En frente mío se posó Dae, su cabello igual de desordenado que siempre, y sus mejillas con ese rosa con el que se avergonzaba, sonreí mientras mi corazón golpeaba con fuerza contra mi pecho.
—¡Dae! ¡Dae!—. ¿¡Podría abrazarlo?! Intenté pero era imposible.
—¡Ha pasado tiempo, mi querida _____! ¿Y dónde está el tonto de Kaz? ¡Sentí su energía por aquí!
—¡Se fue por allá!—. Señalé, al parecer, yo no podía tocarlo a él, pero él si podía tocarme a mí.
Corrimos, estaba tan feliz, grité el nombre de mi amigo, olvidando completamente la pelea que ocurría, yo solo necesitaba de Dae y de Kaz.
Kazuya llegó tan rápido como un trueno, y rió feliz al ver a Dae al frente nuestro.
—¡Dae! ¡¿Cómo estás?!
Dae le relataba lo feliz que se sentía al vernos de nuevo, y de pronto, ese sentimiento de culpa volvió a mí, eliminando la felicidad que tenía.
—Perdón—. Kaz se me adelantó y al ver la confusión en el rostro de Dae, él continuó—. Si hubiéramos encontrado alguna cura, si hubiéramos buscado mejor... tú... no estarías en este lugar.
Mordí mi labio, mis piernas temblaron, pero todo se sintió tan irreal.
Un sentimiendo reconfortante y hermoso envolvió todo mi ser y pronto me dí cuenta de que Dae nos estaba abrazando, me sentí inútil al no poder tocarlo, pero me sentí bien cuando los brazos de Kaz me envolvieron de la misma forma.
—Ustedes no tienen la culpa de nada, no deben culparse de nada. De hecho, soy yo el que se siente culpable, si yo no hubiera estado en ese bosque, o si hubiera muerto antes de que ustedes llegaran ustedes no estarían tristes por mí.
Nuestra charla se alargó un poco más y para mi mala suerte, era hora de despedirnos.
Kaz se fue igual de primero, sabía que si se quedaba un momento más, no querría irse nunca más.
—Déjame soñar contigo—. Pedí y el sonrió—. Prometo venir y... traeré muchas cosas... yo...
Sus labios chocaron con mi frente—. ¿Lo sabes cierto?
Asentí sin mirarlo a los ojos, solo podías ir una vez a la Necrópolis— Los dioses son tontos, muy muy tontos.
Su calidez desaparecía de a poco y yo no quería que eso suceda, queria que Dae se quede con nosotros para siempre.
Tragué duro y aclaré mi voz, suspiré temblorosamente y dejé ese lugar para ir tras Kaz, me sentía tranquila, porque sé que Dae me protege, porque sé que el nos protege.
SEPARADOR.
Corría sin tanta prisa, cada vez los golpes se escuchaban más cerca.
De pronto, me topé con un cerdito, el chocó conmigo y cayeron al suelo.
Digo cayeron porque una chica estaba con él.
—¡Hola, utedes deben venir de por allá! ¿Vieron a un chico de cabello azul?
La chica me miró a los ojos y abrí los míos con extrema sorpresa. Mi piel volviéndose de gallina y mi mente procesando toda esta maldita escena.
¡¿Elizabeth?!
—¿Eli?—. Murmuré con voz ahogada, y negué suavemente al ver sus muecas de confusión— ¡Me llamo _____! ¿Quienes son ustedes?
—¡Señorita, debemos correr de aquí! ¡Podremos presentarnos en ota ocasión, por favor venga con nosotros!.
—¡Claro!.
Tomé a Elizabeth y al cerdito y corrí un poco rápido, confiaba en Kaz y sé que él podrá solo, mientras tanto, quiero estar un rato con Eli.
Paré a unos kilómetros de dónde nos encontramos, me senté e hice una seña para que imitaran mi gesto, me miraban sorprendidos, ladeé la cabeza y empezaron a presentarse.
—¡Mi nombre es Hawks, soy el capitán de la Orden de las Sobras!
—¡Eres un cerdito muy lindo!—. Tomé de sus cachetes y lo acaricié, ignorando sus quejas, se me hacía divertido.
—Uhm ¡Yo soy Eliabeth! ¡Y quiero reunir a los pecados capitales!
¿Cómo es que no me he desmayado aún?
—¿Por qué quieres hacer eso? Según tengo entendido, ellos traicionaron al reino.
Ella empezó a explicarme todo, aunque ya lo sabía, informarme de nuevo no hacía daño.
Apoyé mi espalda en una de esas cosas verdes y pregunté a Hawks el por qué de su incomodidad.
—La pelea ha sido dura, ¿no deberíamos ir a ayudar?—. Comentó con duda, y el rostro de Eli se entristeció.
—¿Recuerdan al chico de cabelo azul que mencioné?—. Ellos asintieron.—Bueno, él se encargará de todo, y si lo vence, yo iré a patearle el trasero a la caballero sacro.
—Espera ¿Cómo sabes que es una chica?
—Por que la he visto antes de venir aquí.
De pronto, gritaron asustados al ver como sus cuerpos brillaban—. ¡¿Qué nos está pasando?!
—No pertenecemos aquí, la Necropolis nos está rechazando—. Comenté mirando mis manos, que tenían el mismo brillo que el resto de nuestros cuerpos.
Pude ver a Dae despidiéndose con su mano, hice el mismo gesto y de la nada, volvimos a la tierra de los vivos.
—¡Buu!
Reí al sentir las manos de Kaz tapándome los ojos, golpeé su costado izquierdo y empezamos a jugar, de pronto sentí muchas miradas puestas en nosotros y lo empujé lejos de mí.
—¡¿Jefa?!
No pude decir nada porque Diane me levantó y me dió muchas vueltas, sus lágrimas brillaban en sus lindos ojos—. ¡Es ella! ¡Por los dioses, la he extrañado demasiado! ¡No sabe lo feliz que me hace verla!
Al intentar consolarla, dejé de estar en las manos de la gigante, a estar en la almohada genial de King, me acosté y sonreí, había extrañado tanto dormir aquí—. Me da mucho gusto volver a verte, _____.
Fui despojada de esa linda almohada y pude sentir a Ban rodearme con sus brazos—- ¡Jefecita, todo ha sido tan aburrido sin tí!
Reí y lo empujé, mis pies volvieron a tocar el suelo, todos reían emocionados, y pude ver como Kaz encajaba perfectamente, él se veía concentrado en Hawks y Eli muy enfocada en hacerle preguntas.
De pronto, hubo silencio y me volteé confundida. Mi cuerpo fue empujado y caí al suelo, unos brazos rodándome com fuerza, y una peculiar cabellera escondida en la curvatura de mi cuello.
—¿Cómo has estado capitán?
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Miradas (Meliodas y tú)
FanfictionEn un mundo en donde se ha desatado la guerra santa, ______ encuentra una manera de poder seguir viviendo, y una mirada para soportarlo todo. En donde Meliodas encuentra a su amiga y la lleva a nuevas aventuras llenas de riesgos y adrenalina.