TE AMO

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Leí la carta casi por novena vez, tome nuevamente un pedazo del pan de trigo que me había traído Tryna.

-Señorita, si vuelve a leer la carta me pondré nerviosa, ¿que le sucede? – Dijo con nervios y con ansias, suspire.

-Es que… Quiero explicarme bien para que mi madre logre venir a decirme exactamente lo que quiero oír, no lo que necesito saber – Dije con seriedad haciendo que ella suspirara y levantándose del asiento me arrebato la hoja, me queje –¡Hey!, ¿Que haces? – Le pregunte mientras hacia un puchero.

-Primero coma, y luego enviamos la carta para que venga su madre, tardaría menos de tres días en venir, así que, estoy segura que usted podrá esperar a primero terminar de comer – Dijo haciendo que yo me quejara, aunque acepte comer ya que tenía hambre.

Luego de comer, y de bañarme salí con mi ropa ligera especial, el cual tenía dos ranuras para que pasaran sin problema mis alas por allí, me estire con gusto e iba a ponerme a pintar como siempre junto a Tryna y a Myona quienes me acompañaban en estos tiempos.

Ellas dos fueron las que asignaron para ser mis damas de compañía en mi familia, es decir, ellas tenían que saber el secreto de mis alas, aunque mi familia tuviera ciertos conflictos por ello, ya que no querían que esto se supiera.

Puesto, que, los brillos o, “Dientes de León” Como yo les llamo, son unas esferas pequeñas relucientes que salen desde mis alas, estos tienen poderes curativos de gran magnitud, el cual puede salvar a cualquier persona moribunda en cuestiones de segundos.

Mi familia por miedo a lo que pueda suceder si se descubría ese poder, mantenía oculto el hecho de los primogénitos alados y solo muy pocos sabían de esto, y, incluso, no todos de la familia lo sabían, como el caso de mi tía Cristina, ya que, ella es muy parlanchina y desconfían de su control al hablar con otras personas, incluso casi el 5% de la familia no sabían, ni saben de la existencia de esto.

-Señorita… ¡Señorita! – Me dijo Tryna llamando mi atención, parpadee un par de veces mientras que salía de mi trance – Uff… Hoy esta perdida… - Dijo mientras que ella suspiro negando, le mire con ojos acusatorios.

-¿Que pasa? – Le pregunte, ella apunto al lienzo el cual estaba haciendo inconscientemente, el cual le mire sorprendida.

Comencé a detallarlo, logre ver el cielo de varios tonos casi de mis ojos, y mis colores preferidos, purpuras, morados y lilas, y allí en la esquina de una colina de tonos oscuros había una pareja de reyes, aunque, era una silueta de estos.

Me sonroje al ver las caras de mis dos damas de compañía, vi al centro de la mesa, en donde estaban las cosas que teníamos que pintar, y estaba una pequeña cesta con manzanas, trague saliva.

-Yo no sé en que parte muestra esto la manzana… - Dijo Myona burlándose, bufe.

-E-Es que… Bueno… Mmm… Agh… Ando ida, lo siento – Dije sin poder excusarme mientras me dejaba caer en la mesa.

- Tranquila Señorita Perla, nosotros la entendemos, se esta esforzando muy duro, simplemente no se rinda ahora, además, ya veo que su corazón esta en ese final de ensueño que acá sufriendo – Dijo Tryna hacia mi, mientras que me acariciaba la espalda y alas, en cierto sentido me avergonzaba que hubieran visto eso, aunque su apoyo nuevamente, no estaba de mas.

- Ay… El amor es tan hermoso… Perla y Sovieshu sentados en un árbol, se toman de la mano y – No la deje continuar viéndole totalmente sonrojada, me avergonzaba mucho esa canción que había inventado a penas vio como reaccione al ver a Sovieshu.

Aun agradezco que el no se haya fijado en mi reacción, que vergüenza, y tal vez, me hubiera librado de que el nunca lo hubiera usado en mi contra para avergonzarme después.

Mi Emperador Sovieshu x TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora