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Flores.

Las flores son muy lindas.

La brisa golpeaba con suavidad las copas de los árboles, haciendo que éstos se muevan de una forma lenta, creando una pequeña melodía que da tranquilidad.

Caminé más tranquila en medio del bosque, el día de hoy habría un festival en el pueblo, y que mejor que vender unas manzanas acarameladas.

Trepé con calma y recojí muchas manzanas, era un trabajo algo fácil.

—Hay que tomar las más rojas, son más dulces y quedarán muy ricas.

Bajé sin mucho esfuerzo, el anochecer no tardaba en llegar y debía volver a casa pronto.

Toqué la puerta y Kazuya abrió.

—¡¿Por qué tanta demora?! ¡Debemos hacer ya las manzanas!—. Dió un pequeño beso en mi mejilla y recogió su ya algo largo cabello en una pequeña coleta.—He preparado todo ya, además el señor Han me ha pagado por mi trabajo de esta semana ¡Podermos beber y emborracharnos!

Reí y coloqué las manzanas listas para lavarlas, teníamos exactamente unas 3 horas para que quede todo listo.

—Dicen que los caballeros sacros están persiguiendo a un grupo de maleantes—. Comentó de la nada—. ¿Los capturamos primero?

Negué con la cabeza—. Tú y yo tenemos unos planes pendientes, seguro que ellos lo pueden resolver.

—¡Ah! Y yo que quería conocer a la hermosa chica que está en ese grupo—. Rió al final, algunos mechones de su cabellera azul oscuro salían del moño.

—¿No te basta con tenerme a mí? Eres un chico guapo con mucha avaricia

—Aquí vamos de nuevo—. Pude escuchar su susurro y una sonrisa divertida se colocó en sus labios.

—Eres un rompe-corazónes, amigo mío—. Musité ignorando su comentario, el negó divertido y reí.

Conocí a Kazuya hace 10 años exactos, él era un chico aventurero que encontré en el mercado, ha sido mi compañero de diversas aventuras y muchos chistes malos. Sé todo sobre él, al igual que él conoce todo sobre mí.

Absolutamente todo.

—¡Acabamos! ¡Hay que vender manzanas!

Y salimos felices a el festival.

SEPARADOR

La música resonaba en toda la plaza, todos reíamos felices y alegres, mis pies dolían de tanto bailar y  mi estómago dolía de tanto reír.

El alcohol empezó a hacer efecto después de algunas rondas, Kazuya estaba en el mismo estado que yo.

—¡Es mejor que atrapar a los malos! ¡¿No lo crees?!—. Dije sin medir el tono de mi voz, la música era alta.

Su risa llegó a mis oídos—. ¡Sin dudas!

Mi cuerpo se alejó del suyo al momento de darnos unas vueltas y que los demás aldeanos nos separaron.

Todos conocíamos este baile.

Posé mis manos en mi cintura y miré divertida el cómo mi amigo peliazul hacia una pequeña reverencia, al igual que el resto de los varones.

Las chicas reían con las mejillas rojitas y me llevaron con ellas.

La música se hizo más rápida, siguiendo un compás al que todos nos movíamos, nuestros zapatos retumbaban en el suelo, el resto de gente que no participaba en el baile aplaudía y gritaba al son de la canción.

Kazuya tomó mi mano y la conectó con la suya al igual al que yo guié su mano derecha a mi cintura, nos movimos entre el resto de parejas mi falda alzándose un poco y su sombrero cayéndose en algún lugar de la pista.

Todos gritamos cuando la canción se terminó y me abracé al cuerpo de mi amigo, sus manos rodeándome al instante.

—Realmente estoy tan feliz de haberte conocido—. Dije después de separarme de él—. Aún recuerdo cuando nos conocimos.

—¿Cuándo nos peleamos por saber a quién iría la recompensa por el ladrón ese?

—Tan encantador.

Caminamos regreso a casa, Kazuya se durmió en el momento en el que su cuerpo tocó la cama, sonreí y lo tapé, salí un momento a observar el cielo, las estrellas estaban esparcidas por toda la base azul, algunos grillos haciendo un poco de bulla.

Kazuya me recuerda mucho a Ban, por alguna extraña razón, mi amigo peliazul es igual de inmortal, lo descubrimos en una batalla.

La nostalgia me llegó de golpe, mi crazón golpeteó fuerte y mi cuerpo tembló, extrañaba mucho a mis chicos, a todos ellos, pero extrañaba con tanto anhelo a mi capitán.

Lo conozco desde hace años.

Miles de años.

No recuerdo muy bien como fue que terminamos de esta forma, y no, no me refiero lo que pasó hace 10 años, me refiero a la guerra santa.

Meliodas y yo somos demonios, lo sé, recuerdo que se enamoró de Elizabeth, recuerdo que me lo contó, recuerdo que lloró y me abrazó, recuerdo cuando dije que lo apoyaría.

Pero no recuerdo cuando nos derrotaron, no recuerdo como fue que terminó la guerra, y mucho menos recuerdo las maldiciones que se les  han impuesto.

Porque yo no tengo niguna, o al menos eso creo, al parecer, creo que si puedo morir.

Entré, pero, de pronto, una sensación rara me recorrió todo el cuerpo, sin saber que estaba haciendo, giré mi cabeza hacia el lado del que "según yo" me vino la sensación.

Mi vista se posó en el bosque, aunque no aparecía nada raro, así que, con el sueño venciéndome, entré y me posé a lado de mi amigo, y dormí como bebé.


















Tengo un bloqueo con Stars así q para no sentirme tan inútil empecé otra 😍

Esta va de Medidas, espero les guste 🫶

Miradas (Meliodas y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora