Félix
Llegué a la casa de Emilio 15 minutos antes de las 9, soy obsesivo con la puntualidad, lo sé. Ya afuera no sabía cómo lo iba a saludar, estaba nervioso pero finalmente tome valor y le envié un mensaje para que saliera.
Practicaba con un loco en medio de la calles mientras esperaba que bajara, cuando salió me apoyé rápidamente en la moto sin que él lo notara, se acercó a mí y finalmente lo saludé, se veía guapo había algo que me gustaba de él pero no sabía que, tal vez sus ojos, tal vez su pelo, no sé o tal vez todo. Es increíble como transcurre el tiempo mientras estas observando algo que te gusta, que te cautiva por lo menos yo noté eso, es como si el tiempo te permitiera observar con detalle cada una de las cosas que quieras. Me sentía embelesado por él pero no quería que lo notara así que disimule lo más que pude, le dí uno de los cascos que llevaba y le dije que subiera a mi moto.
Una vez que se subió le pregunté la dirección a dónde iríamos, y emprendimos viaje. En el camino, cuando ibamos por una calle completamente vacía decidí ir mas rápido.
- Agárrate fuerte.
- Oye Félix no vay...
No lo dejé terminar la frase y aceleré, él se aferró a mí con mucha fuerza, tanta que casi no me dejaba respirar, presionaba fuertemente con sus brazos mi pecho y su cuerpo estaba muy pegado al mío. En ese momento sentí que volaba, que tenía alas, fue por un instante pero no tenia ni la nocion de cuanto tiempo pasó y no me importaba, jamás me había sentido así. Fue un instante sublime.
Desaceleré lentamente, y solo esperaba los regaños de Emilio por hacer esto.
- ¡¿Acaso estas loco?! Me asustaste!. ¿Qué pasaba si...
Yo solo sonreía mientras miraba sus hermosos ojos verdes y no prestaba atención a lo que decía, estaba contento, habia pasado un buen momento, más que eso un momento sublime.
- No te rias! Te estoy hablando! .
- Ésta bien, lo siento. Contento?. -dije sin dejar de sonreir-.
Solo escuché un sonido como de suspiro. El camino continuó normal, cuando finalmente llegamos estaban todos sentados en una mesa en la vereda del lugar, estacionamos la moto y nos bajamos a saludar a todos. Emilio comenzó a presenterme a todos, uno por uno. Su mejor amiga Marina, una amiga más Josefina y otro dos amigos Hector y Jorge, se veían agradables. Poco a poco fuimos entrando en confianza hablamos de todo, comimos pizza y tomamos unas cervezas, por supuesto que yo no tomé mucho porque debía conducir.
Emilio empezó a contarles lo del accidente.
- ...y es así cómo el señor Pontevedra me salvó.
Todos tenía cara de asombro, al parecer Emilio nunca les habia contado nada.
- Oh guau! Como es qué no nos avisaste! ! !. -dijo Marina en tono de enojo-
- Lo siento pero es que no llevé el celular ese día, además no estuve mucho en el hospital.
Marina solo se reservó a hacer una cara de esta bien, y continuó la charla, me preguntaron cuántos años tenía, dónde trabajaba y cosas así, les dije que tenía 27 y que trabajaba en un agencia de publicidad, al parecer era el más viejo, todos eran menores que yo, Emilio 25 aunque ya lo sabía porque revisé su documento en el hospital. La charla se estaba volviendo más amena hasta que...
- Hola chicos! ¿Que hacen por aquí?.
Reconocí esa voz, ese tono, volteé a ver y sí efectivamente era ella. Cecilia, una ex novia con la que las cosas no terminaron bien por un mal entendido. Al parecer era prima de Josefina y conocía a los chicos. Saludo a todos y cuando me vió se sorprendió, me saludo fríamente y me preguntó como estaba, sinceramente no estaba contento de verla así que solo le contesté por educación: bien gracias. Estaba con otras amigas así que por suerte no se sentó con nosotros, estuvo un rato y se fué.
Cuando se fué todos me preguntaron de dónde la conocía, me limité a decirles que de una agencia donde trabajaba anteriormente y cambié de tema, ella y sus amigas se sentaron a unas 2 mesas de la nuestra. No me sentia para nada cómodo.
- Bueno chicos debo irme, mañana tengo que trabajar, gracias por todo, la noche estuvo genial. ¿Emilio te vienes conmigo?. -dije-.
- Pero...-contesto Emilio-.
- A decir verdad yo también. -agregó Hector-.
- Bueno vamos todos. -dijo Marina-.
Pagamos la cuenta y nos despedimos. Los chicos habían venido en el auto de Jorge así que Emilio y yo nos dirigimos al estacionamiento a retirar la moto. Cuando apareció otra vez ella, Cecilia se dirigía hacia nosotros.
- ¿Otra vez tú?.
- Hola! Sólo venía a preguntarte si ya le contaste a tus amigos la clase de persona que realmente eres?.
- ¿A que te refieres con eso?. -preguntó Emilio-.
- Déjame en paz. ¿Quieres?.Subete Emilio, ya vamonos.
Se subió y nos fuimos. Por el espejo retrovisor podía ver a Cecilia sonriendo con esa sonrisa retorcida que tenía.
Cuando estábamos a 3 cuadras del lugar.
- Oh no! Olvide el casco. -me dijo Emilio-.
Frené y le dije:
- Ten! Toma el mío.
- Pero no Felix no pue...
- Tomalo, esta bien. -le sonreí-.
- Pero... ¿Y tu? ¿Y el otro casco?
- No importa. -volví a sonreirle-.
Continuamos el trayecto, iba pensando en lo que dijo Cecilia, esa mujer es capaz de todo. En mi cabeza solo se me cruzaba eso, hasta que Emilio me abrazó por atrás, yo quedé casi paralizado y me calmé, se me borró lo de Cecilia y continuamos con el viaje, el cuál no quería que terminará.
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Tú, mi ángel
General FictionEmilio conoce a Félix de una manera un tanto repentina y pronto descubrirá sus sentimientos hacia él, pero... Bueno, mejor sigamos bien de cerca su historia e iremos descubrindolos poco a poco.