Hanma to Kisaki

12 - Belong -

Las puertas se abrieron y Hanma se colocó detrás de Kazutora.

–Allá vamos.

La sonrisa puesta en sus labios era fácilmente una de las cosas que se quedaría impresa en su cara cada vez que saldría a pelear. Ninguna pelea le emocionaba pero pensar que podría pelear contra Draken le causaba una gran excitación. Le estaría buscando si no estuviese cerca del combate aunque sería raro, siendo el subcapitán y uno de los mejores luchadores de la ToMan.

–No Hanma, voy a dejarle peor de lo que hizo Baji con el puto Chifuyu.

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Hanma se despertó por los gritos, mareado. El  golpe que le había dado Mikey le había dejado atolondrado. Todo había pasado demasiado rápido y caótico. Kazutora golpeó a Mikey, Mikey a Kazutora, Kisaki defendió a Mikey y Baji fue a por Kisaki.

Oía como las sirenas de la policía cada vez se hacían más y más fuertes. Estaban llegando.

Buscó con la vista a Kazutora y lo vislumbró en medio del desguace, al lado del cadáver de Baji.

Se levantó repentinamente notando como la sangre se apartaba de su rostro, haciéndole lucir pálido. Se mordió el labio lo suficiente como para notar un sabor metálico en la punta de la lengua y gritó su nombre.

Como si fuese una respuesta, Kisaki le agarró del brazo, intentando movilizarle.

–Hanma, cállate. Deja de fingir que sois amigos –gritó Kisaki.

El pecho del moreno se encogió en un sentimiento que no sabía descifrar.

–La misión ha terminado –tiró de él logrando moverle hacia sí mismo, comenzando los dos a correr.

No estaba fingiendo.

Hanma miró hacia atrás con un nudo en la garganta mientras corría, comprobando que efectivamente el cuerpo de Kazutora seguía sin moverse. Estaba muerto.

Por sugerencia de Kisaki, acabaron yendo a su casa para descansar después de la pelea. Hanma se sentó en una de las sillas que había en la cocina viendo como sacaba una pizza de su envoltorio para calentarla.

–Qué poco japonés de tu parte... –rió el moreno viendo como cerraba el horno.

Kisaki se giró de buena gana y le sonrió.

–Es una ocasión especial, ha salido todo bien.

Ante aquella sincera sonrisa, el corazón se le aceleró, grabando la imagen en su cerebro para poder recordarla en un futuro. Sin embargo no todo había salido bien para él.

Un dolor palpitante le cruzó la cabeza y se llevó la mano a la sien instintivamente, siseando por ello. Dejó reposar los antebrazos en la mesa, apoyando la cabeza encima, dejando salir todo el aire de golpe en un sonoro suspiro. Comenzó a sobarse la nuca rapada intentando calmar el dolor de más arriba.

–Mikey te ha dejado un buen chichón –Kisaki se acercó para ver la herida de su compañero, asombrado que no le desnucara por la fuerza de la patada.

Dejó una lata de cerveza fría delante de la frente de Hanma que ahora reposaba en el brazo. Ante el ruido del contacto levantó la mirada y sonrió, cogiendo la lata de cerveza con una mano y abriéndola con la otra.

–Hay que celebrarlo.

Kisaki chocó su lata de té caliente con la de cerveza del moreno y comenzó a beber. Tras un par de segundos en silencio mirando a cualquier parte, oyendo como el temporizador del horno iba progresando, el rubio le hizo una señal, indicándole la parte herida de la cabeza.