Simple presa
Al salir de las duchas se dirigieron a buscar al hijo de McGonagall, debían saber más acerca de la varita. Costará lo que costará debían saber.
Fueron a dar hasta el baño de hombres, donde Adrian apenas salía del cubículo encontrándose con los villanos.
Nerviosamente camino hacia el lavabo.
— Adrian ¿cierto? — dijo Regulus el chico asintió. — sabes, somos nuevos y nos vendría bien un amigo.
Eso pareció sorprenderlo — ¿U-un a-amigo?
— Si, un amigo tu sabes, nadie se atreve a acercarse, ya sabes el típico rumor de no se acerquen a los villanos — dijo Regulus mirándolo fijamente.
— Supongo que debe ser difícil de llevar — dijo él con lástima.
Los villanos odiaron que sintiera lástima, nadie sentía eso por ellos jamás. Pero todo era parte de su plan.
— No sabes cuanto — dijo Regulus — un chico como tú debe ser muy popular y debes tener muchos amigos.
— La verdad no, no es como si el hijo del hada Madrina fuera muy popular...
— ¿Por qué lo dices?
— No es fácil decir que tu madre es el hada Madrina, además si fuera un poco más atractivo sería más popular
— ¿Tu madre no puede hacer algo? Ya sabes ¿Algo de magia? — preguntó Lucius.
— Mamá solo dice que la magia no sólo se encuentra en libros de hechizos y en la varitas mágicas, si no en los libros de historia de la magia. — contestó.
Los chicos se quedaron pensativos, que clase de mujer le dice eso a su hijo; ¡A claro! ¡El hada Madrina!
— Bueno, amm ¿Crees que podrías hacer algo por nosotros? — preguntó Regulus.
— ¿Qué cosa?
— Escucha mi hermano me comentó que habrá un coronación muy pronto, sabes nos gustaría estar más cerca ya sabes para que la bondad se nos pege un poco más. Y podemos hacerte no se un poco más atractivo.
— Podría hacerlo, pero sería mucho más probable que James les consiga algo más seguro, además ¿Hablas en serio? — Regulus asintió.
Podían tener una oportunidad solo una, y no tendrían que entrometerse con James y sus amigos.
— Mira tal vez yo no tenga algo de magia pero, Lucius — llamó, él mensionado volteo — ¿Podrías hacer algo? ya sabes
Lucius asintió y se acercó a Adrian — Postizo, con riso, deshagan ese cabello liso — dijo Lucius leyendo su libro. Al volver a verlo, su cabello estaba más reluciente, su nariz no tan grande estaba un poco más pequeña dándole una forma más perfecta.
ESTÁS LEYENDO
Descendientes: El Comienzo De Todo
Fiksi PenggemarHijos de villanos en un lugar donde tienen que encontrar, no solo una varita, si no la mismísima varita de sauco, la varita más poderosa y con la que los grandes villanos podrán derribar la barrera, y así exparsir toda su maldad por el mundo, aún qu...