En un futuro, donde la guerra entre humanos y robots dejó el mundo en un estado post apocalíptico, un mecánico de los suburbios llamado Reki y el líder del ejército antirobots llamado Langa, comenzarán una nueva aventura al conocerse y querer cambia...
La lanza arrojada por el robot iba directo hacia los chicos, la tecnología de los robots era muy avanzada y seguramente aquella lanza con descargas eléctrica era un "arma dirigida".
- Es como un misil, no se detendrá... ¡Mierda! ¿Qué hago? - se preguntó rápidamente el peliceleste.
Langa en un intento desesperado por salvar a Reki, lo empujó hacia el costado pero la lanza aún se dirigía hacia el, ya estaba a sólo metros.
- ¡Langaaaaaa! - gritó Reki con desesperación.
Langa se cubrió y cerró sus ojos, esperando lo peor... pero nada ocurría, abrió sus ojos lentamente, vió una silueta delante de el, aquella silueta detuvo la lanza.
- No... ¿Por qué tú?... - soltó Langa en shock y casi sin voz al ver como el objeto dió una fuerte descarga eléctrica al pequeño robot pelinegro.
Con una patada, apartó la lanza y Miya cayó al suelto, aún convulsionando por la descarga eléctrica.
- ¡MIYA! - Reki llegó corriendo a su lado y lo miraba horrorizado, la lanza le dió sólo a centímetros de la placa madre, finalmente la convulsión se detuvo.
- Reki... - soltó Miya con una débil voz.
- ¿Si? Dime... - respondió Reki suavemente, las lágrimas comenzaban a salir de sus ambarinos ojos mientras tomaba las manos del chico.
- Tú... - dijo Miya a duras penas.
- ¿Yo qué? - preguntó Reki tratando de hacer que Miya siguiera hablando y conteniendo el llanto.
- Tú cara...
- ¿Mi cara?
- Si, deberías ver tu cara, esta horrible jajaja, te pones feo cuando lloras - soltó Miya riendo.
- ¡Maldita hojalata! Me asustaste... - dijo Reki indignado mientras golpeaba el pecho del pelinegro.
- Eso fue arriesgado... gracias Miya - dijo Langa agradecido mientras estiraba su mano para estrecharla, Miya levantó la suya para responder el saludo. Todo esto con Reki entremedio con una gran sonrisa mientras miraba a uno y luego al otro.
- Al parecer las máquinas no son tan malas - dijo Langa mientras apartaba la mirada de ambos, sentía sus mejillas calientes.
- No son máquinas... son robots y también tienen sentimientos como nosotros - respondió Reki mientras apretaba las mejillas de Langa.
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