13 - Ballard -

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Hanma cerró las puertas del baño con las manos temblorosas una última vez. Tenía la cabeza sumida en niebla. Había ingerido demasiado alcohol para mezclarlo con los porros y drogas varias que consumían en Valhalla. No se encontraba bien, pero tampoco se encontraba mal. Simplemente tenía la sensación que estaba a punto de dormirse de pie. Se lavó las manos y se frotó los ojos con las manos húmedas.

Se miró fijamente a los ojos en el espejo.

Eso sería lo último que recordaría de forma lúcida al día siguiente.

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Volvió a entrar en la habitación con los ojos vacíos y cerró la puerta tras de sí de forma torpe y descuidada.

Todavía no había llegado nadie a casa a pesar de ser ya altamente tarde, así que no había nadie a quien molestar.

Sin mediar palabra con Kisaki se tumbó en la cama, exhalando un suspiro de una forma extremadamente larga. Cerró los ojos dispuesto a dormir poniendo el antebrazo encima de éstos.

La tenue música del juego de pronto paró y Hanma notó como se le sentaba el rubio en la entrepierna. Sin apartar el antebrazo de los ojos sonrió.

–No estoy muy lúcido –arrastró las consonantes en su acto –para esto.

–¿He preguntado tu opinión?

–Qué te pasa hoy... –no era una pregunta.

–No me pasa nada.

Llevó ambas manos al interior de sus muslos y le miró desde abajo.

–Sí que te pasa. Llevas así desde ayer en Valhalla. Desde que me viste con Kazu.

Kisaki le paró las manos en seco y chistó, dándose cuenta tarde.

–Así que era eso... Es por Kazu –se relamió viendo como la cara del rubio volvía a mostrar su clásico indiferente. –No se qué fue lo que viste exactamente de todas formas –intentó sonar inocente.

La lentitud con la que le hablaba le parecía asombrosa. Parecía completamente borracho y fuera de sí. Podía notar como le temblaban las manos bajo las suyas y no era precisamente por estar nervioso. El exceso de drogas y alcohol le había pasado factura ese día. Después de la pelea, en el camino a casa se limitó a fumar sin descanso, decía que simplemente porque le apetecía pero parecía querer distraerse.

Cogió sus manos y las subió a su cadera.

–Simplemente os vi besaros –mintió.

–¿Y por esa mierda estás raro? Eres lo mas jodidamente infantil que he visto –se jactó.

–Ni se te ocurra insultarme, trozo de mierda –juntó su frente de golpe con la otra en un gesto agresivo, causándole daño.

Se miraron fijamente con la vista clavada en el otro. El rubio le miraba desafiante, con las cejas fruncidas por siquiera dudar el meterse con él. El contrario le miraba burlesco, con una sonrisa torcida en sus labios.

–De todas formas... ¿Tienes curiosidad? –le miró perplejo sobándole la cintura.

–No –dijo de una forma tajante pero dudosa.

–Vamos Kisaki, piénsalo. Es una de las cosas que mejor se sienten.

–A la única persona que quiero besar es a Hina –se dio cuenta que seguía sujetándole las muñecas con fuerza y se las soltó frustrado.

Hanma se rió de buena gana.

–Pero –dijo entre risas– ¿cómo te vas a liar con Hina si no has besado a nadie en tu vida? Sería un primer beso terrible.

Kisaki apretó los dientes, mordiéndose la lengua en el proceso de la rabia.

–Imagínate querer besar a alguien y que parezca un desatascador.

Le miró curioso.

–Vamos... –se acercó a su boca siseando– yo te puedo enseñar –susurró.

Viendo el estado y sabiendo de él, la probabilidad que no se acordase al día siguiente era tan alta como granos de arena en el desierto.

–He dicho que no, Hanma.

–No seas así... –le apretó de la cintura antes de a penas rozarle los labios sutilmente con los suyos.

El rubio le cogió bruscamente del cuello con una mano y le empujó alejándole de él de forma rápida hasta chocar con la cama, rebotando un poco en el momento.

–No se si eres sordo o simplemente eres cortito –le dijo despectivamente mirándole desde arriba con asco– he dicho que no.

Remarcó el no de una forma bastante sonora, agravando la voz en ese momento al lado de su oído. Al no oírle siquiera quejarse, Kisaki apretó los laterales de su cuello con los dedos más fuerte.

En ese preciso momento Hanma miró a la nada, entreabriendo los labios dejando escapar un pequeño pero muy lento suspiro. En un par de segundos, las comisuras de los labios se elevaron, dejándole ver una sonrisa torcida de placer que acompañaban sus ojos vidriosos.

El rubio sonrió para sus adentros comprobando como a pesar de todo, seguía teniendo el poder. Poder por encima de Hanma. Poder para dominarle de todas las formas posibles.

Aflojó la mano en torno a su cuello para permitirle respirar con mayor facilidad, notando en la punta de su pulgar y de su dedo corazón, el latido del moreno acelerado. Comenzó a acariciarle por encima de la ropa, rozándole a penas, viendo como se dilataban sus pupilas mirando a un punto fijo imaginario.

Hanma se dejaba hacer, bajo el tacto del rubio, completamente. Finalmente soltó el agarre en su cuello y metió ambas manos por debajo de la camiseta.

Completamente ido, el moreno emitió una pequeña risa inocente, haciendo notar que ya no estaba en sus cabales. Ignorándole, siguió acariciándole por debajo de la ropa.

Hanma se reincorporó para ayudarle a sacarse la propia ropa y siguió disfrutando de las caricias en silencio hasta que de pronto Kisaki deslizó las manos desde su abdomen hacia su lumbar, arañando todo el camino en su proceso. Un leve gruñido se escapó de los labios del moreno, dejando reposar la frente en el hombro ajeno.

–Kisaki... –mustió apretándole los costados acerándose a sus labios.

El contrario sonrió de forma vacilante, levantando el mentón.

Hanma le quitó las gafas, permitiéndose ver sus desafiantes ojos azules sin ningún obstáculo. Hubo un par de segundos de silencio entre ambos hasta que el rubio subió las manos a su espalda y le arañó con fuerza. Hanma cerró los ojos mientras se mordía el labio, juntando ambas frentes. Llevó sendas manos a los lados de la marcada mandíbula del rubio, acariciándole las comisuras de los labios con los pulgares.

–¿Qué? –espetó Kisaki, adorando lo que provocaba en Hanma.

–Que le den por culo a tu puta reina.

Le sujetó firmemente la mandíbula, acortando la distancia que quedaba entre ambos sin preguntar, presionando los labios contra los ajenos.

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No hay mucha cosa que aclarar en este cap. La ingesta masiva tanto de alcohol como de drogas puede causar temblores, taquicardias, etc. Tanto junto como separado. Si las juntas puede causar una pérdida de memoria o no ser capaz de controlar tu propio cuerpo. Como si fueras una marioneta.

Bueno, tres actualizaciones en un día. Creo que me he portado bien.

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2022 ⏰

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Hanma to KisakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora