07 - Battery -

1.1K 114 114
                                        

–Eso no es una preferencia –echó los ojos hacia atrás, ante la obviedad de la respuesta del rubio.

–Oh –una sonrisa orgullosa se posó en sus labios,– sí que lo es.

Hanma apretó el cuerpo del rubio justo antes de comenzar a sumirse en un ligero sueño. Por su parte, Kisaki viendo que el moreno no había hablado en un largo periodo de tiempo y que su respiración, empezaba a ser muy larga y calmada, supuso que se había dormido.

____________________________

Entrelazó los dedos con los de la mano que Hanma había pasado por encima de su cuerpo llevándoselos cerca del rostro. Comenzaban a pesarle los ojos, y nuevamente volvió a quedar dormido.

Se despertó con Hanma acariciándole la espalda. No le gustaba que fuese él quien lo hiciese pero, aun así, la sensación le era placentera. El malestar, sin embargo, no tardó en llegar. Le dolía el vientre, la cabeza, estaba cansado y le ardía todo el cuerpo. Un combo post coito completo.

Un agudo quejido le salió completamente sincero al intentar reincorporarse.

–Parece que te haya pasado un camión por encima –se rió Hanma.

–Ojalá hubiese pasado solo para no verte la puta cara –arrugó la cara por el dolor de cabeza.

–Don comedia, señores –dijo entre carcajadas el moreno. Se llevó una mano detrás de la nuca para acomodarse. Soltando un suspiro después de terminar de reírse.

Sin embargo a Kisaki no le había hecho gracia. La risa de Hanma se le había clavado en la cabeza por el dolor, martilleándole por dentro.

–Hanma... –chistó el rubio – me duele la cabeza.

–Pues búscate la vida –se burló levantándose del colchón y crujiéndose la espalda en un sonoro estruendo –que cojones me cuentas. Tienes piernas, úsalas.

El rubio, molesto por su tono le miró desafiante.

–No se donde tienes las cosas en tu mierda de cuartel. Esto es el criadero perfecto de basura –hizo una pequeña pausa para enmarcar las palabras – como tú.

Un escalofrío recorrió todo el cuerpo del moreno, haciéndole morderse el labio mientras sonreía. Dejó la punta de la lengua enrollada en el paladar mientras su mente iba a mil por segundo, desnudando y penetrándole mentalmente.

–Qué desagradable –fingió de mala forma un tono de tristeza –con lo bien que yo te trato.

Se puso en cuclillas mientras lo decía para que sus ojos quedasen a la misma altura, poniendo una cara de fingido y notorio dolor. Se llevó una mano al pecho e hizo una mueca.

–Dios, eres insufrible –se volvió a tapar tumbándose, con voz completamente molesta.

Sin mediar palabra, Hanma queriendo reírse, salió de la habitación. Le resultaba demasiado graciosa la desesperación y el carácter del rubio cuando se metía en el supuesto terreno sentimental.

Se encaminó nuevamente al baño para buscar las pastillas, viendo la luz encendida de éste. Una figura de pie frente al váter con un semblante serio giró la cara para enfrentarle.

–¡Hanma! ¿Qué tal compañero? –sonrió cambiando completamente su expresión mientras miccionaba.

–Sin más –miró un par de cajones rebuscando.

–Las pastillas están en el segundo –dijo cerrando la cremallera y girándose para lavarse las manos.

El moreno abrió el cajón, sacando un pequeño envase con unas pastillas azules.

Hanma to KisakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora