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—Muy bien ¡preparemos todo para abrir la taberna!

Mis ojos amenazaban con cerrarse con cada palabra que decía el capitán, el sueño trataba de vencerme pero soy una guerrera fuerte.

Un golpe en mi costado me hizo pegar un pequeño salto, hice una mueca de molestia dirigida hacia Ban y el solo me ignoró.

Parpadeé un par de veces, como si me ayudara a darme cuenta que estoy despierta y solo pude observar  al  capitán con su mirada puesta en mí.

—Uh, ¿pasa algo? —. Dije ladeando la cabeza, mire al rededor y fruncí las cejas al no notar a nadie más que los tres—¿Dónde está el resto?

—Elizabeth y Hawks se fueron al público a promocionar el negocio y otras cosas más—. Habló el rubio.

—¿Eli? ¿No se supone que somos prófugos de la justicia? ¿Quién la cuidará?

—Por eso Kazuya fue con ellos—. Completó Ban—. Es listo y está atento a todo.

—Y nosotros vamos a buscar el elemento especial para los platos. El que tenga la mejor presa gana—. Añadió Mel.

—Oh, bueno—. Me encogí de hombros y bostecé con más sueño—. Yo me quedaré dando los últimos detalles, juro que la taberna quedará impecable.

—Ay que excusa tan barata—. Habló el más alto—. Solo di que tienes flojera y ya, el capitán hará lo que tu digas de todas formas.

Dí un pequeño golpe en su cabeza—. Ban  debes aprender a controlar tu bocota.

—Ya Ban, déjala. Vamos ya, no podemos dejar que King nos gane.

Sonreí victoriosa y me burlé de Ban, besé sus mejillas y volví a la habitación, el sueño es uno de mis mayores enemigos.

Suspiré contenta ante la comodidad de la cama y cerré los ojos dispuesta a entregarme completamente al sueño, y así lo hice por alrededor de 30 minutos. No fue hasta que una extraña presencia me hizo abrir los ojos.

—No es humana, pero tiene esencia de una—. Murmuré somnolienta.

Decidida, salté por la ventana en busca de esa presencia.

(...)

—Y esos quienes son—. Hablé para mí misma entre las copas de los árboles.

Salté hasta llegar al suelo y me puse enfrente del monstruo ese, su presencia y esa armadura era exactamente igual que la de Gowther, pero había algo que no me convencía.

—Hermano, con todos respeto—. Hablé al mostruito ese—. Ni idea de quien seas pero creo que eres amigo de la cabrita, ¿verdad?

—¿Y tú quién Diablos eres? —. Interrumpió una chica—. Enfrentante ante los Rugidos del Alba.

—Ay que pesada—. Me quejé—. Para empezar yo no estaba hablando contigo.

—Interesting—. Un chico de cabello azul se posicionó en mi frente, sus ojos me escaneaban detrás de esa máscara—. Señorita, lamento mucho interrumpir su diversión, sin embargo, debemos cumplir con nuestro trabajo.

—¿Y qué tienes que hacer? —. Pregunté curiosa.

—Llevarnos la cabeza de este tipo.

—Casual eh—. Dije asintiendo y suspiré—. Enserio lo siento, pero no le podrán quitar la cabeza por un largo rato. Es que conoce a alquien que yo conozco, lo necesito vivito.

—Entonces hay que luchar.

Moví mi cabeza a un lado cuando una flecha trato de impactar en mi frente, silvé al mirar como rompió la roca detrás mío.

—Resuelven todo con violencia—. Me resigné e hice un pequeño estiramiento.

—¿Qué estás haciendo?

—Es que estaba durmiendo, solo déjenme estirar un poquito sí.

Miré al cielo y me moví a mi derecha, el capitán llevando justo a tiempo como siempre.

—Capi, tan puntual como siempre—. Dije, caminando a la piedra más cercana.

—Ni que lo digas, King no cumplió con la tarea—. Negué divertida y me senté.

—¿Es Gowther? —. Dijo King desde su almohada.

—No lo sé, su presencia se parece y su armadura es igual, pero hay algo que no me convence.

—Woah, esto es lo más interesante en todo el maldito día.

—Da igual—. Interrumpí al cenizo—. Esos de ahí son los Rugidos del Alba y quieren quitarle la cabeza. ¡Suerte! Yo dormiré un poquito...






Miradas (Meliodas y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora