Emilio
Abrí los ojos un poco confundido, cansado, atormentado por el día anterior - de hecho toda la semana anterior habia sido un desastre - y lo primero qué hice casi instintivamente fue fijarme la hora en el celular.
- ¡¡¡NOOO!!! ¡Maldición! ¡Me quede dormido!
De alguna manera no escuche la alarma o la desactive estando entre sueños. Que importaba eso ahora, lo que realmente importaba era que no iba a llegar a tiempo a la entrevista de trabajo que tenía programada para hoy.
Salté de un brinco de la cama y rápidamente corrí a ducharme, al salir del baño me dirigí a vestirme y por suerte me había percatado de planchar la camisa y el pantalón que usaría para la entrevista. Me vestí rápido, recogí mis cosas (curriculum y otros papeles más) y finalmente salí del departamento.
Iba a paso rápido casi trotando hacia el ascensor y cuando me aproximo noto un cartel que por desgracia mía decía: FUERA DE SERVICIO. Bajé las escaleras en menos de 2 minutos desde el 3er piso que es donde vivo hasta la entrada principal y salí hacia la calle en busca de un taxi. Llegué a la esquina y pasó uno, le hice señas y paró, al subirme le dije al chofer hacia donde quieria ir y le hice saber qué tenía prisa, a lo que me responde:
- Eso no va a poder ser señor la calle anterior a la que usted quiere ir esta cortada por obras públicas y es por la cuál se puede llegar más rápido a su detino.
En mi mente pensaba: lo que faltaba... El taxista me explicó el recorrido alternativo que haríamos qué obviamente demoraría más, le dije está bien y partimos. Cuando estábamos por llegar a destino me fijé la hora en el reloj - sólo faltaban 5 minutos para la entrevista, me desesperaba la situación -.
Si! Llegué a tiempo justo a tiempo faltando solo 3 minutos, le pague al taxista y me bajé, dirigiéndome hacia la entrada del edificio donde me entrevistarían, llegué a la recepción y le expliqué a la señorita qué tenía cita con el gerente de recursos humanos, me dijo que aguarde, al poco tiempo salió y me explicó donde quedaba la oficina de dicho gerente y me dijo que me estaba esperando, me dirigí hacía la oficina qué me indicaron, al llegar toqué la puerta.
- Adelante!.
- Con su permiso.
- Lo estaba esperando. Por favor pase y tome asiento.
Así lo hice y comenzamos con la entrevista, al terminar me dijo qué espere unos minutos afuera que me diría el resultado, al parecer era el último entrevistado.
Esos minutos fueron interminables pensaba en todo lo que habia dicho ahí adentro, en como había sonado, como me había sentido y todo eso. Cuando finalmente el gerente salió me invitó a pasar de nuevo a su oficina.
- Bueno, junto con el grupo de recursos humanos hemos debatido y finalmente llegamos a la conclusión de los seleccionados. Lamentamos informale que usted no ha sido selecccionado, pero eso no quiere decir que...
- A partir de la última frase que dijo no escuche nada más a pesar de que el gerente seguía hablando, solo atiné a decir: Gracias por su tiempo y me despedí -
Al salir del edificio iba pensando en todo lo que dije y que había hecho mal. A dos calles del edificio había una plaza y me fui hacia ahí, me compre un agua y me senté a descansar. Miraba la gente pasar, estaba relajado aunque debía empezar otra búsqueda de empleo.
Luego me dirigí a tomar el autobus ya qué no tenía la misma prisa de hace rato. Cuando llegue a la parada noté qué no tenía mi billetera - MALDICIÓN!!! -, corrí de nuevo hacia la plaza para buscarla en la banca donde me había sentado, al llegar al lugar empecé a buscar por todo el suelo sin encontrar nada - ¿Puede ser posible que hoy me pase todo lo malo? Al parecer si. Si apenas empezaba a calmarme por lo de la entrevista y ¿Ahora esto? -, seguí buscando sin encontrar nada hasta que un niño se me acercó y me dijo:
- Señor ¿Esto es es suyo?.
Era la bendita billetera.
- Si! muchas gracias niño.
La tomé y alcancé a darle $5 como muestra de agradecimento.
En el camino de regreso a tomar el autobus iba pensando en el pésimo día que tuve y dije: días como estos si que los hay pero este se pasa.
Y si que no me equivocaba, porqué a media calle de donde estaba la parada del autobus logré divisar qué ya venía.
- NO! Me va a dejar!
En ese momento comencé a correr para alcanzarlo antes de que llegué a la parada para la cuál le faltaba muy poco.
Justo cuando estaba cruzando la calle logré escuchar un:
- CUIDADO!!!
No terminé de voltearme y cuando menos lo pensé estaba en el suelo con lo ojos cerrado y con alguien ensima mio. Me había golpeado fuerte y estaba confundido. Apenas llegué a escuchar unos pasos, parecía que la gente se empezaba a juntar alrededor de mi.
Logré abrir los ojos lentamente y alcancé a ver a otro par de ojos que me miraban un poco preocupados, unos ojos cafés en los cuáles me perdí y al poco tiempo logré escuchar:
- ¿Estas bien?
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Tú, mi ángel
General FictionEmilio conoce a Félix de una manera un tanto repentina y pronto descubrirá sus sentimientos hacia él, pero... Bueno, mejor sigamos bien de cerca su historia e iremos descubrindolos poco a poco.