𝑺𝑬𝑹𝑬𝑵𝑫𝑰𝑷𝑰𝑨 | jeon jungkook

Lárgate.

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Mi cabeza parece querer explotar, ¿Dónde estoy? No puedo abrir los ojos sin que mi cerebro retumbe.

Apenas puedo sentir mis extremidades y todo parece dar vueltas apenas logro divisar vagamente una pequeña luz que proviene de lo que parece ser una ventana. Pero el problema es que esa no es mi ventana. ¿En dónde me metí? Poco a poco trato de mover mis manos y apoyarme para levantar mi torso porque aparentemente estoy acostada boca abajo, pero mis brazos duelen y se sienten como gelatinas al primer intento, ni siquiera caigo porque no pude levantarme. Sin embargo, esta vez me ayudo de mis piernas y finalmente me arrodillo tomándome de la cabeza.

¿Acaso me martillaron el cráneo o qué?

Con toda la fuerza inexistente en mi empiezo a parpadear para ver de una vez por todas en dónde me encuentro.

Lo primero que mis pobres ojos ven es una luz demasiado brillante para mi dolor mental así que aparto la vista automáticamente. Bajo la mirada y me encuentro con una mesita de noche con dos celulares del cual uno es el mío, y el otro creo haberlo visto en algún lado...pero ahora no recuerdo dónde. Luego me miro las manos, están rojas. Entonces me doy cuenta de que tengo bastante frío pero mi cuerpo está caliente, ¿Cómo explicarlo? Mis dedos parecen arder en el momento en que toco mi cara examinando que claramente mi temperatura corporal se encuentra más elevada de lo común.

Y desgraciadamente cuando miro más abajo me encuentro con la imagen más vergonzosa e inesperada que pude haber presenciado en mi vida entera.

Doy un pequeño brinquito inconsciente cuando me doy cuenta de que Jungkook duerme plácidamente con la camisa a medio desabrochar y el cabello hecho un desastre, pero no es eso lo que me preocupa del todo, si no que prácticamente estoy sentada sobre él y una de sus manos está abrazando mi cintura.

¿¡QUÉ HICISTE AHORA, SUN LILIETH!?

Aterrada, confundida, sorprendida, disgustada, enojada, con un odioso dolor de cabeza intento levantarme pero como me lo esperaba, no puedo de ninguna manera. El agarre de mi odioso vecino es fuerte, sí, pero además de eso no tengo la energía suficiente para moverme siquiera un paso.

¿Qué tipo de pesadilla es esta?

Inhalo exhalo, inhalo exhalo.

¿¡QUÉ HAGO EN LA MISMA CAMA QUE JEON ESTÚPIDO JUNGKOOK!?

Mi mente se siente en cualquier otra parte que no es aquí porque claramente no tengo ni la menor idea de lo que pasó y temo por lo que pueda llegar a ser, pero al menos ambos estamos vestidos.

No lo pienso un solo segundo más.

Con todo el cuerpo adolorido, me muevo hacia un costado y caigo acostada a su lado, donde por fin logro quitar su mano de encima mío y trato de levantarme para poder salir de aquí. Pero él comienza a darse la vuelta hasta quedar de costado pero frente a mí. Me deja encerrada sin escapatoria, porque no hay forma de que yo pueda pasar por encima suyo y menos cuando mientras su mano me busca tan desesperadamente su ceño se frunce y de sus labios sale un pequeño quejido hasta que desafortunadamente me atrapa la cintura por segunda vez y me apega hacia él en un solo segundo. Y por supuesto que yo no tengo ni la más mínima fuerza para poder oponerme.

¿Qué hago ahora? Pienso por un segundo, pero entonces mis ojitos adormecidos captan algo que no me deja seguir intentando una exitosa huida.

Jungkook yace durmiendo justo frente a mí con una ligera sonrisa en su rostro desde el momento en que mi cuerpo se quedó entre sus manos, con los ojos cerrados hasta parece inocente y tierno, su piel no contiene ningún tipo de imperfección, hasta el pequeño lunar debajo de su labio se ve justo donde debe estar. Algunos mechones de su cabello caen sobre su frente y tapan un poco sus ojos pero aún así puedo ver el piercing de su ceja derecha, al igual que el de su labio inferior. Su boca es algo fina, pero rosada en extremo, su nariz grande sin duda no lo hace menos apuesto, el tamaño no le queda para nada mal a comparación de si lo tuviera otra persona. Las perforaciones de su oreja están con los mismos aros que siempre, nunca cambian. Su mandíbula está tan bien definida que hace posible compararla con una regla, es impresionante lo marcado que se encuentran las facciones de su rostro y seguramente resto del cuerpo, de hecho nunca había observado los tatuajes que van desde su hombro hasta los dedos de su mano derecha tan cerca, hasta puedo notar las venas que se extienden por toda su extremidad y resaltan entre los dibujos. Es lo suficientemente cálido y suave para que mi pobre cuerpo congelándose con cada segundo quiera quedarse así de cerca del suyo.