los 6 que ella y su amigo el pelirrojo estaban casi pegados. De pronto Hermione distinguió una cabellera rubia en medio de un grupo de Slytherin. Él también la miró. Se quedaron viendo unos segundos hasta que Ron puso su brazo alrededor de los hombros de Hermione.
-¿Te molesta? Hay poco espacio.- dijo regalando una amplía sonrisa a su amiga.
-No, está bien.
Draco sólo los veía hablar y apretaba los puños. *Estúpida comadreja, ésta me la pagas* pensó el rubio.
Cuando llegaron al castillo todos los alumnos se dirigieron al Gran Comedor. Estaba exactamente igual a como lo recordaban. El techo era un cielo estrellado, cuando todos ocuparon su lugar correspondiente El Director de Hogwarts Albus Dumbledore procedió a dar su tradicional discurso.
-Alumnos de Hogwarts me alegra profundamente que estén de regreso y espero que sus vacaciones hayan sido espléndidas. Habrá un nuevo programa en él cuál todos los alumnos de Sexto grado deberán participar. El profesor Severus y yo hemos decidido que sus clases serán impartidas en el Bosque Prohibido que desde luego ya no será tan prohibido. Habrá equipos de dos personas que se enfrentarán a las criaturas que habitan dentro de su nuevo salón de clases. Mañana el profesor Severus les explicará todo con lujo de detalle.- Hubo un momento de silencio hasta que el profesor agregó: -Otra cosa, para fomentar la convivencia se ha decidido que los equipos serán formados por alumnos de diferentes casas. Ravenclaw con Hufflepuff y Gryffindor con Slytherin. Si me permiten anunciaré los equipos.- La mayoria de los Gryffindor y de los Slytherin habían comenzado a alegar pero Dumbledore parecía no escucharlos.- Susan Bonnes y Ernie McMillan. Parvati Patil y Vincent Crabbe.- La castaña había dejado de escuchar hasta que nombraron a su amigo: -Pansy Parkinsson y Ronald Weasley.- El pelirrojo hizo una mueca pero no dijo nada.- Harry Potter y Astoria Grengass. Hermione Granger y Draco Malfoy.
La castaña se quedó helada ¿cómo es posible? No sabía que rayos sentir en aquél momento. Todos sus sentidos gritaban rezando que no fuera cierto pero una parte muy adentro de su corazón estaba feliz por poder pasar tiempo con él. Hermione ni siquiera se dio cuenta que todos los demás ya habían comenzado a comer y ahora se encontraban charlando sobre lo sucedido.
-¡Es horrible!- dijo Ron mientras masticaba una pierna de pollo.- Es la más fastidiosa de Hogwarts, no sé como rayos la voy a aguantar. Al menos no me tocó con Malfoy... -miró a Hermione.
-Vaya, tal vez no sea tan malo Herms.- la animó Harry.
-Si, tal vez los papis de Malfoy ya le compraron modales o sentimientos.- dijo Ronald riéndose de su propio chiste. Hermione se contuvo para no lanzar su jugo de calabaza en la cabellera pelirroja de su amigo.
-No creo que sea tan malo.- dijo aún molesta.- Al menos Malfoy puede lanzar un hechizo aturdidor más rápido que tú.
Se levantó de su asiento y se dirigió a la Sala Común de Gryffindor dejando a sus amigos con la boca abierta.
-¡Por Merlín! ¿Qué le pasa?- dijo Ron aún rojo como su cabello.
-Tal vez no está de humor.- Harry había estado fingiendo que no escuchaba mientras se perdía entre su Jugo de Calabaza.
-No me digas...- respondió sarcástico Ronald.
Draco aún seguía sin probar bocado, estaba tan feliz pero tenía tanto miedo de que su querida lo despreciara.
"Estúpido amor."-pensó Draco.
Si él no se hubiera enamorado de ella no estaría sufriendo un ridículo ataque de pánico pero por otro lado estaba encantado de haber descubierto ése sentimiento que lo hacía volar sin necesidad de su escoba. ¿Cómo es que algo puede ser tan maravilloso y terrible a la vez? Nadie lo sabe pero eso es lo que vuelve al amor la cosa más terriblemente interesante de la vida.
****
Al día siguiente todos los alumnos de sexto estaban reunidos a las orillas del bosque prohibido esperando a el profesor de Defensa contra las artes oscuras. El profesor de nariz gangucha, cabello negro y grasoso con su habitual túnica negra se paró enfrente de todos y dijo:
-Como ya bien dijo el director Dumbledore ahora sus clases se darán en el bosque prohibido.- dijo arrastrando las palabras típico de un Slytherin.- Los equipos están listos así que sólo les diré que tienen lo que resta del año para capturar cada uno de los tesoros que están escondidos... sin ser devorados.- la mayoría de los presentes mostraron una cara de sorpresa y Draco podía apostar toda su fortuna a que su "padrino" sonreía para sus adentros.- Cada quien tendrá un espacio definido lejos de todos los demás si tienen algún problema y son lo demasiados cabeza-huecas para solucionarlo sólo lanzen chispas rojas de su varita e iré a su encuentro. ¿Alguna pregunta?- Neville levantó la mano de forma tímida.- Si, ¿Longbottom?
-Disculpe señor pero.. ¿a qué criaturas nos vamos a enfrentar?
-Ya lo verán a su debido tiempo. Mientras estén en éste proyecto no podrán ayudar a nadie de otro equipo ni mucho menos. Habrá un premio para el equipo que encuentre todo antes que los demás. En aquél árbol están las listas para cada equipo donde les dice cuales son los tesoros y que área se les asignó. Vayan rápido. Recuerden lanzar chispas rojas si tienen problemas, seguramente usted señor Longbottom tendrá varios inconvenientes.
Hermione sintió un poco de irá al escuchar el grosero comentario del profesor Snape pero decidió ir hacia el árbol indicado. Cuando llegó buscó su nombre y el de Malfoy.
-Ya la he recogido, Granger.- dijo Draco detrás de ella.
-Muy bien, pues andando Malfoy.- camino a lado de él sin mirarlo.