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— ¿Por qué

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¿Por qué...no viniste? Sé que últimamente no he estado mucho por casa pero antes si lo estaba y tú no...no venías — preguntó mirando hacia otro lado el de larga melena.

Steve le dió un silencio como respuesta. Ni siquiera sabía que respuesta darle. Se había mostrado de forma violenta frente a él a pesar de que fuera para defenderlo. Le había defendido de Jason y sus gilipolleces. Era algo que no sabía por qué le avergonzaba.

Negó con la cabeza — ¿Te apetece ir ala casa de juegos? — preguntó para cambiar de tema.

El contrario suspiró algo frustrado por no recibir respuesta, pero sonrió por la propuesta del castaño. Asintió.

Al llegar, pagaron la entrada a la atención y comenzaron el recorrido pasando por un puente de rodillos metálicos que por poco hizo que Steve cayera. Entraron a la primera sala encontrado sacos finos de espuma colgados que impedían el paso. Eddie tuvo una idea y se escabulló entre los sacos. Harrington miraba a todas partes sin poder encontrar a su acompañante, preocupado. En cuanto se giró, Munson aprovechó y empujó uno de los sacos haciendo un efecto dominó hasta que chocaran con el castaño. Este se quejó sobándose la cabeza algo adolorido por el golpe. Cuando escuchó la risa burlona del de ojos oscuros rodó los ojos divertido y se giró comenzando a perseguir al otro entre los sacos y por todo lo que quedaba de recorrido en la atracción hasta llegar a una pared con un payaso pintado con la boca abierta, donde había un tobogán.

Antes de que el mayor pudiera escabullirse por el tobogán, el castaño consiguió agarrar la chaqueta del contrario empujándolo hacia atrás y acorralándolo en una de las paredes.

Ambos reían sin parar — Te tengo — mencionó entre suspiros de cansancio y risas el de ojos marrones.

Bien. ¿Qué harás ahora? — preguntó pícaro el de larga melena.

Sus respiraciones eran agitadas a causa de la anterior persecución, sus caras estaban cerca y ambos se miraban fijamente a los ojos, notando un brillo de determinación en sus ojos. Era como si esperaran que el otro hiciera algo mientras un ligero sonrojo se les formaba en sus mejillas.

Eddie sentía que se moriría ahí mismo. Tenía a Steve Harrington frente él, acorralándole en una pared, solos. Podía sentir la respiración del castaño golpear sus labios y eso le causaba ligeras descargas eléctricas por todo el cuerpo. Le encantaba esa sensación de tener al más alto solo para él. Se sentía como un sueño. Un sueño que acabaría generando que mojara los calzones.

Se mordió el labio inferior haciendo que el de ojos marrones bajara la mirada hasta su boca. El chico frunció el ceño, confundido por sus propios pensamientos. Quería besar a Munson.

El otro notó la mirada dubitativa y suspiró agotado. Todo iba tan bien. Pero ese golpe de realidad lo estropeó todo. Steve Harrington era el tío más hetero que había visto después de Billy Hargrove.

¿Qué es eso? — preguntó el de larga melena en un susurro dirigiendo su mirada hacía un lado haciendo que el otro girara su cabeza hacia allí, ingenuo.

Eddie aprovechó la distracción para despeinar los cabellos de su acompañante y seguidamente empujarle, huyendo por el tobogán mientras escuchaba los gritos del otro.
Ambos salieron entre risas de la atracción, como si no hubieran vivido esa escena. Sin embargo, era algo que se quedaría en sus mentes.

Siguieron charlando mientras caminaban por la feria hasta pasar cerca de un puesto donde habían canastas y Munson se percató de cierto premio colgado.

Steve — llamó el chico mientras sujetaba el brazo del otro — Quiero eso y tú eres el único de los dos que sabe jugar a básquet así que ¡consíguemelo! — exigió señalando a un pequeño peluche de murciélago mientras con su otra mano buscaba dinero en sus bolsillos del pantalón y se lo entregaba a su acompañante.

¿No eres muy mayor para tener peluches? — preguntó divertido el castaño observando el brillo de emoción en la mirada de Eddie.

Nunca se es mayor — refunfuñó en respuesta.

A Harrington le parecía muy tierno.

El de ojos marrones accedió. Pagó al señor del puesto con el dinero que le dió el otro. Tenía que meter tres balones de cinco. "Que fácil" pensó.

Encestó las dos primeras y las dos siguientes las falló. Solo le quedaba un lanzamiento. Agarró el balón, respiró hondo y cerró los ojos para centrarse. Si acertaba ese tiro, Eddie conseguiría su peluche. Sonrió al imaginarse la reacción del chico. Abrió los ojos, decidido. Estiró los brazos y soltó el balón. Encestó.

El señor del puesto, con una sonrisa algo fingida, le entregó al de larga melena el peluche de murciélago. Munson no se contuvo más y se lanzó a abrazar al castaño.

Gracias, Steve — agradeció en medio del abrazo.

Steve sintió calor, calor en su pecho. Un calor agradable. Correspondió al abrazo, gustoso, hundiendo su cabeza en el hombro del de larga melena aspirando el olor a vainilla del champú del contrario.
Ninguno se quería separar, pero estaban en público y ya llevaban un buen rato así, así que se separaron un poco notando el sonrojo que ambos tenían y los destellos de alegría en sus miradas.

Vaya, vaya, vaya. Por fin te veo los pelos, Munson — se escuchó algo lejos.

Los chicos se separaron del todo y giraron hacia donde provenía aquella irritante voz.

¿Se te ha perdido algo, Jason? — preguntó el castaño mientras se cruzaba de brazos.

El rubio iba acompañado de su pareja. Iban agarrados de la mano y la chica tenía un algodón de azúcar rosa en su mano libre.

No me hables como si tuvieras autoridad sobre mí, Harrington. Ahora soy el nuevo rey — explicó con orgullo hacia él mismo y sus "hazañas". Su mirada viajó hacia el pequeño peluche en los brazos del de ojos oscuros — No me jodas. ¿Estáis... estáis en una cita? — preguntó incrédulo manteniendo su sonrisa de superioridad.

Cierra el pico, Carver — dijo Steve dando un paso hacia delante lo cual no pasó desapercibido por la de coleta allí presente.

— Cielo... quiero subir a la rueda de la fortuna — dijo en un tono suave para distraer a su novio y que no le volvieran a dar una paliza.

Jason sonrió y volteó hacia su chica para después acariciarle una mejilla y besarla.

¿Ves, Harrington? Esto es lo que deberías estar haciendo — dijo haciendo referencia a estar con una chica — No perder el tiempo — dijo por último antes de marcharse hacia la atracción antes mencionada.

— ¿Ves, Harrington? Esto es lo que deberías estar haciendo — dijo haciendo referencia a estar con una chica — No perder el tiempo — dijo por último antes de marcharse hacia la atracción antes mencionada

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BABYSITTER [Steddie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora