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Un delicioso olor a comida llegó a mí—. Comida.

Bajé con rapidez hacia la cocina y encontré a todos.

—Te dije, se despierta si huele a comida.

—Woah, eso es nuevo.

El resto rió ante la conversa de Kaz y Ban, me senté y esperé mi plato.

—Saluda—. Kaz me tiró un trozo de panqueque y cayó en mi boca.

Tragué y sonreí—. ¡Buenos días!

—¡Woah! ¡Debemos intentar eso, King!

—Ni en tus sueños, zorro apestoso.

—Te viste como un perro—. Meliodas dejó un beso en mi cabeza—. Buenos días.

—La comida vuelve animales a las personas—. Me encogí de hombros—. ¿Cuál es el destino ahora capitán?

—En una aldea cercana, se rumorea sobre un torneo de peleas, el ganador se llevará una arma grande, literalmente.

—¿Gideon?—. Dije esperando una confirmación—.¡Hay que ir!

El desayuno fue servido y mis ojos brillaron—. ¡Buen provecho!

—¡Igualmente!
















—Tengo calor—. Dianne empezó a quejarse sobre el clima, y no la culpo, hace un poco de calor.

—Tranquila, ya llegamos.

—¿Eso que tiene que ver? ¡Quiero algo frío!

—¡Cerveza!—. Mencioné emocionada, abracé al capitán y lo moví con un poco de brusquedad—. ¡Vamos, Mel! ¡Tomemos un poco de cerveza!

—Ni se les ocurra. Es un festival de pelea, venderé esta cerveza y ganaré mucho dinero.

Bueno, Hawks tenía un punto, sin embargo, yo si tenía ganas de una cerveza.

—Quita esa cara, te haré un poco de jugo—. Me tiré encima de Kaz y dí un beso en su mejilla—. Ew, yo no quiero tus babas en mí, quítate.

—Sigo sin creer que no son novios—. Murmuró King—. En fin, nosotros nos adelantamos. Zorro tonto, Capitán, vamos.

—¡Yo también iré!—. Dianne saltó emocionada y el suelo tembló un poco.

—Uh, creo que no se va a poder—. Dije—. Según tengo entendido, en todos los pueblos está prohibido el ingreso a Gigantes. Lo siento mucho Dianne.

La más alta hizo un pucherito y pequeñas lágrimas mojaron sus ojos—.Eso es injusto.

—Tranquila ¿sí? Traeré a tu preciado Gideon, solo debes esperar un momento. Sé buena.

Ban y yo conectamos miradas y nos burlamos en silencio sobre esos dos.

—Yo me quedaré con ella, señor Meliodas.

—¡¿Enserio?!

—Sí—. Sonrió—. Será como salida de chicas.

—¡Nunca he tenido una! ¡Será divertido!

—. Bueno, bueno. Las veremos más tarde, nos vamos ya.  ¿Vienes, ______?

—Los alcanzo en un rato, recolectaremos un poco de fruta.

Los tres se fueron caminando y nos quedamos quieros hasta que la cabellera gris desapareció de nuestros ojos.

—Bien—. Me estiré un poco—. Kaz, buscarás en la parte derecha. Nosotras iremos a la izquierda.

Miradas (Meliodas y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora