Me siento extraña, como en las nubes. No lo sé. Solo sé que no estoy completamente lucida.
Lo último que recuerdo en que empecé a llorar más fuerte cuando él moreno me dijo que jamás nos encontrarían.
Lloré y lloré.
Le suplique para que me dejara en paz, le dije que él no podía hacerme esto. Se lo pedí tanto hasta que él l se canso y estaciono el vehículo, pensé que me dejaría ir pero solamente me había equivocado.
Lo ví sacar del bolsillo de su pantalón un pequeño frasco de vidrio, no le di importancia hasta que entre en pánico; eso era cloroformo. ¿Qué cómo lo sé? Pues el envase decía claramente su contenido. Mi corazón se paralizó; él iba a drogarme.
El cloroformo es una sustancia líquida que básicamente te deja inconsciente en segundos; solo tienes que aplicarlo en una trapo y cubrir la nariz de la víctima haciendo que la persona inhale la droga para que está surta el efecto deseado. ¿Qué cómo lo sé? Por mi esposo.
«Cómo lo sabe está escritora chimba? Pues...por Investigation Discovery.»
Luego de ver sus intenciones forcejeamos para tener la posición del envase, luche con todas mis fuerzas para quitárselo, pero por obvias razones —Me triplicaba en tamaño y en fuerza.— él me lo arrebato dándome un buen puñetazo en la cara. Quede muy desorientada por eso; nadie en mi vida me había golpeado con tanta fuerza, quede aturdida y todo me daba vueltas, sentí un inmenso dolor en mi rostro y luego de unos segundos sentí como él me tomaba del rostro con una de sus manos y con la otra sostenía un paño húmedo con el cloroformo ya aplicado, mi corazón dió un vuelco. No sabía que hacer pero por mero instinto me resistí, aún con la cara doliendome como el demonio forcejee para huir de sus manos y separarme lo más posible que pudiera de él.
Abrí la puerta del auto dispuesta a lanzarme pero él me tomo el cabello con tanta fuerza que pensé que me sacaría el cuero cabelludo. Si ya el rostro me dolía ahora también lo hacía toda mi cabeza. Me jalo y aún sosteniendo mi cabello cerró la puerta del auto con fuerza manteniendome aprisionada sin darme la oportunidad ni opciones para escapar.
—¡Quédate quieta joder! —hablo fuerte con el trapo en mi nariz, aguante la respiración lo más que pude y me hice la dormida, actuando para que creyera que ya me encontraba sedada, pero eso él no se lo creyó ya que espero como alrededor de cuatro minutos y para ese tiempo ya yo no podía aguantar más la respiración, hice lo que no debía pero que tenía que hacer por obligación; respirar. Mis pulmones ya me lo pedían a gritos y mi rostro ardía por la fuerza de mis gestos y fracciones las cuales se mantenían tensas desde cuándo perdí el oxígeno presentes en mis pulmones.
Y luego de eso, quede inconsciente.
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"Asesinada"
FanficLas personas por quienes daría la vida, fueron las que me quitaron la mía.