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— ¿Me estás pidiendo una cita? — preguntó el de larga melena con picardía mientras se inclinaba hacia delante apoyando las manos en los muslos del castaño juntando sus frentes

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¿Me estás pidiendo una cita? — preguntó el de larga melena con picardía mientras se inclinaba hacia delante apoyando las manos en los muslos del castaño juntando sus frentes.

Eddie quería aprovechar esos arrebatos de valentía para hacer cosas que en una situación normal jamás pasarían. Y lo disfrutaba mucho. En ese momento disfrutaba el sonrojo que cubría toda la cara de Harrington y el como notaba sus piernas temblar por los nervios. Estaba seguro de que el chico jamás había tenido a otro hombre así de cerca. Pero su diversión duró poco cuando se percató de un collar que llevaba por fuera de la camiseta. Era un collar en forma de corazón el cual estaba partido por la mitad y tenía tallada la letra N.

La realidad de dió un golpe en la cara recordándole que aquel chico tenía pareja y se separó haciendo desaparecer el brillo de emoción en su mirada, cosa que notó el castaño pero decidió no preguntar.

Bueno, ahora que hemos hecho...las paces — dijo en un susurro el de larga melena mientras miraba hacia otro lado evitando la mirada del contrario — Puedes irte si quieres.

El castaño, una vez recuperada la velocidad normal de sus pulsaciones, pensó un poco en la respuesta — No quiero irme.

— Pues baja con Dustin. La puerta está abierta.

— Noup. Quiero conocerte. Tengo... curiosidad — dijo algo inseguro recibiendo de vuelta la mirada del chico frente suyo con un brillo de ilusión.

No sé a qué juegas, Harrington — dijo con los ojos entrecerrados.

No estoy jugando — respondió ofendido. Buscó con la mirada por la habitación y encontró una guitarra — ¿Es tuya? — preguntó señalando al instrumento.

Sip. Es mi bebé — respondió orgulloso mientras se acercaba a la guitarra eléctrica y acariciaba las cuerdas.

¿Puedes tocar algo?

— ¿Steve Harrington quiere oír como toco? — preguntó exagerando su sorpresa y moviendo frenéticamente las pestañas haciendo reír levemente al contrario quien en ningún momento se levantó de la cama.

El castaño asintió mientras cruzaba sus piernas para estar más cómodo. El de larga melena buscó algunas cosas que conectó al instrumento y comenzó a tocar una canción. O eso pensaba el de ojos marrones que era. Para él solo era ruido. Un ruido estridente. Pero de hacia gracia ver cómo el contrario lo daba todo, como sacaba su lengua y la mordía para concentrarse y como movía su pelo al "ritmo" de los acordes.
Llevaba unos 15 minutos hablando con Munson y ya le caía medianamente bien. Era divertido, a su manera, tal y como le había comentado Dustin, pero mucho mejor. En cierto modo se arrepintió de no haberse parado a mantener anteriormente una conversación sana con el chico.

Eddie estaba disfrutando el momento. El otro no ponía quejas respecto a la canción que estaba tocando y...le estaba haciendo un concierto privado al jodido Steve Harrington...un concierto de metal y sin recibir un puñetazo. ¿Que había mejor que eso?
La mirada del castaño estaba clavada en él, atento a sus movimientos, y esto le ponía algo nervioso. Pero no cesó de tocar.

Una vez terminó, dejó la guitarra a un lado y hizo unas reverencias agradeciendo a su público mientras Steve aplaudía entre risas.

Una vez terminó, dejó la guitarra a un lado y hizo unas reverencias agradeciendo a su público mientras Steve aplaudía entre risas

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Eddie, ¿esta tarde podrás venir al ensayo? — le preguntó uno de la banda.

Aquella pregunta se debía a que desde hacía dos semanas, Munson les estuvo cancelando los ensayos sin dar explicación alguna. No les iba a decir que era para que si tía llamara a Steve y pudieran pasar más rato juntos. En ese periodo de tiempo habían formado una pequeña amistad. Eddie estaba seguro de que se había enamorado del perfecto Harrington y Harrington estaba seguro de que había encontrado un amigo de verdad que no fuera un niño.
Algo que el de larga melena pudo observar esos días era que el castaño comenzaba a mantener distancia con sus secuaces y ya no les molestaban, cosa que le hacía muy feliz.

Esta tarde sí — respondió.

Tampoco quería dejar tirado a su grupo y luego de dos semanas sin tocar con ellos, les debía por lo menos tres días seguidos de ensayos.

El resto se alegró con la respuesta y siguieron comiendo pues estaban en la hora del almuerzo.

Por otro lado, Steve estaba a unas mesas alejado del grupo de "los raritos", mirando con una sonrisa a Eddie. Harrington disfrutaba mucho hablar con el de larga melena. Lo pasaban bien juntos y ambos tenían bastantes anécdotas para contarse mutuamente que asombraban a ambos.
Había aprendido en ese poco tiempo a apreciar levemente la música del otro. Por lo menos, ya la toleraba.
Carol y Tommy se enfadaron mucho por no seguir molestando les pero le daba igual. Le había cogido gran cariño a aquel chico y no iba a permitir que ningún gilipollas le hiciera daño.

Y hablando de gilipollas, un rubio se sentó en su meja, justo a su lado.

Hola Harrington — saludó buscando la mirada de este y percatándose de que observaba atentamente a los raros con una sonrisa que al rubio le pareció de perversión cuando en verdad era de puro cariño — ¿Estás planeando tu próxima jugada? — preguntó interesado y recibiendo el ceño fruncido del otro.

Carol y Tommy se mantenían ajenos a esa conversación.

¿No puedo mirar una ventana? — preguntó en respuesta señalando hacia la ventana tras aquel grupo a lo lejos.

Ahora fue el rubio quien frunció el ceño — Llevas dos semanas sin joderles el culo. ¿Te estás ablandando o qué? — comentó furioso.

El castaño se inclinó hacia atrás mirando el techo. Si hacía contacto visual con ese cabroncete le darían ganas de lanzársele encima y partirle por la mitad. Le irritaba mucho su concepto de belleza sacado del muñeco Ken. ¡Hasta su novia era la puta Barbie pero pelirroja!

Solo quiero descansar y centrarme en mis estudios, Jason. Es mi último año y quiero graduarme con la consciencia limpia — explicó aún sin mirar al menor.

Te has ablandando — dijo entre dientes para seguidamente dar un golpe en la mesa, levantarse e irse frustrado.

Harrington sonrió victorioso por haberse sacado a ese idiota de encima.

Harrington sonrió victorioso por haberse sacado a ese idiota de encima

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BABYSITTER [Steddie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora