CAPÍTULO 1: PAN CON MERMELADA

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-¿Estás completamente loco? Te dije que te quedaras encerrado en casa.

-¡No quería estar solo! El idiota de nuestro vecino regreso borracho y no paraba de tocar la puerta, sabe que no estás y sabes que le tengo mucho miedo

Porschay y yo estamos discutiendo a un lado de la puerta del hotel... trabajo en un bar en un pretencioso hotel de gente rica, en su mayoría alfas, logré tener este trabajo gracias a mi experiencia en bebidas exóticas y puedo regresar a la 1 de la noche pues el bar cierra a las 12, hoy me tocaba atender el bar hasta las 3 de la madrugada ya que el salón del hotel habría sido rentado para una fiesta de cumpleaños. Se supone que Tem me ayudaría a vigilar a Chay mientras estuviera atendiendo el bar hasta muy tarde ¿dónde demonios se metió?

-Chay no puedes estar aquí, llamaré a Pong para que te lleve devuelta a casa

-¡NO! No volveré ahí hasta que también vayas, puedo quedarme en la cocina como cuando era niño, prometo no causar problemas, pero no quiero quedarme solo en la madrugada ¡hermano por favor!

¡maldición! Está haciéndolo de nuevo, sabe que cuando pone esos ojos de cachorro triste no soy capaz de negarle nada

-¡ESTÁ BIEN! Pero debes prometer que te quedarás quieto en una esquina sin estorbarle a nadie ¿traes tus supresores?

-Si, nunca me dejas salir sin ellos pero no creo que sean necesarios, mi celo fue hace una semana, faltan tres meses para el siguiente.

-Nunca está de más estar prevenidos

Entramos al hotel e intento colar a Chay de forma sigilosa por la puerta de servicio, debo apresurarme, si no regreso rápido al bar me meteré en problemas. Cuando logramos cruzar el pasillo de servicio que está junto al salón puedo notar que el olor de Chay se vuelve ligeramente más dulce pero decido no hacerle caso, tal vez simplemente este aliviado de no quedarse solo en casa, me pone mal dejarlo solo tanto tiempo, pero si quiero que Chay tenga una vida tranquila debo conseguir una casa más cerca de la universidad en un barrio decente y por el momento el celo de Chay es leve, es necesario que trabaje todo lo que pueda para poder liquidar esa casa en su totalidad.

Por fin logramos entrar a la cocina e intento dejar a Chay lo más cerca que puedo de la puerta que conecta con el bar, es una suerte que la gerente sea tan amable y empática conmigo, de otra forma Chay nunca habría logrado ni pararse frente a la puerta.

-Bien Chay, siéntate en la silla y promete que no te vas a mover, mándame un mensaje si necesitas algo y si tienes sueño tendrás que aguantarte- intento poner mi expresión más seria pero claramente no está funcionando porque Chay me mira con una sonrisa de burla

-si hermano, lo prometo, ya no soy un niño, confía en mí. Ahora ve o realmente te meterás en problemas- Chay me da la vuelta y me empuja hacia la puerta, niño mimado

Regreso al bar y me pongo a trabajar, me concentro en las bebidas e intento ignorar las miradas lascivas de los estúpidos alfas que se pasean por el bar solo para verme, soy consciente de lo atractivo que soy y admito que conquistar un alfa ricachón es una idea tentadora pero nada en esta vida es gratis y lo único que necesito en mi vida es a Chay, estar solo es lo mejor.

-¿Cómo logras ignorar tantas propuestas? Si fuera tu ya me habría tirado a medio salón de fiesta

-si fueras yo no serias capaz ni de mirarles a los ojos, eres muy tímido Pete

-no tenías que echármelo en cara

Pete es mi compañero de trabajo y un buen amigo, él es quien me sustituye en el bar cuando Chay tiene su celo y debo cuidarlo, además es una buena persona, debe trabajar de día y de noche para pagar los medicamentos de su abuela y a pesar de lo duro que pueda ser aveces su vida siempre tendrá una sonrisa y palabras de apoyo para ti, es un gran amigo.

Pan con mermelada (KinnPorsche)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora