Episodio 9 : Viejos sentimientos

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Emilio

Otro beso! Le dí otro beso! 2 en un día, pareciera que me hubiese vuelto adicto a ellos después de que me besara, no paro de pensar en eso y antes de irme a dormir llego a la conclusión de que fué un día muy cargado, bastante diría yo.

Me levanto para ir a trabajar, un día como tantos... tranquilo. Me bañé, me alisté y desayuné con total normalidad, por esos instantes me había olvidado de los besos pero ya luego empecé a recordar, tanto era el pensar en eso, que nada pudo sacarmelos de la cabeza... bueno excepto que mi ex era mi nuevo jefe.

Llegué al trabajo y todo estaba tranquilo, demasiado pensé pero luego no llevé importancia porqué era mi segundo día y no sabía bien los movimentos de la empresa, así que supuse que estaba bien, al llegar a mi oficina noté que no habia nadie en el departamento de recursos humanos, hasta que en un momento se me acercó Alejandra la secretaria del señor Pinetti para decirme que le trajera unos papeles del piso de abajo. No tuve tiempo de preguntarle nada más, porqué me dijo eso y salió de prisa a su oficina, asi que dejé mis cosas y fuí a por los papeles, bajé por las escaleras que justo daban al comedor de la empresa que extrañamente se encontraba oscuro, logré aproximarme unos pasos cuando se prendieron las luces y todos gritaron en un unisono:

- ¡¡¡ SORPRESA !!!

Al escuchar eso, solo me preguntaba, ¿y esto porqué? mientras me quedaba inmóvil en frente de todos, hasta que uno a uno se fueron acercando para felicitarme y darme la bienvenida, de a poco iba entendiendo el motivo del agasajo en el cuál estaba todo el departamento de recursos humanos incluso mi ex, digo mi jefe y algunos otros empleados de otras áreas. Ya luego de tomarnos fotos, comer sándwiches y hasta pastel cuando ya todo se iba dispersando me había quedado charlando con una chica del área de la gerencia:

- ¿Sabes que gracias al Sr. González es que tuviste tu fiesta en este horario?, que esta prohíbido por cierto.

- No, no sabía eso. -dije en tono sorprendido-.

- Pues si, las fiestas de este tipo deben ser en el horario del almuerzo.

- Oh ya veo. -dije y me quede pensativo-.

¿Por qué hace esto? ¿Adelantar la fiesta? ¿Para qué? , Eran preguntas que daban vueltas en mi cabeza hasta que se acercó el mismo Julián y me dijo:

- Felicidades! No te lo había dicho antes. -con una sonrisa en su rostro-.

- Gracias!... ¿Y todo esto a que viene?. -le dije, mirándolo de reojo-.

- Pues ¿A que te refieres?. -sin sacarse esa sonrisa de la cara-.

- No te hagas, sé que las fiestas de este tipo sólo se hacen en el almuerzo y que tú tuviste que ver en que se realizará en este horario.

- Pues sí, fuí yo quién hablo con el señor Pinetti para poder hacer en este horario tu festejo, y es que ¿Acaso no recuerdas que en el almuerzo tenemos una reunión con la gente de publicidad?.

- Oh oh por supuesto! Lo había olvidado, perdón.

Luego de eso el día transcurrió normal, el festejo terminó y poco a poco cada uno empezaba su rutina de trabajo, y yo ahí en mi oficina haciendo papel tras papel, por ratos miraba mi teléfono esperando encontrar un mensaje de Félix, el hecho es que realmente deseaba hablar con él porque desde que nos besamos no hemos vuelto a hacerlo, empezaba a preguntarme si a lo mejor el solo estaba confundido o ya no querría verme más, sé que todo esto es muy apresurado para imaginarlo pero mi cabeza volaba en ese tipo de pensamientos tanto que no me había dado cuenta de que ya iba a ser hora de ir a la reunión del almuerzo que teníamos pactada.

- Emilio ¿Ya estas listo? Ya nos vamos. -salió detrás de la puerta Julián-.

- Sí, ya casi, dejame que acomode esto y vamos.

Y efectivamente fué así, terminé de acomodar mis cosas y salimos, subimos a su auto y partimos hacía el restaurante dónde sería la reunión, por suerte en todo el camino hablamos sobre el trabajo y de que puntos abordaríamos en la misma. Finalmente llegamos al lugar, el cuál estaba llenísimo entonces supuse que Julián había llamado antes para reservar y cuándo ví que se acercó a un camarero supe que fué así, él nos saludo, nos llevó a nuestra mesa, nos alcanzó los menús y se retiró.

Pasaron 15 min de la hora acordada para la reunión y los otros directivos no llegaban entonces Julián me dijo que ordenaramos la comida y eso hicimos. Fué un poco raro notarlo tan despreocupado por la situación, empecé a sospechar qué él había planeado todo esto, el hecho de que nos quedaramos solos en la reunión.

- Oye Emilio. -me dijo con voz calma-.

Volteé a verlo por que estaba mirando hacia un costado mientras pensaba en todo y le respondí:

- Si dime.

Cuándo lo ví, noté su mirada diferente, tenía otros ojos, otra expresión en el rostro, empecé a recordar cuando estabamos juntos y entonces supe lo que pasaría.

- Todavía te quiero ¿Sabes?.

- Julián yo...

- No digas nada, escuchame, -me interrumpió- jamás te olvidé, lo intenté pero no pude en todo este tiempo y ahora nos volvemos a ver, yo creo que no es casualidad.

- Julián perdoname pero yo si creo en que sea casualidad, nuestros caminos se separaron hace mucho tiempo.

- Pero ahora se vuelven a juntar.

- Puede ser, pero sólo en el ámbito laboral, nada más que eso.

Me dí vuelta para acomodar mis cosas e irme y cuando volteé de nuevo ya lo tenía muy cerca de mí y como me lo imaginé, intentó besarme, lo aparte, y tomé mis cosas, solo quería salir de ahí.

- Espera! No te vallas.

Solo lo miré y me levanté de la mesa, él me tomó del brazo y me volvió a decir que no me valla. La gente del lugar empezó a notar nuestra pequeña discusión y le dije:

- No quierras qué todo el mundo noté nuestra discusión.

- Eso me tiene sin cuidado.

Sinceramente me sorprendió que dijera eso, antes él no hubiese si quiera pensado en vernos en un lugar público, empecé a sentirme un poco nostálgico, entonces decidí soltarme y salir del restaurante, era demasiado, ya las lágrimas estaban empezando a salir de mis ojos, solo necesitaba un abrazo, un fuerte abrazo.

Tú, mi ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora