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Caigo sentada en la cama mientras que millones de lágrimas corren por mis mejillas, tapo mi cara con ambas manos cuando Eric y Javi entran en mi habitación. Acabo de ver a mi abuela ser enterrada, a una de las mujeres de mi vida, la que siempre ha cuidado de mí, me apoyaba en todas mis decisiones y me quería como a nadie. Mi llanto aumenta al saber que ya no la voy a volver a ver más, Eric se sienta a mi lado y pasa su brazo por mis hombros atrayéndome hacia él. Javi se sienta en la silla de mi escritorio delante mía y agarra mis manos.

-Por favor, dejadme.-Les digo para que ambos desaparezcan de mi vista, agradezco lo que hacen pero necesito estar sola por hoy.

-Lara, no es bueno para ti.-Me dice Javi pero se calla cuando levanto mi cara y lo miro a los ojos.

-Solo por hoy, un día más de luto.-Lo miro a los ojos pidiéndole con todo mi corazón que se marchen. Javi le hace un gesto con la cabeza a su hermano y ambos se levantan, me dan un beso y salen de la habitación cerrando la puerta.

Me tumbo en mi cama y el llanto aumenta cuando millones de recuerdos comienzan a divagar por mi mente. Me quito la ropa, negra, y me pongo la camiseta de Pedri que me da fuerzas para comer. Tras la cena, que la hago sola en mi cuarto, me vuelvo a tumbar y comienzo a escuchar a mi familia mientras cenan. Agradezco que Eric y Javi hayan venido porque sin ellos nos sabría donde estaría.

Me siento sola, como si un trozo de mi corazón no estuviera y ella se lo hubiera llevado conmigo, además de haber visto la tumba de mi padre y haberme puesto aún peor. No se como pero tras varias horas sigo llorando en mi cama, tumbada y mirando un punto fijo. Necesito soltar todo lo que tengo dentro sino no podré sanar mis heridas. Abro Whatsapp y veo los miles de mensajes de parte de los chicos y los leo uno por uno, escuchando sus audios y poniéndome aún peor de como ya estaba.

***

Salgo de la cama, hoy es el partido de los chicos y aunque no tenga muchas ganas voy a intentar decirle algunas palabras de ánimo. Mi madre se encuentra en la cocina con Javi, están haciendo el desayuno por el olor a tostadas, me acerco a ellos y mi madre me da un abrazo para después besarme la cabeza, lo mismo que repite Javi minutos después. Paso por el salón y miro el sillón vacío de mi abuela, donde ella solía estar todo el día, algunas lágrimas se acumulan en mis ojos pero intento ser fuerte y sigo hasta llegar al baño.

-Buenos días.-Entro dando una corta sonrisa a Eric, que se está duchando.

-Hola Lara, ¿cómo te encuentras hoy?-Asoma su cabeza entre la cortina y la pared. Sonrío triste pero sonrío cosa que a Eric parece ponerle de buen humor. Me siento en el váter y trato de hacer mis necesidades.

-Un poco mejor, todavía la echo de menos pero es inevitable y se que siempre va a ser así.- Eric me da una corta sonrisa y vuelve a su ducha matinal.

Cuando salgo la mesa está puesta y mis hermanos ya están devorando las tostadas que hay en sus platos. Me siento al lado de mi madre y agarro una tostada para untar un poco de mantequilla en ella.

-Hummm, que rico.-Mi madre me mira sonriente.-He pensado en enviarle un mensaje a los chicos, dándole ánimos para este partido.

-Podemos verlo, si quieres, claro.-Me dice Javi, yo asiento.

Camino de un lado a otro en mi habitación, tengo el móvil en la mano y los chicos están sentados o más bien tumbados en la cama.

-No se que decirles, ¿estarán enfadados?-Veo a los chicos negar.-No se si hablarle a, no mira mejor le hablo a mi tío.

-Lara relájate que es solo un mensaje, puedes darle las falsas ilusiones de que no vas a volver y cuando vuelvas que se lleven una sorpresa.-Me mira Eric con malicia mientras que yo ruedo los ojos.

SERENDIPIA  - Pedri González.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora