¿Qué haría Steve? Acababa de volver al instituto luego de una semana de lo ocurrido. Le habían expulsado temporalmente por agredir a un alumno a pesar de solo haber acudido al rescate de su amigo. Y la forma en que lo hizo, dejando atrás a Nancy, le costó caro.
La chica se presentó aquella tarde en la puerta de su casa, con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Obviamente molesta. Le dijo que no podía hacer cosas así. Impulsos violentos. El castaño le respondió que era para proteger a su amigo. Le explicó todo incluido lo de su trabajo de niñero. La chica lo miraba ofendida. Le había ocultado todo aquello. No era nada malo lo que hacía, pero si lo era no habérselo comentado antes. Y ahí comenzó a echarle en cara todo. Que siempre había sido un mentiroso, un chico que se hacía pasar por otro, que se metía en peleas sin sentido y que tener dinero no tenía por qué convertirte en un capullo.
Steve siempre había pensado que si la chica hubiera conocido su verdadera personalidad blanda, sobreprotectora, risueña y sarcástica lo apartaría. Pero ese día se percató de que mintiendo no llegaba a nada.
La chica le habló sobre Jhonatan, un joven cenizo que trabajaba en la sección fotográfica del periódico del instituto. Llevaban hablando por meses y ella había comenzado a sentir cosas por él. Que era un chico amable y cariñoso además de inteligente que se preocupaba por su hermano y madre. Y cortó con Steve para luego marcharse dejándolo solo.Ahora estaba sufriendo las miradas de los alumnos alrededor que parecían clavarse como estacas. Su rostro dejaba a la vista su incomodidad y ojeras por no poder dormir al haberse pasado las últimas noches llorando por aquella chica, la cual, al doblar en una esquina de los pasillos, la encontró a lo lejos sujeta de la mano del que supuso era aquel tal Jhonatan.
Cuando las miradas de Steve y Nancy chocaron, el joven corrió en dirección contraria hasta entrar en un aula sin percatarse de que había alguien ahí.
Se colocó con la espalda contra la puerta y suspiró soltando el aire que había estado conteniendo.— Hola — saludó alguien.
El chico giró su cabeza, asustado, encontrado a una joven rubia de ojos claros con una trompeta en la mano y una partitura frente a ella. Estaba sentada en uno de los asientos de aquella clase apoyando los pies en la mesa frente a ella.
— Steve Harrington, ¿verdad? — preguntó con una sonrisa divertida mientras ladeaba la cabeza.
El chico asintió algo más relajado. Nunca había visto a esa chica antes. Quizás era nueva, pensó, pero luego descartó la idea al percatarse de la fecha y de que era imposible que a esas alturas de curso alguien entrara.
— Soy Robin. Robin Buckley. De la banda. Un curso menos que tu — se presentó mientras se levantaba dejando en una mesa el instrumento para acercarse al chico — Veo que huyes de algo. O de alguien. Cosa rara pues eres el rey.
— Lo era — la chica alzó una ceja, confusa y el castaño suspiró agotado cruzándose se brazos — Hace una semana me salí de mi papel y ayudé a Eddie Munson — buscó una mirada asqueada de la chica pero esta solo tenía una sonrisa ladina, las manos en las caderas y las cejas alzadas.
— ¿Y qué?
— ¿Como que "Y qué"? Me rebajé y eso ha hecho que todo el jodido insti me tenga asco. He perdido a mis amigos. ¡Y hasta Nancy Wheeler me ha dejado! — explicó algo estresado.
— ¿Y qué? — repitió causando un tic en el ojo del castaño — No se acaba el mundo. Ahora a mi me caes mejor — dijo encogiéndose de hombros restándole importancia a los problemas del chico.
— Pero mi reputación...
— ¿Qué importa la reputación si está lograda por un personaje inventado que no podrás mantener toda la vida? Lo mejor es conseguir tus objetivos siendo tu mismo, Harrington.
— ¿A caso eres psicóloga?
— Trabajo en un videoclub. Creo que sé diferenciar cuando alguien está actuando cuando estoy rodeada de películas.
El otro río levemente haciendo sonreír a la chica.
— ¿Y qué hacías aquí sola?
— Ensayaba para la banda — dijo señalando el instrumento.
— ¿Sola?
— No tengo muchos amigos que digamos. La mayoría de personas aquí me caen de puta pena porque son unos capullos.
El castaño sonrió — Pues...¿quieres pasar la hora del almuerzo con un un excapullo? — preguntó caballerosamente.
La chica aceptó y ese día nació una gran amistad. Salían juntos en los días libres de la rubia y iban a tomar helado o simplemente a pasear y hacer bromas. Era divertido estar con ella, parecía que se conocieran de toda la vida y podía actuar con tanta naturalidad que parecía un sueño. Nunca había tenido una amiga desde la puta de Carol y sabía con certeza que esa amistad le duraría mucho más porque era auténtica.
Ya le había comentado a Robin respecto a Dustin y Eddie. Ella estaba enternecida y tenía muchas ganas de conocer a aquel crío pero Steve siempre le negaba esa posibilidad. Llevaba ya un mes entero, desde aquella pelea, en que no iba a cuidar del niño. Sabía que se le haría incómodo si se encontrará con Munson. Sin embargo, quería verlo. Ya no iba a clase. Les preguntó a sus amigos, los cuales dudaron en sí contarle o no, y resultaba que ellos le pasaban la tarea para que la hiciera desde casa. Robin había sido un gran apoyo en el tema incitando que algún día debería volver y hablar con el chico. Darle una explicación respecto a sus acciones.
Pero no tenía el valor de mirarlo a la cara y decirle que lo hizo por...ni si quiera sabía por qué lo hizo. Siempre se decía a sí mismo que fue para protegerlo porque eran buenos amigos pero en el fondo sabía que no fue así.
Cada vez que la rubia sacaba el tema su cabeza daba mil vueltas, confundiendolo a él y a su corazón.
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BABYSITTER [Steddie]
Fanfiction¿Puede un chico popular con complejos enamorarse de un metalero? Eso se preguntaba Eddie cada vez que veía al chico que le gustaba. ¿Que pasará cuando Munson descubra que Harrington es el niñero de su primo? Donde Eddie es primo de Dustin, vive con...