- Te di mi tiempo, mi apoyo, mi amor... y lo único que recibí de ti fue odio y rechazo. No esperes te acepte ahora-
Esas palabras tan frías saliendo de sus labios llegaron a mi corazón como dagas. Tenía esperanzas de que aún sintiera lo mismo de hac...
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Ella no lo notaba, Adrien tampoco. De hecho nadie se daba cuenta, pero sin duda me molestaba de gran manera que ________ pasara más tiempo con mi primo que conmigo.
El tiempo que pasaba conmigo disminuyó de gran manera de un momento a otro. De hecho podría decirse que el tiempo que pasábamos juntos ahora era casi nulo.
Ella decía que siempre estaría a mi lado, que sin importar qué jamás se aportaría de mí lado, entonces ¿Por qué en estos momentos estaba con él y no conmigo?
No entendía el porqué de mi molestia. Bueno, mi yo de hace unos años no quería aceptar que estaba enamorado de la chica más hermosa en este mundo, y que lo sentía eran celos.
Intente en varias ocasiones llamar su atención. Le pregunté múltiples veces si me acompañaría a la biblioteca o si llegaría a casa para ayudarla con la tarea. Pero su repuesta siempre fue la misma.
— Estaré con Adrien—
Ya comenzaba a odiar a mi primo.
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Una semana.
Una maldita semana sin ella me había afectado de gran manera. Muchos decían que mi actitud era distante y fría, pero sin duda durante esa semana mi actitud estaba peor que antes.
Ignoraba de gran manera todo y a todos. Llegue incluso a contestarle de mala forma a los profesores, e incluso a mi madre. Razón por la que me había ganado un regaño.
Mi madre fue quien me preguntó que pasaba. Preguntó la razón de mi mal humor.
— No te preocupes mamá. Solo... solo es estrés. Tranquila—
— De acuerdo— no parecía muy convencida ante mi respuesta— si necesitas hablar aquí estoy para escucharte y aconsejarte— dijo mientras de abrazaba.
Después de la pequeña charla con mi madre, mi humor se calmo un poco. Para mi desgracia, mi calma no duró mucho.
Iba llegando al instituto. En eso vi como ________ venia corriendo hacia mi dirección. Creí que volveríamos a lo de hace unas semanas. Ella yendo tras de mi, pero lo que dijo me disgusto.
— Hola Felix— dijo con una sonrisa— ¿Has visto a Adrien? Dijo que me ayudaría con la tarea—
Estaba por responder cuando me interrumpió antes de siquiera decir una palabra.
— ¡Oh¡ Ya lo vi, ¡Adiós Felix!— y luego de eso salió corriendo en dirección al rubio de apellido Agreste.
¿Esa niña pelirroja me había cambiado por mi primo? Adrien era un tonto. Nisiquiera era capaz de darse cuenta que una de sus compañeras estaba enamorada de él, para que ahora ¿Él le ayudara con la tarea?
Yo era mejor que Adrien en muchos sentidos.
Esta situación ya me estaba cansando de gran manera. Ahora lo único que pasaba por mi mente era ¿Por qué?
¿Por qué me importaba mucho que ella se alejara de mí? Mi objetivo desde el principio era que dejara en paz, pero ahora... me aterraba la idea de no tenerla conmigo.
Tal vez Adrien si era mejor que yo en algo. Él valoraba la compañía de la niña pelirroja, mientras que yo... me arrepentía de no haberlo hecho.
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