❈|Cᴀpɪтᴜlᴏ 10|❈

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ʙʀɪᴀɴɴᴀ ᴍɪʟʟᴇʀs.

La noche del viernes llegó más rápido de lo que pensaba y eso significaba con todas sus letras que mi cita con Jimin estaba a punto de iniciar.

Nunca habría imaginado que llamaría la atención de alguien como Park, aventurero y siempre rodeado de mujeres dispuestas a tener una increíble noche de placer, por eso su invitación a esa dichosa fiesta seguía rondando en mi cabeza. No podía creer que me haya invitado a mi en especial, creía que su relación o lo que sea que tenía con DaMi era lo bastante sólido como para no mirar a nadie más pero su reciente interés por pasar tiempo conmigo me demostró lo contrario.

Jimin no quería a la profesora, simplememte follaban de vez en cuando por mero placer o para liberar estrés acumulado, lo que me dejaba a mi con una pizca de esperanza.

¿Esperanza de que? ¿Que clases de pensamientos estaban nublando mi mente?

¿Acaso ese rubio ardiente y sexy a rabiar empezaba a gustarme?

No, no podría ser eso. Jamás pondría mi corazón en las brazas de un fuego embravecido. Sería el mayor error que podría cometer porque le daría a Jimin el poder suficiente de hacer conmigo lo que le plazca así fuera romperme en mil pedazos.

Tendría que ponerle un pare a esa tonta y descabellada idea. Jimin y yo sólo somos amigos y debería ser así, no necesitaba confundir mis sentimientos a algo más porque sinceramente no llegaríamos a nada.

Para despejar mi cabeza abrí mi closet y repasé con la mirada por todas mis prendas de ropa. No estaba segura aún de lo que ponerme ni siquiera conocía el tipo de vestimenta adecuada para fiesta como esa.

Bueno, me tocará improvisar un poco.

Comprobé el tiempo que me quedaba para prepararme y viendo que sólo tenía media hora para vestirme y maquillarme agarré el vestido que iba a usar en un santiamén.

Entré al baño y me bañé en tiempo récord. Salí envuelta en una toalla y una pequeña nube de vapor me rodeó.

Sequé mi piel con suavidad y sintiendome fresca como una lechuga me coloqué la ropa interior, un conjuntito para nada discreto de lencería. Podría ser una chica que no exploraba al máximo mi sexualidad pero amaba llevar esas diminutas y provocativas piezas de encaje, me hacían sentir poderosa y bella.

El que elegí para hoy era de un intenso color rojo sangre, el brasier se ajustaba a la perfección a mis pechos y las bragas eran tan pequeñas que apenas tapaban mi intimidad.

Luego me enfundé en un vestido rojo sin escote, era bastante discreto a diferencia de mi ropa interior. Este era tipo camiseta con tela transparente en la parte de los hombros y la cintura. Se amoldaba a mi silueta como una segunda piel.

Ya con la ropa puesta me maquillaje muy sutilmente con una leve base y rubor rosa en las mejillas, una sombra ahumada en los ojos y pinté mis labios de carmín. En mis orejas llevaba unos aretes de pedrería rojiza y una manilla de oro con mi inicial decoraba mi muñeca.

Mi cabello lo dejé al natural, amaba la forma y cada unos de sus rizos así que los dejé caer en cascada llameante por mi espalda.

Sin perder mas tiempo busqué unos zapatos que combinaran, al final me decidí por unos tacones de tacón cuadrado. Una vez que los coloqué en mis pies, esparcí un poco de mi perfume favorito y di por terminado mi look.

Salí de mi cuarto cerrando la puerta tras de mi y al bajar las escaleras escuché el timbre de la casa. Imaginando quien estaba tras ella, abrí yo misma encontrándome con un Ángel caído del cielo.

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⏰ Última actualización: Dec 02, 2022 ⏰

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